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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Mundo Shinobi - Clones verdaderos - 498

Cada cierto tiempo, Kain iba a hacer acto de presencia a los proyectos o a las oficinas de la empresa que lideraba Rei-chan. Hoy era ese día. Después de tener una mañana exigente, Rei-chan se vistió con un hermoso kimono azul con detalles floridos y un obi purpura.

Por su parte, Kain se puso camisa, corbata y un traje para la ocasión.

Además, el joven Hashirama los acompañaba. Él iba vestido con un kimono azul. Para el viaje los acompañaba Megumi, la niñera de Hashirama. Ella iba vestida como los shinobis del cuerpo de guardaespaldas de Kain, ropa y chaqueta táctica negra con la puerta torii roja en la espalda.

Fuera de la mansión, los esperaba un grupo de dos vehículos oscuros de aspecto lustroso, limpio y bordes cromados. Los dos choferes estaban cada uno al lado de su vehículo y con la puerta abierta, listo para recibir a Kain y su familia. En el vehículo del frente para los guardaespaldas y Megumi. En el segundo vehículo para Kain y su familia. El joven Hashirama iba en sus brazos.

Como siempre, el joven rey mono estaba emocionado y lleno de energía. Parecía un faro con su cabeza dando vueltas de lado a lado y observándolo todo.

—Papá— dijo Hashirama apuntando a los vehículos y miró a Kain.

—Sí, amor, vamos a subir a los vehículos— dijo Kain, él siempre estaba feliz por lo enérgico que era Hashirama. Para Kain representaba que el niño tenía una mente inquieta y activa. Iba a ser muy divertido cuando crezca y se llene de curiosidad. Puede que Hashirama sea la persona que lo ayude a él y a Orochimaru en el laboratorio.

—Señor, usted es demasiado loco. Se va a quedar tranquilo en los brazos de su padre— dijo Rei-chan con una mirada seria. Kain solo sabia dar amor, así que a ella le tocaba poner los límites.

Sin embargo, Hashirama la miró y sonrió. Él llevó sus manos a la boca y le lanzó besos.

Rei-chan sonrió al ver a su hijo tan pequeño y risueño —yo también te amo, pero pórtate bien— dijo con una amplia sonrisa.

Ellos se subieron al vehículo y viajaron por las calles de Keishi, capital de la nación del Fuego.

La calle estaba adoquinada dentro de la mansión y afuera asfaltada. Era una de las avenidas que conducía al centro de la ciudad y literalmente terminaba frente a la mansión de Rei-chan.

Keishi, la nación del Fuego, el mundo, estaba cambiando y adaptándose a las nuevas formas de transporte. Se habían colocado señaléticas y demarcado las vías. La gente ya no caminaba tan libremente por la calle como hace un año. Los policías estaban en las calles organizando a la gente y educándolos para evitar accidentes. Todavía quedaba gente testaruda, pero poco a poco se estaba ordenando la ciudad y cambiando su distribución.

En el centro de la ciudad, se elevaban las cuatro torres que simbolizaban el centro de negocios de la nación del Fuego. Los cuatro edificios eran de Kain y en el medio había una amplia rotonda con parques y pastizales. El lugar era bonito y pintoresco. Por su arquitectura y materiales, era el punto más alto de orden y diseño en toda la ciudad. Era la modernidad en sí misma y lo que aspiraban a ser las otras construcciones.

Los vehículos de la casa Uchiha se detuvieron frente al primer edificio de la izquierda. Era la casa matriz de industrias Mokujin. Eran veinte pisos llenos de oficinas y cada piso se dedicaba a un rubro diferente.

El chofer se bajó y le abrió la puerta a Rei-chan. Ella se bajó del vehículo y después se bajó Kain con Hashirama en sus brazos.

Por supuesto, esto era la capital de la nación del Fuego y Rei-chan era bastante famosa como una empresaria joven y hermosa. Así que la visita de Kain, como su marido, no pasó desapercibida.

Un grupo de periodistas se acercaron y comenzaron a sacar fotos.

Los guardaespaldas de Kain se acercaron, generaron un perímetro y alejaron un poco a los periodistas, pero le dieron espacio para hacer sus preguntas y sacar fotos.

Kain se mantuvo tranquilo y abrazó a Rei-chan. Los dos sonrieron y posaron para las fotos junto al joven Hashirama. Como siempre, el más motivado era este último, quien miraba las cámaras con ojos llenos de asombro y curiosidad.

Kain miró a Mari Hatake, hasta la hora, líder de los guardaespaldas responsables de la seguridad de Rei-chan. Él asintió y Mari entendió la señal. Ella le dio las indicaciones a los guardaespaldas y alejaron a los periodistas.

Rei-chan guio el camino a través de las escalinatas con amplios descansos y piletas de tres platos a los lados. El agua caía suavemente formando cascadas a cada nivel.

En ese momento, hacia frio, así que avanzaron lo más rápido que pudieron.

En la entrada del edificio los esperaba un grupo de gerentes. Hombres y mujeres que se habían ganado la confianza de Rei-chan.

El más alto y mayor de todos, un hombre canoso, hizo la reverencia más marcada de todas y abrió la puerta.

—Buenos días, Shinichi-kun— dijo Rei-chan y asintió para el resto de los gerentes

—Buenos días, presidenta— dijo Shinichi, el hombre canoso y alto. Tenía una complexión esbelta, pero se veía tranquilo y educado. Llevaba un traje gris como el resto de los hombres del grupo.

Kain se detuvo delante del anciano, lo observo por todos lados y asintió. Él entró al edificio.

