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RWBY. Oscar Pine: Cambios Celestiales

Un golpe que recibió Oscar en la pelea contra Hazel lo cambió, empezó a sentir una ira incontenible casi inhumana, también empezó a desarrollar más fuerza y una capacidad de intimidar equiparable a los guerreros más experimentado, ¿pero esto a que se debía? NT:Esto es un borrador muy grande que hice, para establecer mis bases para mo verdera historia la cual todavía no sea publicada. PD:Esta historia ya está terminada o también se podría decir que esta cancelada

Hjartasorg · Cómic
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7 Chs

Capítulo 7:Rencor

–Con el guión corto es el diálogo, aveces se intercalaran entre las cursivas, pero es cuando son recurrdos difuso...bueno mas adelante lo veran

Con el largo y las cursivas, son los pensamientos de personajes. Lo puse por que cuando lo leí hasta yo me confundía aveces—

–Negrita, cursivas y guión corto, es Ozpin hablando, también oduer variar con el largo oeor es cuando esta pensado–

–Activación de Tecnica

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.

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Blake dejó de pensar en ello. Vio otra vez sangre salir de la herida que estaba en la mejilla de Oscar. Limpiado otra vez ese rastro de líquido.

–Espero que esto no se vuelva común entre nosotros– Murmuro con un reproche cansado.

De repente, los ojos de la gata se abrieron en pánico —!Las copias de Ninjas of Love¡

No recordaba si las había guardado entre sus cosas; de hecho, hasta creía que las había dejado en su anterior estancia. Quería pedir perdón a Oscar por aquella equivocación tan grave, pero de nada serviría al tenerlo inconsciente.

–Lo... No, te lo diré cuando despiertes. Espero que me perdones– La tensión en su voz tal palpable, como la que sentía en su pecho al imaginarse el escenario. Las expresiones que mostró Oscar cuando se los ofreció daban a entender cuán importantes eran esas copias para él.

La voz de una rubia se escuchó. Blake no había escuchado sus pasos por estar tan concentrada en el problema que tenía que resolver.

–¿Que esperas, que te disculpen?– Le pregunto la rubia a la gata, dándole esta última la espalda.

Blake se sobresalto, al no escucharla llegar y dio un pequeño brinco en su lugar –!Yang¡, no te escuche llegar– Giro por completo su cuerpo sobre el banco en el que estaba sentada.

Yang levantó una ceja, Blake casi siempre escuchaba a la gente llegar a sus espaldas por sus sentidos de fauno. En muy pocas ocasiones la había visto tan despistada.

–¿Pues que paso que estas tan distraída?–

Blake tardo unos momentos en contestar, pensaba que se iba a burlar de ella, por estar así por unos libros. Claro que su relación con Yang no era la misma que cuando estaban en Beacon, todavía se sentia la tensión entre ellas. No la culpaba, después de todo rompió su promesa de manera ruin. La gata estaba conciente de que Yang sólo hacía bromas a veces para que ella pensara que todo estaba bien entre ellas y lo demostró cuando intento ayudarle en poner su mochila

–Creo...que perdí unos libros– Bajo sus orejas desanimada.

–¿Solo por eso?...¿no serán dos libros de Ninjas of Love? o ¿si?– Sabía que eran de ella, solo quería averiguar en donde los conseguío. Después de todo Blake ya tenía eso dos volúmenes en su estantería de Beacon en un inicío. Y a pesar de que no fuera tan observadora, estaba segura de que esos dos libros no eran del todo suyos su instinto le decía eso.

Blake subió las orejas ante la mención –¿Los viste?–

Yang asintió extrañada por la emoción que expresó Blake. Comprendía bien que era la saga favorita de la gata, pero no esperaba esa reacción, se lo esperaría si fuera una edición especial de alguna clase. Pero no era así, eran los mismo libros que le había visto leer cientos de veces en su estadía en Beacon.

–Están en mi equipaje, los puse ahi porque pensé qué los habías olvidado–

Un suspiro salió de su boca. Se tranquilizo completamente y su inicial tensión se mitigo al completo –Gracias Yang, enserió no sabes del embrollo que me sacaste– Se ilumino con gratitud.

–¿Enbrollo? ¿Con quien?– Se hacia una idea de con quien, pero quería que Blake le dijiera eso desde su propia boca.

–....Con nadie– La gata intuía lo que quería Yang. De manera inconciente desvío su mirada en dirección a Oscar

Sabía que era con él— Yang acertó en su suposición. No queriendo presionar más cuando ella misma habia dicho en el tren que las cosas no sería iguales al instante.

Solto un suspiro –...Bien, Ruby encontró comida enlatada. Bajemos– Al volver a mirar la cama donde yacía Oscar, un escalofrío recorrió su espalda, reviviendo en su mente los cuerpos que antes ocupaban ese espacio. Qrow había sido el único con la fortaleza mental para retirarlos y dejarlos fuera. No soportaba estar en esa habitación por esa misma razón.

–Si...yo quisiera estar aquí un rato más aqui, solo para estar segura de que esta bien– Dijo limpiado otra vez el mismo sitio.

Yang suspiro, no era sano para Blake estarlo cuidando todo el rato que estuviera incocientemente y más cuando ella posiblemte también estaba hambrienta –Vamos Blake, el estará bien, solo quitale los guantes deben de estar ensangretados tambien– Yang se acercó a donde Blake. Estado lo suficientemente cerca como para estar a la par de ella.

