El discípulo de patio interior de la Secta Espada de las Siete Estrellas que montaba su Caballo Fergana extendió la mano para recibir la carta que Duan Ling Tian le acababa de dar.
¡Chas! ¡Chas! ¡Chas!
...
Ni siquiera la abrió y la rompió en pedazos con un par de movimientos.
¡Fiiuu!
Con un movimiento casual de la mano, los pedazos se volaron con el viento y se dispersaron en el desierto. Ni un solo trozo completo podía ya encontrarse.
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