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Salvada Por El Alfa Que Resulta Ser Mi Compañero

—¡No aquí, débil! Nos encontraremos en el arroyo cerca de la frontera de la manada en una hora, entonces podrás mostrarme lo que tienes —le informó. —¡Bien, desafío aceptado! Pero si te derroto, dejarás de acosarme y me dejarás en paz —Aurora dijo entre dientes. —Claro —le respondió él. —El odio que tengo por ti se detendrá cuando dejes de existir. Allí, nadie vendrá a rescatarte y finalmente podré despedazarte. ¡Nadie falta al respeto a Dante y se va sin consecuencias! —Dante pensó para sí mientras se alejaba. La vida de Aurora se suponía que sería perfecta ya que era de un nacimiento noble, pero desafortunadamente, estaba lejos de ser perfecta. Su padre era el beta, el segundo al mando del Alfa de su manada y su madre era una de las guerreras más fuertes de la manada. Como era la primera hija, era tratada como una flor, protegida del daño, la tristeza, las perturbaciones y los problemas, y solo se le mostró la pura alegría, el puro amor, la felicidad y todo lo hermoso mientras crecía, ¡pero su vida no estaba llena de rosas, a medida que envejecía! Al crecer, había creído que sería normal como cualquier otro hombre lobo de su manada y toda la comunidad de hombres lobo, pero ay, era extrañamente diferente. Era la única hombre lobo en su manada que no tenía lobo, un animal interior, por lo que era tratada como una marginada. Mientras que otros hombres lobo obtenían a sus lobos en sus dieciséis cumpleaños, el de ella se negó a aparecer. Ni siquiera cuando cumplió los dieciocho. ¡Ni siquiera cuando encontró a su compañero!

ogunsuyigrace87 · Fantasía
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230 Chs

Irene

—¡Oh dios mío, finalmente despertaste! —exclamó emocionada la Srta. Juliet al ver a Irene. Había dormido profundamente durante todo un día.

—Ven aquí, niña. Me alegra que hayas descansado bien y recuperado tu energía. Ven y siéntate, déjame servirte un almuerzo suntuoso —dijo la Srta. Juliet.

—Gracias, señora. —Irene agradeció su amabilidad y sonrió.

—Me recuerda a nuestra madre. Tan cálida y amable —Jay señaló a Aurora que estaba a su lado. El dúo y Lily estaban detrás de Irene. Todos habían bajado las escaleras después de que Irene se despertara esa mañana.

—Sí, lo sé. Es demasiado amable —Aurora afirmó y sonrió calurosamente a la Srta. Juliet.

—Gracias por todo, señora —dijo ella a la Srta. Juliet mientras los guiaba al comedor.

—Basta de agradecimientos, todos deberían venir y tomar asiento y disfrutar de su comida —la Srta. Juliet les informó con una risa. Se rieron de su broma. Rápidamente instruyó a dos criadas para que los atendieran.

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