Blake lanzó una mirada dividida entre Oscar y Yang, una batalla interna reflejada en sus ojos ámbar. Su estómago gruñó, un recordatorio cruel de sus propias necesidades. Con un suspiro resignado, decidió seguir el consejo de Yang; no podía permitirse el lujo de debilitarse. Se levantó y comenzó por el guante izquierdo de Oscar, revelando las cicatrices que la noche anterior le habían parecido menos atroces. Yang observó, su garganta se cerró ante la visión; la violencia que había marcado ese día parecía ser una sombra constante en la vida de Oscar, incluso antes de unirse a ellos.

–¿Que le paso?– Preguntó Yang, su voz un murmullo involuntario.

–...No lo se, no quise preguntarle– Susurró Blake, su voz era un hilo tenue, casi perdido en el silencio de la habitación. Dejó el guante naranja sobre el mueble junto a la cama y se dirigió hacia el otro, afortunadamente ninguno parecia tener sangre en el interior. Al retirar el guante de la mano derecha de Oscar, sus dedos rozaron la punta del índice de él, casi desnudo.

Una chispa eléctrica surgió del contacto, emitiendo un sonido agudo que resonó en el silencio, y de repente, la mente de Blake se inundó con recuerdos ajenos. Vio a Adam, primero ofreciéndole un abrazo y luego apuñalandola en Beacon.

Después muchas cosas las cuales no reconocía se le vinieron a la cabeza, tan rápido que no podía procesar. Cientos de sensaciones y sentimientos, la confusión ni siquera le permitió recordar la mayoría.

Ahora, el entorno dejo de ser confuso dejaron de pasar las miles de imágenes por su mente, deteniéndose en un campo árido que se extendía ante Blake, donde las hierbas y las flores que una vez fueron hermosas ahora estaban marchitas y muertas. Un ligero olor a sangre fresca impregnaba el aire, agregando un escalofrío a Blake. Las nubes grises se extendían por el cielo, ocultando la luz del sol y sumiendo el paisaje en una penumbra ominosa. El aroma a muerte envolvía el lugar, llenando los sentidos de la chica con una sensación de desesperación.

En el horizonte, una casa vieja y casi en ruinas se alzaba detrás de una figura imponente: un hombre de 1.97 metros de altura, vestido con un hakama completamente negro. Su mirada gélida penetraba en lo más profundo de Blake, mientras sostenía con firmeza una espada larga cuya hoja estaba manchada con la sangre fresca de un enfrentamiento reciente, goteando al suelo en un macabro ritmo.

Blake se encontraba en un lugar y situación desconocidos, rodeada de un olor horrible y una vista deprimente. Estas visiones misteriosas la asaltaban sin aviso, sumiéndola en un estado de confusión. Un dolor sutil se apoderó de sus manos, deseando moverse o mirarlas, pero su cuerpo no respondía, como si estuviera atrapada en la memoria de otra persona; y todo indicaba que esa persona era Oscar, ya que fue después de tocarlo que aparecieron todas esas visiones.

No me mires así, niño bestia– La voz rasposa de Zoltan era un látigo, cada palabra un golpe que resonaba en el aire. La figura que se alzaba frente a Oscar era una versión distorsionada de él mismo, con una barba de tres dias y cabello largo amarrado en una cola de caballo alta completamente desarreglada con mechones sueltos callendole por la frente, su estatura imponente como la de un gigante. Blake sintió un odio ajeno hervir dentro de ella, una furia volcánica que amenazaba con estallar al escuchar esas palabras crueles –Si esque algun dia logras que te tranten de matar para poderter parar, podras sentirte orgulloso, por que habras dado el primer paso para asesinarme. Aunque es una lastima, para ser mi hijo no tienes talento, te falta una infinidad para matarme Oscar– La sorpresa se apoderó de Blake, un frío glacial recorriendo su espina dorsal al reconocer el nombre. Este hombre, despiadado y ruin, era el padre de Oscar, un ser el cual la presencia que desprendia parecía desafiar la misma naturaleza de la humanidad.

El hombre percibió el odio emanando de Oscar a través de la mirada que este le dirigía –Cuando vayas a eliminar a alguien, debes mantener el control total; los sentimientos son inútiles te hacen ineficaz – pronunció Zoltan con frialdad, sin que su rostro mostrara la más mínima emoción, mientras sus ojos permanecían impasibles, completamente desprovistos de empatía o cualquier otro sentimiento excepto el desprecio

—!Solo habla de matar¡ ¿Que clase de padre es?— Se cuestión Blake, sintiendo un profundo desagrado hacia la clase de persona que Zoltan parecía ser.

El Oscar del recuerdo gritó, un grito desgarrador que era tanto de rabia como de dolor, al lanzarse contra su padre con la espada sostenida con las dos manos. En ese momento, Blake vio sus manos, sangrantes, con cortes profundos que reflejaban las cicatrices que ahora marcaban las manos de Oscar. Eran tan horribles como lo hubiera imaginado Blake. No eran cortes tan profundos, pero no lograban ser superficiales, era imposible mover las manos sin sentir que te morirías del dolor.

