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Capítulo 4

Cada vez se sentía más mal, le dolía la cabeza, tenía esa sensación de querer vomitar sin lograrlo, su cuerpo estaba tan adolorido y lo que estaba empeorando todo era ver a través de la tela ese ir y venir de la luz como si quisiera fundirse mientras se negaba a morir dejando entrar totalmente a la oscuridad; al igual que dentro de ella palpitaba una pequeña esperanza que se negaba a resignarse a esta cruel realidad.

Siendo imposible moverse para cambiar la posición porque estaba fuertemente atada, de piernas, manos y su cuerpo le dolía tanto que parecía que había músculos que ya no sentía desde cuando estaba ahí, eran dias, horas, minutos, segundos la verdad no se acordaba cuando había entrado a ese infierno tan horrible.

Al recordar esto comenzaron a brotar lagrimas que empaparon la venda, pese a todo el miedo que le recorría, su instinto la seguía manteniendo tan atenta a su alrededor que cada pequeño ruido lo escuchaba a veces eran algunos gemidos y sonidos que parecían como roedores rasguñando la pared.

Realmente no sabía, si algunos de esos sonidos de sollozos salían de ella como en estos momentos que las lágrimas no paraban de surgir como si su corazón buscara un alivio que nunca llegaría, sin que fuera dado por el gran señor de la muerte.

De repente, sintió su cuerpo tensarse como las cuerdas de un violín luego de escuchar el engranaje chirriar junto al inconfundible sonido de arrastre de cadenas que cada vez se hacía más fuerte.

A su vez, todos los sonidos que la habían acompañado en esos momentos de fingida tranquilidad se detenían como si nunca hubieran existido o sería que ya por la tortura, dolor, desesperación se estaba volviendo loca.

Y la llevaba a escuchar ruidos como si hubiera más gente, al principio intento hablar con quien estuviera, pero ese psicópata la golpeo mientras le gritaba "avecilla traviesa quien te permitió trinar" te arrancare ese pico. Encima se reía mientras la golpeaba sin importar donde callera sus golpes hasta que se desvaneció creyendo que sus últimos minutos habían llegado.

Sin embargo, volvió a despertar, su corazón comenzó a encogerse teniendo la seguridad que todo iría empeorando, pero lo que nunca se imagino fue sentir dolor entre sus piernas y que un líquido caliente bajaba por ellas, llena de horror intento tocarse, pero sus muñecas se quejaron de dolor y al intentarlo una segunda vez con más fuerza de moverlas sintió como una cuerda jalaba de su cuello hacia atrás, así supo que no podía moverse.

No aguantando más sollozo hasta que el cansancio la venció, pero se despertaba con el menor ruido, pero a pesar de lo que creía escuchar nadie le hablaba y ella no deseaba intentar de volver a preguntar absolutamente nada.

Al oír el Crash de la puerta, la volvió a la realidad sacándola de sus pensamientos y supo que ese infierno seguiría como si fuera bajando en una espiral que cada vuelta es peor que la anterior, a manos del demente que la había arrastrado hasta ese lugar.

Quedándose inmóvil, con la esperanza de no ser notada sintiendo cada pisada y retumbo para poder saber si se acercaba a ella, siempre intentando respirar lo más despacio posible cuando se detuvieron los sonidos contuvo el aliento, comenzando a oírse algunos crujidos, el arrastre de cadenas y de repente quejidos que cada vez se hacían más fuerte, hasta que empezaron a perder fuerza, siendo lentamente remplazados por golpes hasta que se escuchó muy pesado cayendo.

-Maldita sea mi pequeño pájaro abeja se ha quedado sin aliento, tiss no fue suficiente los pasos resonaron y un quejido lastimero se emitió de algún lugar. Asustándola al punto que un pequeño jadeo saliera por sus labios sin poder evitarlo lo suficientemente alto para que llamara la atención de su verdugo, lo supo con toda certeza en su corazón no había ninguna sombra de duda en él…

Descendería a lo más bajo de la espiral que había recorrido con solo escuchar sus pasos apresurados, confirmándole su destino… "Pequeño pajarito abeja eres tan chiquita pero aun te oigo revolotear" con una carcajada que le calaría a cualquier valiente sus huesos, sangre y dejaría inmóviles entregándose a la muerte.

La arrastro por el suelo, hasta desamarrarla del cuello liberando sus adormecidas extremidades mientras canturreaba:

"Eres mi pequeño pajarito tan chiquito que conocerá el honor de los Axtalaks en la noche más especial, ni la muerte se atreve a venir a llevar ni dejar porque atada fue por una simple Axtal"…Mientras hacía esto algo cayó sobre su pecho y una fragancia lleno su nariz…En ese momento ella sintió el aliento en su oído que le susurraba "Tu puedes ser la bendecida BEE Bird, deberías sentirte orgullosa de ser la elegida este día".

Fue lo último que registro su cerebro…hasta el momento que algo frio y pesado golpeaba su clavícula trayéndola a la realidad de nuevo, justo en el momento que sentía que no podía respirar porque algo le apretaba la garganta comenzó a intentar resistirse no tenía fuerzas, lo único que escuchaba además del zumbido de sus oídos era risas…cansada, derrotada dejo que la oscuridad se llevara todo su dolor y solo una última lagrima purificadora cayo lentamente por su mejilla mientras deseaba que sus seres amados estuvieran protegidos.