—Has hecho un buen trabajo, Benson —dijo.
—Gracias, mi señora —Benson aceptó su elogio con orgullo—. Por supuesto, había hecho bien en gestionar toda la residencia y él lo sabía.
—¿Oh? Pensé que eres una persona modesta, ¿Benson? —preguntó Isla, con sus ojos mirando profundamente al mayordomo a su lado—. Aceptar su elogio en vez de ser humilde al respecto... Si fueran otras señoras, que un mayordomo gestionara una residencia en su nombre sería muy humillante. Esto era una indicación de que no tenían la capacidad de desempeñar sus deberes como la señora de una casa.
—Mi señora es la señora mientras yo soy un simple mayordomo. Si mi señora está indispuesta, este tiene que dar un paso al frente en su nombre —hablando sin miedo, Benson hizo una reverencia con una sonrisa—. Mi señora también es mi señora mientras yo soy su sirviente.
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