Extrañamente al ser consiente de donde provenía el dolor, se hizo más intenso —!Como le pudo hacer esto a su hijo¡—

La visión de la pelinegra fue abruptamente interrumpida por Yang, quien la sacudió con una mirada llena de preocupación. Aunque la realidad volvió a imponerse, las emociones que experimentó en ese recuerdo persistían, aunque con menor intensidad.

–Blake, ¿estás bien?– Preguntó, sacudiéndola nuevamente al ver que no respondía.

Blake reaccionó más tarde, con la respiración agitada y las pupilas dilatadas.

Que horrible padre era el de Oscar— Se dijo, aún inundada por las sensaciones que había experimentado, como si acabara de despertar de una pesadilla. — ¿Que clase de infancia tuviste?

–Blake– voz de Yang se intensificó, teñida de una preocupación que no podía disimular.

Blake sacudió la cabeza, como si con ese gesto pudiera despejar la niebla de sus pensamientos. Al verla finalmente reaccionar, Yang soltó un suspiro de alivio.

–...¿No lo viste,Yang?– Preguntó Blake, su voz aún temblorosa, atribuyendo la experiencia a la "Semblanza" de Oscar. Después de todo, cuando la vio en acción parecía que rompía las leyes del mundo establecidas, no sería descabellado pensar que este era otro tipo de poder. Pues la semblaza de Oscar a su forma de ver era como magia que se podía utilizar para diferente fines, ademas que alcanzo a escuchar el chispazo que despredio los dedos al conectar.

–¿Ver que?– Expresó Yang confundida, siendo lo único que vio ella a Blake parada durante unos minutos si hacer nada mas que respirar y mirar a punto fijo a a la pared.

¿Solo a mi me afecto? ¿Fue por tocarlo?— Formulo en cuestión de instantes —Es evidente que Yang no vio nada...¿Será bueno contarle? Ya tiene demasiado en la cabeza...guardaré silencio por el momento hasta que se calmen las cosas–— Pensó, ahora ya solo le quedaba inventarse una excusa por su condición anterior....o evitarla

–Nada Yang, solo pensaba en voz alta....bajemos a comer. Ruby debe de estar esperándonos– Intento lo último para no tener que mentirle. Odiaba tener que hacerlo.

–Blake– Aseveró más su voz, no la dejaría escapar así. Lo hubiera echo si fuera un tema de menor importancia, pero ahora era algo serio. No era normal para nadie quedarse paralizado como lo hizo Blake hace unos momentos.

Sabiendo que Yang le seguiría preguntando por el tema. Tuvo que recurrir a la mentira –Yo...solo estoy preocupada por el. Sabes que lo que ah estado pasando no lo debería sufrir nadie a su edad...no, incluso alguien mayor no debería de estar en este tipo de circunstancias– Era una mentira a medias. Paso sus dedos por el cabello del niño.

Yang abrió la boca ante esto –Blake...no te das cuenta de lo....– Fue interrumpida por la voz de su hermana que la llamaba desde el psio de abajo.

–!Yang, necesito tu ayuda¡– Le grito Ruby, su voz apesar de las circunstancias no había perdido emoción tratando de cumplir su papel de líder no dejándose doblegar por las circunstancias.

–Ya oíste, nuestra líder nos necesita– Blake trato de responder animadamente sin reflejar lo que de verdad sentía.

–Vamos entonces – Queria concretar su pregunta, pero en estos momentos no lograría nada.

Blake dejó que Yang saliera primero de la habitación. Dando una última mirada a Oscar, salió sin mirar atrás, sin darse cuente el aura invisible de rayos la envolvio protegiendola de cualquier cosa, claro que nada de esto los sabia, al no ver ni sentir algo diferente, y sin ver el ceño fruncido del niño que reflejaba toda la ira y todo el odio que estaba sintiendo en su interior dirigido hacia un solo hombre, por lo que acababa de ver en su mente.

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Retrocedemos un poco al pasado, antes de que Blake tocara a Oscar. En la mente de este seguía suscitando aquel recuerdo de Rai Voltia. Obviamente por voluntad del mismo Oscar, que para no sentirse tan miserable de su destino, se refugiaba en la algreia de este combate ajeno.

Miles estaba completamente derrotado, eso lo sabía perfectamente. Pero su corazón quería seguir peleando y su curiosidad quería ver el estilo "Tenrai Ryuu" que se le habia sido prometido. Así que con el miedo en su corazón pero la curiosidad siendo más grande que el, se levantó con espada en mano.

Rai abrió los ojos impresionado por su resiliencia. Sonrió ya sin euforia o alegría. Era una sonrisa de satisfacción y plenitud. Sus ojos brillaron por el reflejo de la luz del sol. El viento soplo más fuerte moviendo las hojas blancas de los árboles, el cielo se comenzó a poner gris indicios de que lloveria, lo cual era impresionante pues estaban por encima de las nubes. Tan rápido como aparecían esos síntomas de una tormenta, deparecieron con un suspiro de Rai.

–Eres impresionante Miles Arc– Dijo Rai de forma calmada, agachandose y enterrado su puño al césped de la montaña, la tierra salió volando unos metros lejos de él. Sacó su mano y en ella sostenía un objeto tan familiar para Oscar: El bastón de Ozpin que ahora portaba el niño y que en este recuerdo era sostenido por Rai. Por estar bajo tierra el bastón estaba completamente sucio.