Por otro lado, Shinichi miró a Rei-chan algo confundido.

—No te preocupes, si él no dijo nada, es que te considera bien, así como estás— respondió Rei-chan con una sonrisa de negocios. También podía significar que esto era lo máximo que podría hacer Shinichi en la vida y no tenía margen para mejorar. Sin embargo, Rei-chan prefirió callarse esos pensamientos. Shinichi era uno de sus más leales. Además, él ya estaba avanzado en edad y no necesitaba preocuparse por eso.

Por su parte, Kain entró al vestíbulo de aspecto amplio y cerámica negra con pequeños detalles blancos como si fueran estrellas. El lugar tenía amplios ventanales y un mesón de ayuda con forma de medialuna donde cinco recepcionistas atendían a las personas. Todas jóvenes, hermosas y de aspecto impecable. Sin embargo, una, a la derecha del grupo, estaba haciendo una llamada y su compañera le llamo la atención en silencio. La muchacha colgó el teléfono, sonrió y tomo una postura tranquila y ordenada detrás del mostrador. Ella era rubia, con el cabello liso hasta los hombros, bonita, muy bonita, sobresalía entre las recepcionistas. Si ella hubiera querido, podría haber sido modelo. Además, su físico era glamoroso. Sin embargo, su mirada era lo peor y más notorio. Al menos para Kain. Tenía ese brillo sexual y ambicioso, pero también parecía que lo estaba evaluando.

Kain avanzó con Hashirama en sus brazos, el bebé lo sujetaba de la corbata mientras miraba los alrededores. Kain pensó que era curioso encontrarse este tipo de gente por aquí. Bueno, era el lugar donde no podían hacer daño a la compañía, pero esa llamada, curioso, como si ella estuviera informándole a alguien de su llegada.

—¿Te interesan las recepcionistas?— preguntó Rei-chan a un lado de Kain.

Kain la miró, sonrió, pero no le puso mucho pensamiento. Él sabía que Rei-chan no era celosa o estaba haciendo un comentario mordaz. Ella era de él y ella haría lo que fuera para hacerlo feliz. Sin embargo, Kain no necesitaba que nadie le ande ofreciendo mujeres. Si él quería una mujer, podía conseguirla por su propia cuenta.

—No— dijo Kain —solo me imagine algo, además, para que quiero a alguien más si te tengo a ti—

Rei-chan se mordió el labio inferior conteniendo una sonrisa que afloro lentamente, pero negó con la cabeza como si no le creyera.

Ellos siguieron avanzando y cuando llegaron frente a la recepción, se detuvieron y las recepcionistas hicieron una profunda reverencia. Kain se mantuvo tranquilo, mirando a todos, pero poniendo especial atención a las acciones de la recepcionista que había hecho la llamada cuando ellos entraron al vestíbulo. Parecía tranquila, pero su sonrisa era forzada, como si fuera consiente de su propia actuación.

Kain se mantuvo tranquilo, en su rango de visión, gracias al dispositivo susano, apareció la información relacionada con las cinco recepcionistas. La información de la recepcionista que llamo su atención era reciente y lo escrito muy extraño, demasiado común y corriente. Una mujer así, con ese rostro, ese cabello y ese físico, no pasa desapercibida en la vida. Incluso si ella tuvo mala suerte. Siempre se destacan por algo. A su vez, esto le indico a Kain que su base de datos no era perfecta. Este era otro proyecto que tenía que avanzar, pero todavía no encontraba a la persona idónea para manejar ese negocio.

Entonces Rei-chan guio a Kain al casino que pusieron en el primer piso del edificio. El lugar era amplio y acondicionado para que los trabajadores pudieran almorzar. El ambiente era grato y cálido considerando que afuera hacia frio y era invierno. Había mesas largas para que todos se sentaran sin distinción alguna y mesas circulares donde se podían reunir pequeños grupos. Amplios ventanales, el techo elevando con extractores para ventilar el aroma a comida. Focos empotrados en el techo blanco y lizo. De aspecto elegante y moderno.

Los empleados a los lados del camino mientras los cocineros estaban frente a un listón. Estos últimos destacaban por su ropa y gorros blancos.

Rei-chan avanzaba a la cabeza, lo seguía Kain y los guardaespaldas y al final los gerentes. Como siempre, Rei-chan era popular y la gente la llamaba Reichan en lugar de presidenta, como si ese fuera su nombre y no la combinación de nombre y honorifico.

Kain avanzaba detrás de Rei-chan y observaba como se daban las cosas. Rei-chan siempre fue buena tratando con las personas, pero al igual que en la recepción, una persona llamo su atención. Esta vez fue un hombre rubio con el cabello corto y rizado. Él se veía amigable, pero no tenía el aura de un trabajador de oficina. Él parecía más el predicador o el monje de un pueblo pequeño. Era joven, pero tenía un aura como si fuera muy cercano a las personas, como si emanara ese aire confiable y cercano.

Kain le dio una breve mirada y el tipo en lugar de ser esquivo como la secretaria, asintió en señal de saludo como si supiera que lo miraba. El tipo tenía una mirada atenta a los detalles, pero su rostro reflejaba cercanía. Había cierto parecido entre él y la muchacha de la recepción, pero él era cuatro o cinco años mayor. Entonces, al detener su mirada en el tipo, susano lo tomo como un posible objetivo y emitió un cuadro con la información.

Kain se mantuvo tranquilo, no era la primera vez que se encontraba con un lobo entremedio de las ovejas. Sin embargo, era la primera vez que se encontraba con un estafador profesional.