—¿Volverás a Lutia ahora? —Preguntó Lith, esperando una respuesta positiva.
—No lo sé. —Selia se mordió el labio inferior.
—Me encantaría recibir ayuda y compañía. Vivir en medio de la nada es realmente agotador, pero tengo que soportarlo por los niños. Lo pensaré en cuanto entiendan que no pueden transformarse frente a extraños. —Suspiró.
Selia y Lith se dieron un largo abrazo. Ella le hizo prometer que volvería antes de que terminara el invierno.
—Recuerda que somos tus amigos, no solo una fecha límite. Si vuelves solo por el lagarto, nunca te lo perdonaré.
Después de despedirse, Lith usó la Torre de Distorsión para regresar al norte y llegar a Belius a través del Portal del ejército. Necesitaba dejar suficientes rastros de su paso para que la gente no se preguntara dónde desapareció de vez en cuando.
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