–¿Que es esa cosa?– Miles no pudo evitar preguntar.

–Oh ¿Esto? Es mi arma...bueno no es del todo mía, pero tiene algo que lo hace un poco mía– Recordando el como Ozpin le reclamo por aquella modificación que le hizo a su bastón. Activo el mecanismo, para que saliera el bastón, saliendo el palo de madera que aunque el material era frágil y no apto para la batalla, estaba completamente intacto.

¿Una modificación que lo hace parte de el? Yo nunca note nada, aparte de que el bastón saliera del mango y que resistiera los golpes muy bien— Oscar se perdió al empezar a analizar los movimientos que haría Rai a continuación. El moreno sintió como Rai agarraba el bastón de la parte de la madera siendo un poco mas arriba del mango y con una fuerza increíble la arranco girando tanto la empuñadura como la madera. El bastón para la sorpresa de Oscar salió como una funda de espada, revelando una hoja pulida y brillante. Un estoque demasiado afilado pero muy delgado también, difícil de manejar para un novato. Oscar que veía todo atraves de los ojos de Rai quizo tragar saliva, sabiendo que era imposible por ovbias razones.

–Odio lo que hiciste con mi bastón– La voz de Ozpin resonó en la mente de Rai y, por ende, en la de Oscar.

–Ay, ya pareces una niña; te quejas de todo– Miles miro extrañado a Rai por andar hablado solo.

–...Te odio– Concluyó Ozpin.

–Sé que me amas por ser la única de tus reencarnaciones con la cual no puedes fusionarte… A veces, mi semblanza puede ser una bendición, ¿no crees? – Rai intento burlarse

–También odio a tu semblanza celestial– Volvió a decir Ozpin con una voz completamente cansada.

Oscar sintio su garganta contraída por la noticia —Entonces también inhibe la fusión de Ozpin...carajo de verdad, no se si ésto es mala o buena suerte— Se dijo sin saber que sentir al respecto. La fusión con Ozpin siempre había sido una molestia; no quería compartir su personalidad con él. Ahora que se libraba de ella, se enfrentaba a fusionarse con alguien que parecía mucho peor que Ozpin —Definitivamente es mala suerte— Sentenció con un pesamienti pesimista.

–Lo que digas, ahora es hora de demostrar a alguien digno mi "Tenrai Ryuu"– Las palabras de Voltia salieron con emoción palpable.

Miles sintió los bello de su brazo erizarse y su cabello rubio como el oro, tambien empezó a erectarse quedando en pincho. Miró para el cielo, viendo que nubes grisáceos empezaban a rodear la montaña. Volvió hacia Rai, abriendo sus ojos por la acción que estaba apunto de cometer.

El pelinegro, agarro su arma con las dos manos empezando a levantarla pero no en cualquier dirección sino apuntando a su propio abdomen. Tomó una gran bocanada de aire mientras que las nubes se empezaban a arremolinar más violentamente alrededor de la montaña que antes estaba por encima de ellas, los truenos iluminando el cielo empezaban a verse bajo la atención del impresionado Miles. El sonido del metal atravesando la carne se hizo presente de manera grotesca. La espada atravezo de lado a lado a Rai el cual saco sangre de la boca, aunque siguio sonriedo y la sanagre de la herida mancho el suelo del lugar.

Oscar sintio el dolor enorme que estaba sintiendo Rai. Todo lo relacionado con esta semblanza le dolía, la estaba empezando a odiar también. —!Por qué todo lo que hago con esta cosa, duele como estar siendo quemado vivo¡ y eso que el furor del combate debería mitigar eso...no me imagino cuanto dolería si esque no lo tuviera— Oscar quería apretar los dientes, en lugar de eso trato de concentrarse para no sucimbia ante el dolor.

Los rayos empezaron a caer al alrededor de Rai, en ningún otro lado querían caer –Tenrai Ryuu:Shinryū no kaminari ochi– Un rayo golpeó a Voltia justo en la punta de la espada, la electricidad viajo por su cuerpo causándole quemaduras, los rayos llegaron a sus brazos y con un gran esfuerzo los levantó al cielo. Rayos eléctricos salieron de ambas manos dirigidos a punto en el cielo.

Las nubes se abrieron por la fuerza del impacto dejando pasar por un momento la luz del sol nuevamente. Miles y Oscar jadearon enormemente paralizados. Miles por miedo y Oscar por fascinación de que el tuvieran ese poder en la palma de su mano, que aunque fueron segundo para el moreno fueron horas.

...Me retracto...ya no te odio tanto semblanza celestial— El dolor fue opacado otra vez por la emoción enorme que sintió Oscar al ver esa demostración de poder.

Para sorpresa de ambos espectadores no acabó ahí ya que de ser así, no sería una ataque. Del oyó que Voltia hizo en el cielo se empezaron a divisar leves tintineo azules, que se fueron haceido más fuertes.

–...Mierda– Hablo Miles Inundado por el miedo y alzando su espada como podía para enfrentar a lo que estaba empezando a bajar del cielo: Cientos de dragones echos de electricidad que andaban de formar serpenteante y rápida, todos dirigiéndose hacia el con un sonar chirriante, molesto y demasiado fuerte. La mayoría de seres humanos saldrían con los tímpanos reventados si estuvieran cerca, si esque con lo que se invocada a esas bestias no te los había reventado antes.

