El regreso de Hagrid

En la sala común de Gryffindor el velorio seguía vigente, después de la desastrosa derrota, Harry y Ron solo se quedaban cerca a la chimenea mirando el fuego, Hermione y Ginny trataron de animarlos pero nada surgia efecto.

Ya anocheciendo Hermione se acerca a ellos para que se levanten de una vez, y salga de esa depresión.

Hermione: se me ha ocurrido una cosa que a lo mejor os anima un poco a los dos.

No me digas —dijo Harry, escéptico.

Sí —afirmó Hermione, y se apartó del negro cristal de la ventana salpicado de nieve. Una amplia sonrisa iluminaba su rostro. Hagrid ha vuelto.

Los tres salieron corriendo de la sala común envueltos en la capa de invisibilidad con rumbo a la casa de Hagrid.

Al llegar a la puerta Harry levantó el puño y llamó tres veces, e inmediatamente se oyeron los ladridos de un perro.

¡Somos nosotros, Hagrid! susurró Harry por la cerradura.

¡Debí imaginármelo! respondió una áspera voz.

Sólo hace tres segundos que he llegado a casa… Aparta, Fang, ¡quita de en medio, chucho!

Se oyó cómo descorría el cerrojo, la puerta se abrió con un chirrido y la cabeza de Hagrid apareció en el resquicio. Hermione no pudo contener un grito. ¡Por las barbas de Merlín, no chilles! se apresuró a decir Hagrid, alarmado, mientras observaba por encima de las cabezas de los chicos. Lleváis la capa ésa, ¿no?

¡Vamos, entrad, entrad!

Hagrid tenía sangre coagulada en el enmarañado pelo, y su ojo izquierdo había quedado reducido a un hinchado surco en medio de un enorme cardenal de color negro y morado.

Tenía diversos cortes en la cara y en las manos, algunos de los cuales todavía sangraban, y se movía con cautela, lo que hizo sospechar a Harry que Hagrid tenía alguna costilla rota. Era evidente que acababa de llegar a casa.

¿Qué te ha pasado? le preguntó Harry

Ya os lo he dicho, nada contestó Hagrid ¿Queréis una taza de té?

¡Vamos, Hagrid! —le espetó Ron—. ¡Si estás hecho polvo!

Os digo que estoy bien —insistió Hagrid enderezándose y volviéndose para

mirarlos sonriente, pero sin poder disimular una mueca de dolor—. ¡Vaya, cuánto me alegro de volver a veros a los tres! ¿Habéis pasado un buen verano?

¡Hagrid, te han atacado! —exclamó Ron.

¡Por última vez: no es nada! —repitió Hagrid con rotundidad.

¿Acaso dirías que no es nada si alguno de nosotros apareciera con casi medio kilo de carne picada donde antes tenía la cara? —inquirió Ron.

Deberías ir a ver a la señora Pomfrey, Hagrid —terció Hermione, preocupada.

Ya me estoy encargando de ellos, ¿de acuerdo? —respondió Hagrid

¿Piensas contarnos lo que te ha pasado, o no? —inquirió Harry

No puedo, Harry. Es secreto. Si os lo cuento me juego el empleo.

¿Te han atacado los gigantes, Hagrid? —preguntó Hermione.

¿Los gigantes? —repitió Hagrid

¿Quién ha dicho nada de gigantes? ¿Con quién habéis estado hablando? ¿Quién os ha dicho que he…? ¿Quién os ha dicho que estaba…?

Nos lo imaginamos nosotros —respondió Hermione.

¿Ah, sí? —dijo Hagrid

Era… evidente —añadió Ron, y Harry asintió con la cabeza.

Hagrid con resignación decidio contarles.

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Mientras tanto en la sala común de Slytherin, Sasuke estaba reunido con su equipo para decidir la siguiente estrategia para el partido contra Hufflepuff.

Flint: pero Sasuke no hay necesidad de tener una estrategia, basta con que vueles con tu saeta y ganaremos.

Sasuke: Eso es conformismo, lo que deseo es mejorar a todo el equipo ya que cuando nos graduemos la próxima generación mantendrá el liderazgo.

Además, no utilizare la Saeta contra Hufflepuff.

Flint: pero tienes que usarla

Sasuke con una mirada seria dice: he dicho que no

Flint con impotencia baja la mirada.

Sasuke: continuemos, para esta ocasión jugaran todos los nuevos, yo seguiré jugando como buscador, pero los demás no se confíen porque el siguiente partido jugaran ustedes, sin mi ayuda.

Todos se quedaron asombrados, ante estas palabras, pero nadie se atrevía hacerle frente.

Sasuke: Draco, es hora de que empecemos tu entrenamiento especial.

Draco se emociono.

Sasuke: lo primero es mejorar tus reflejos, para este caso empezaremos con esta pelota de tenis, mientras la sostenia en su mano.

Todos miraban la pequeña pelota, y no se imaginaban como eso le ayudara a mejorar sus reflejos.

Sasuke: Ponte en esa esquina, te lanzare la pelota y tu la atraparas, conforme avanzamos aumentare la velocidad, pero recuerda que se lanzara de forma aleatoria.

Sasuke: Crabe y Goyle Uds. Se encargarán a partir de mañana de lanzar las pelotas, aquí tengo una caja llena de ellas, por cada día que falles en atraparlas darás una vuelta al campo de Quiditch corriendo.

Draco: con esto ganare a Potter.

Sasuke: falta todavía, cuando vea que ya has superado esta prueba, practicaremos con Snitch, estoy seguro que puedes comprarte unas 4 para que practiques en los días de semana.

Al dia siguiente los estudiantes de Ravenclaw y Slytherin estaban en el invernadero 3, para la clase Herbologia.

Profesora Sprout: hoy practicaremos el encantamiento herbivicus

Profesora Sprout: Alguien me puede decir para que sirve este encantamiento.

Stewarrt Ackerley: Encantamiento que acelera el crecimiento de las plantas

Profesora Sprout: muy bien 5 puntos para Ravenclaw.

Como saben este encantamiento nos es muy útil, por lo tanto, observen mientras hago crecer esta pequeña planta, la porfesora apunta con su varita al macetero y grita Herbivicus, la pequeña planta crece y se convierte en un arbusto.

Profesora Sprout: ahora cada uno coja un macetero y practiquen el hechizo.

Todo el invernadero se lleno de gritos (Herbivicus), no todos lo lograron ya que no realizaban el movimiento correcto de la varita, asi pasaron las horas hasta que todos lo consiguieron, ya profesora les dejo una tarea para la próxima semana sobre el encantamiento.

Después del almuerzo Sasuke tubo clase de defensa contra las artes oscuras, en esta ocasión como va ser con la vez pasada, sasuke llevo otro libro, pero con la cubierta de su libro de defensa contra las artes oscuras.