Los dos pelinegros respetaban eso de Miles. Su muerte estaba cerca y en lugar de soltar su espada y huir como un cobarde, prefirió quedarse para luchar contra algo que se suponia no se podía luchar.

Todo sucedió muy rápido, uno le comió el brazo izquierdo soltando sangre a cántaros, otro la pierna derecha. Pudo desviar al otro que intento comerse su cabeza, con el dolor de perder dos extremidades y esforzándose a máximo para mantener el equilibrio con un solo pie, siguió desviando el poderoso ataque. Hasta que su única pierna flaqueo, callendo al suelo soltado su espada para poder incarse, usando su brazo como apoyo, junto todas sus fuerzas para ver al último dragón acercarse, se movió lo más rápido que pudo tratando de esquivarlo. El dragón logró el cometido con el que fue creado, Miles se nego a caer de espaldas. Era admrable, su torso fue casi comido en su totalidad por aquel último dragón y aún así se nego a caer.

–...Majestuoso– Susurro Rai maravillados por Miles. Los sonidos chirriantes sensaron dejando casi en silencio la montaña, siendo solo el aire el que causaba sonido pero eso solo lo hacia parecer más desolado el lugar, que estaba completamente destruido. Los árboles arrancados y la tierra levantada le daban fuerza a ello.

Rai se saco la espada del abdomen con un quejido. La abanico dejando caer toda la snagre al suelo. Se sostuvo el estómago con una mano.

Con el combate acabado Oscar sintio todo el dolor como lo debería de sneti en un principio, pero eso no opacada la admiración que tenía por Miles Arc.

Voltia se empezó a acercar al rubio dejando un rastro de sangre siguiéndolo –De verdad espero increíble Miles....mi semblanza es como la magia, por eso puedo hacer todas estas cosas, aunque nunca cambia si naturaleza– Miles se confundió por el monólogo que el estaba empezando a dar Rai. Decidíendolo dejar continuar, hiba a morir por lo menos escucharía al hombre que tanto odiaba por última vez.

–...Déjame, déjame ver las cosas que tuviste que hacer para llegar hasta aquí, por favor– Suplico. Miles no respondía aún desorientado, la vista se le empezó a enegreser y lo único que sintió fue un leve toque en la frente. La frente de Rai logró tocar la de Miles habiendo una leve chispa azul ante el contacto. El rubio callo de espaldas depues de eso, completamente muerto con Crocea Mors a su lado.

Voltia se quedó quieto pasmado, viendo las vivencias de Miles Arc al igual que Oscar que sin darse cuenta había activado esa habilidad en el exterior por la emoción causada por todo lo anterior.

!Los recuerdos de la gente, también¡.... esto es increíble— Queria reír por la ironía. Este poder podía hacer mil cosas, si esque lo que Rai decía era cierto y ahora era suyo. No por completo pero una parte sí lo era y aún con todo y eso, no podía salvarse de su destino.

Oscar recibió una descarga de información, indescifrable de muchas cosas que no entendía al completo. Primero vio a Rai bebiendo y riendo al lado de una mujer pelinegra después a Rai asesinado al padre del rubio mientras este lo miraba impotente. Después a Miles entrenado con su aura y espada inclusive sangrado de las manos, finalizó con una copia de el en miniatura junto a una mujer pelirroja sonriedole con amor incondicional.

¿!Sus familias¡?— Oscar se atragantó con ese pensamiento, pues con las experiencias con su padre pensaba que ningún hombre fuerte era capaz de expresar amor hacia sus seres queridos.

El nudo se hizo más grande cuando sus propias vivencias se hicieron presentes.

Su padre parado enfrente de él miradolo como siempre: con frialdad, se atrevía a decir que una criatura sin alma como un grimm tenía más sentimientos que su padre.

Diciéndole aquellas palabras tan inhumanas que lo hacían despertar todo la rabia de su interior. Lo odiaba y aborrecía con todo su ser aquel recuerdo. Después de ese día su padre lo abandono con su tía, las cosas no fueron para mejor, tenia una suerte muy mala después de todo. Su reminiscencia terminó con el lanzadose a su padre.

Después vio a un hombre desconocido para el. Un pelirrojo de 1.93, peinado hacia atrás dejando ver sus cuernos de fauno toro, la cara al descubierto, mostrando una quemadura que tenia las siglas "SDC" en su ojo izquierdo. El iris de este ojo es de color gris, y su ceja está chamuscada. Su otro ojo es de color azul con una ceja marrón. Vestido con una chaqueta negra y guantes negros.

El lugar era el interior de una amplia tienda de campaña, lo suficientemente espaciosa como para crear un ambiente acogedor. El suelo estaba cubierto por una gruesa alfombra azul marino, que contrastaba elegantemente con las paredes de lona beige. En un rincón, se encontraba un cómodo sillón de color verde oliva, con cojines a juego que invitaban a relajarse. Justo al lado, una cama también verde oliva ocupaba el otro extremo de la tienda, adornada con una colcha de patrón geométrico. La tenue luz filtrada a través de la tela de la tienda añadía una atmósfera cálida al espacio

Otra vez... otro recuerdo que no es mío. Estoy empezando a cansarme de eso— Oscar ni siquera conocía al tipo, ni lo quería hacer. Ya tenía suficientes gente loca a su alrededor. Un olor demasiado familiar le le llego, el olor que adoraba tanto: El aroma inconfundible de Blake. Que sonara raro pero lo había memorizado tan bien, que aunque le pusieran un helado de vainilla a un lado y a la fauno en el otro sabria diferenciarlos a la perfección.

!Es un recuerdo de Blake¡— Repentinamente cualquier fastidio se borro dando paso al asombro. Veía más lógico que un recuerdo de sí mismo se manifestará, sin embargo no entendía el por qué razón veía uno de Blake.

Que pasa cariño– Preguntó Adam a Blake con una ternura tan palpable que incluso alguien tan poco versado en asuntos sentimentales como Oscar lo habría notado.

Una mezcla de tristeza y enojo comenzó a invadir a Oscar —¿Por que la llama así— No conocía a este hombre y odiaba profundamente que se dirigiera a Blake de esa manera. Era un sentimiento extraño y desconocido para él, y lo llenaba de una incomodidad que no podía entender del todo.

Blake trago sintiendo su corazón latir por las palabra de Adam, hacia poco que ellos dos habían comenzado a salir. Lo mantuvieron en secreto de los demas tanto como pudieron. Pero las constantes visitas de Adam a la tienda de la gata, hizo a los rumores volar, eran visitas muy cortas de cinco minutos a lo mucho, pues Adam al ser el lider del lugar no podia darse el lujo de estar todo el dia con Blake –...Yo solo quería saber como estabas. Llevas ya un mes haciendo misiones sin descanso y no hemos tenido tiempo para nosotros– Sus mejillas se sonrojaron de manera leve y se agarro el brazo.

Al escuchar la hermosa voz de Blake, decir aquellas palabras de "Nosotros" Oscar se sintió de alguna forma herido. Era menos doloroso que cuando Zoltan lo golpeaba, pero estaba igualado a las miradas de desprecio que le daban los aldeandos. Era obvio para cualquier persona que la relación que tenía con el toro, no era la de unos simples amigos.

Adam sonrió ladinamete y se acercó un poco a Blake que miraba quieta en su mismo lugar.

Adam le levantó el mentón obligándola a mirarlo –¿Que es lo que quisieras hablar?– Hoy Adam no tenía alguna obligación, era un día completamente libre.

Blake trago sonoramente saliva. Estaba profundamente nerviosa. Mientras tanto Oscar estaba profundamente enojado y no sabía el porqué. Solo sabía que este tipo le caía mal, jurando que si algún día lo conocía no lo dejaría acercarse a la gata. Ese pensamiento que para todos sería extraño, por alguna razón sono lógico en la cabeza del niño.

–Quisiera que, tuviéramos más tiempo para hablar. Siempre estas afuera, no tengo más de cinco minutos contigo– Se quejo Blake de una manera un tanto infantil.

Oscar jadeo por la forma que Blake dijo las cosas, preguntándose ¿Que edad tendría en este recuerdo?. Otro pensamiento, aun mas delosaldor que el anterior, comenzo a tomar forma en su mente: —¿Ella también se pondría así conmigo, si esque estoy alejado?— Era una perspectiva egoísta. Pero no podía evitar pensar en ello.

Sin embargo, sabía que esta línea de pensamiento era ilusoria. Aunque habían estado unidos como uña y mugre durante dos semanas, Oscar era consciente de que no era indispensable en la vida de Blake. Esta realidad lo entristeció profundamente. A pesar de los vínculos que habían formado, Oscar sabía que, tarde o temprano, Blake seguiría adelante por razones obvias. La idea de ser reemplazado en su vida le causó una tristeza abrumadora. ¿Qué le podía hacer? Iba a morir inevitablemente. —A menos de que acepte el trato que me ofreció Rai— La idea fue descartada tan rápido como apareció.

Adam quiso soltar una risotada por la acusación infantil. Se esforzó por mantener su seriedad, pero resultaba casi imposible–Ja...jajaja –se rió sin poder evitarlo, molestando a Blake, quien le dio un pequeño puñetazo en el brazo –!No te rías, te lo digo en serio! –le reprochó ella.

–Está bien, perdón –Dijo Adam, con una expresión de duda grabada en su rostro. No quería quedarse en el campamento por más de un día debido a las implicaciones que ello tendría, pero tampoco quería enojar a Blake. –...Por qué no, hablamos aquí. De todas formas, la mayoría del lugar ya sabe de nuestra relación –Sugirió.

La propuesta hizo sonreír a la chica, quien asintió con fervor. Sin embargo, ahora era ella quien mostraba una mirada dudativa. Tenía algo que pedirle a Adam, y esa era una de las razones por las que había venido

–¿Que pasa, Blake?– Dijo Adam apartándose un poco de ella.

–...Descubrí que varios miembros del Colmillo Blanco, son analfabetos –Dijo ella, pausando un momento para observar la reacción de Adam.

Adam levantó una ceja por el tema que surgió de la nada –Aja –Respondió, leventando la ceja con duda.

Desvío la mirada otra vez con duda, dándose coraje, tomó aire –Y quisiera ayudar a resolver eso...¿podría abrir un taller de lectura en el campamento? –Su voz fue bajando de tono a medida que avanzaba su petición. No por timidez, sino porque no sabía cómo hacer que los miembros del Colmillo Blanco aprendieran a leer. La idea había surgido a altas horas de la madrugada y, si le daban permiso, no sabría cómo ejecutarla. Sin embargo, realmente quería que la mayoría de los faunos aprendieran algo tan importante como leer.

Me había contado que perteneció al Colmillo Blanco, nunca me había contado nada del taller... eso explica el por qué es tan buena enseñando. Aunque no se por que me conto antes que era una terrorista,que lo del taller— Fue en la octava noche que pasaron juntos. Esa vez solo hablaron entre ellos, no hubo clase ni nada, fue a petición de "El". La realidad fue que Ozpin tomó posesión de su cuerpo y se lo propuso a Blake. Fue un momento muy bochornoso para el.

–!Por su puesto, que si querida. No tenías ni que pedirlo¡ –Exclamó Adam emocionado, mucho más de lo que imaginó Blake. La abrazó con fuerza, tomando a la chica por sorpresa. Ella abrió los ojos ante la repentina muestra de afecto. Al principio, sus brazos titubearon con pequeños temblores, pero luego envolvió a Adam con sus delgados brazos, correspondiendo al abrazo.

El lugar en el que estaba cambió, cosa que Oscar agradeció, ya no soportaba ver eso por mucho más tiempo.

El panorama cambió a un lugar destruido, con muchas mesas desacomodadas y las ventas completamente rotas.

Ahora Oscar veía todo desde una perspectiva baja, como si Blake estuviese acostada en el suelo. Era evidente que Blake estaba completamente debilitada. Oscar sentía un dolor profundo. Era tanto emocional como físico, pero no era de él, sino de la chica.

El mismo hombre que Oscar vio en la anterior memoria. Esta vez con una máscara que le cubria los ojos. Estaba delante de Blake, con la funda de su arma en la mano. Caminaba hacia la chica de una forma lenta y amenazante.

–!Este pudo haber sido nuestro día, ¿que acaso no lo vez?¡ –Rugió el toro con furia en sus palabras, su voz resonando en el aire cargado de tensión.

–!Yo no queria esto, yo queria igualdad, yo queria paz¡ –Grito Blake con determinación, pero Oscar podía sentir la fragilidad en su voz, la angustia palpable en cada palabra. La chica se levantó y transaformo a Gambol Shroud en su modo pistola

Los disparos se estrellaron con la espada ya sacada de su funda de Adam haciéndolo brillar de un rojo carmesí.

–!Lo que tú quieres es imposible¡ –Volvió a envainar de nuevo su espada. Conteniendose de usar su semblanza. En cambio opto por la violencia física, abofeteando con fuerza a Blake y derribandola al suelo una vez más.

Oscar estaba impotente, quería hacer cualquiero cosas para matar a Adam. Ahorcarlo o atravesaron con los vidrios que a alzaba a divisar en el suelo. De las opciones más horribles hasta las más lentas y sádica. Todo lo que quería hacerle a Adam se quedaba corto según el, a lo que de verdad merecía por el acto que hizo.

–Pero yo te entiendo, por que todo lo que yo quiero es a ti Blake –Adam pronunció las palabras con una suavidad que contrastaba con sus acciones. La pelinegra quizo defenderse ante el acercamiento de Adam. Apunto su arma pero fue pateada dejándola más indefensa de lo que ya estaba. Un círculo color rojo brillante apareció a espaldas de Adam, este tenía cuatro círculos conectados por una línea negra. Solto un suspiro, deapercido el circulo.

Blake se quedó sin aliento, ese círculo solo lo habia visto dos veces y seguía sin entender como fusionada. Lo único que estaba segura esque Adam solo lo manifestaba cuando estaba enojado.

!Esa cosa se parece a cuando hago el Jutsushiki Tenkai¡— Grito Oscar mentalmente.

–Y mientras me encargue de este mundo y entregue la justicia que la humanidad tanto se merece –Bajo el tono de su voz al igual que la altura de su cuerpo, agacahdose lo suficiente para mira a Blake –Hare mi misión personal el destruir todo lo que amas –Su cabello brillo en tono rojizo fosforescente mientras el viento soplaba y movía sus mechones.

La voz de Yang sono por el lugar –!Blake¡ – Gritaba desesperada.

Adam volteo la mirada al igual que Blake, viendo como Yang golpeaba a un miembro de Colmillo Blanco mandandolo hacia atrás.

El pelirrojo devolvió la mirada –Empezando con ella –Levantadose sacando el aire de sus pulmones y sonriendo con satisfacción. Al ver que Yang no ponía su atención en el lugar en donde estaban, tomo una medida drástica. Desenvainando sus espada de nueva cuenta, la bajo atravesando el abdomen de Blake ocasionado que diera un gemido de dolor.

Oscar no siento el dolor, no por que no debería de hacerlo. Sino todo se lo llevo el extremo enojo que ahora sentía. Claramente no podía expresarlo con su cuerpo pero si pudiera sería con los ojos inyectados en sangre y apretandolo los dientes casi hasta que se rompieran por la presión de su mandíbula.

Yang presto antecion ahora, viendo por completo la escena. Su cabello se incendio y sus ojos se pusieron rojos –!Aléjate de ella¡–

–Vete...por favor– Con su voz débil intento decirle.

Adam la provocó, haciedole seña de que viniera a por el, con la mano. Yang en un estallido del disparo de sus guantes estaba a uno centímetros de Adam. Esos centímetro fueron suficientes para que una media luna roja lanzada por el pelirrojo le rebanara el brazo brotando un gran chorro de sangre que mancho no sólo el suelo, también la máscara de Adam.

Adam miro con desdeño la escena –Con esto, me doy por bien servido. Pero espero que sepas que me heriste mucho –Se dio la vuelta dándole la espalda a las dos mujeres que acababa de casi matar. Su andar fue frío como sus acciones recientes, ni siquiera volteo una segunda vez.

El recuerdo se corto ahí devolviendo a Oscar en donde estaba antes. La misma montaña en donde estaba antes.

–Eres increíble Miles– Declaro ante el cuerpo muerto del rubio –Sabes, esa habilidad funciona mejor con gente con la que me siento cómodo o conectado de alguna manera de echo ni siquera debo de tener un contacto cercano a la cabeza, solo bastaria con tocar un dedo o un mechon de cabello. Así que lo siento si esque tu último recuerdo fue mi cara tan cerca de la tuya –Se rió de su propia broma.

El viento soplo con más fuerza, el aire era muy gélido siendo apenas notado por Voltia. Unos copos de nieve empezaron a caer de manera moderada, hasta que uno llegó a la palma de Rai –¿Valla así que ya es diciembre?. Eh estado mucho tiempo aquí arriba –Suspiro triste. Su tristeza duró poco, al ver a Crocea Mors.

–Tal vez no pueda darte un regalo a ti. Pero se lo daré a tus desendientes– Levantó la espada con delicadeza y concentrado una parte de su aura guió la electricidad de su semblanza sobre toda la hoja haciedola brillar de azul celeste, mientras sacaba chispas. La electricidad se calmó y la espada dejó de brilla para volver su color metálico original –Más vale que tu mocoso la encuentre o sino tu amada espada quedará en manos de un desconocido y ojalá no me haya oxidado tanto, pues ocurrir la posibilidad de que no llegue a Remmant –Tomo el arma como si fuera una lanza, con una fuerza sobrehumana la lanzó provocando un silbido, la tierra ya destruida se hundió más. La espada al llegar al cielo empezó a abrir las nubes –Que buen lanzamiento, estoy más que seguro que si llegara a Remmant –Silvo alegre.

Ajeno a esta alegría estaba Oscar, que debido a los que vio estaba en un estado de completa rabia, rabia derruida hacai un solo hombre. El recuerdo pareciendo un cristal empezó a resquebrajarse con grietas blancas hasta que exploto por completo devolvido a Oscar a aquel espacio en blanco.

Los pensamientos de Oscar bullían

con un odio abrasador dirigido hacia el

hombre que había causado tanto

sufrimiento a dos de sus amigas. Era

un sentimiento que no podía ignorar ni

mitigar, una furia que consumía todo a

su paso –...¿Pero qué puedo hacer? –Se lamentó en voz baja, su voz cargada

de impotencia y frustración. -Si tan

solo tuviera más tiempo, lo buscaría y

lo mataría. Pero no lo tengo, apenas

me quedan esta semana y la

siguiente... –Sus palabras se

desvanecieron en un susurro amargo

La resolución brilló en sus ojos, su

mandíbula apretada con

determinación –Supongo que a los

próximos que intenten hacerle daño a

Blake... los mataré –Declaró con una

certeza implacable. No era una

amenaza vacía, sino una promesa

cargada de verdad. No había lugar

para dudas en su mente todo lo contrario a la vez en el tren, y Oscar no se cuestiono por que ese deseo de muerte que sentía le salía de una forma tan natural.

De verdad quiero matarlo —Fue el último pensamiento de Oscar, era la primera vez que el tenía tanto rencor a una sola persona.

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La fogata iluminaba y calentaba el rostros pálido de Weiss.

Ruby trato de consolar a Weiss poniéndole una manta en lo hombros. La peliblanca agredecio el gesto abrazando más la manta

–¿Supongo que aquí se acaba nuestra misión?– Dijo Weiss a su líder.

Ruby se quedó callada durante un rato, no sabiendo que decir. En lugar de eso evadió la pregunta y se retiro del lugar en busca de pistas del lugar.

La razón por la que tarde fue por que quería entregar algo de mejor calidad y espero averlo logrado, ya que este es el Me tomó más tiempo del esperado porque quería entregar una mejor calidad, y espero haberlo logrado. Este es el último capítulo de la serie. Quizás se pregunten por qué, si ya tenía planeado el volumen dos. La razón es que no me gustaba cómo estaban quedando algunas cosas, además de que esto empezaba a parecer un enorme borrador. Perdón si les hice perder el tiempo, pero tendré otra historia muy similar a esta. De hecho, hay varias cosas que tomé de aquí para hacerla, así que espero que también la lean. ¡Gracias por leer! Hasta luego. Sé que es un final horrible, pero tenía planeado terminar esto en el capítulo 12. Pero bueno, mejor hago la otra historia, la cual siento que será mucho mejor que esta, sin tantos agujeros de guion

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