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Engaño XI

Dentro de cierto bosque yacía la figura de un chico de cabello blanco; los rayos del sol caían sobre él, iluminando una figura hermosa y espléndida; se veía simplemente hermoso; sin embargo, había algo que empañaba su belleza: la sangre que cubría su cuerpo, bañándolo por completo. Le faltaba el brazo izquierdo, y a su alrededor yacían innumerables bestias hechas pedazos. El chico jadeaba intensamente, luchando por respirar; estaba extremadamente agotado por el esfuerzo que había tenido que hacer horas antes.

 "¡Dios mío, ¿qué carajos pasa con esa maldita flor?"

- SEGÚN EL ANÁLISIS REALIZADO, EL FLUIDO QUE NOS LANZÓ ATRAE A LAS BESTIAS.

"Ya veo; es por eso que podían verme a pesar de ser invisible, o más bien, percibirme por medio del olfato", respondió.

- NO SOLO FUE POR EL OLFATO QUE NOS DETECTARON; ESE FLUIDO EMITE UNA EXTRAÑA AURA.

"Uff; casi me matan; no dejaban de aparecer por todas partes", suspiró aliviado.

Todo comenzó cuando se encontró con una extraña planta de color rosa; se notaba de lejos que no se trataba de una simple planta, ya que poseía un rostro; era más parecido a una flor con rostro humano; eso llamó mucho su atención. Cuando se acercó para analizarla, las cosas se salieron de control; la flor lo había detectado, y ahí fue donde empezó la pesadilla. La flor abrió su boca y le lanzó un extraño fluido que les cayó en el cuerpo; después gritó de una forma extremadamente chillona, y a los pocos minutos aparecieron innumerables bestias desde todos los lugares: desde conejos hasta tigres gigantescos; había de toda clase de bestias atacando desde todas partes; fue una locura; apenas podía defenderse de tantos ataques; las heridas que recibió fueron innumerables, y las bestias rompían rápidamente sus defensas una y otra vez. Lo peor de todo es que no podía escapar; lo tenían flanqueado por todos lados.

"Maldita flor; vamos, llama a más bestias; ¡atrévete!", desafió a la planta.

En una esquina, cerca de un árbol, yacía la flor de color rosa, cubierta de espinas negras; su rostro era de color rosa, aparentemente hermoso, pero él sabía que no era así. Durante el transcurso de la batalla, la flor se había transformado en una cosa horrible; su cara cambió, volviéndose fea. Se acercó lentamente a ella; podía sentir el miedo de la flor; era palpable en su expresión. Había notado que la flor había estado soltando esporas por toda la zona; según el análisis realizado, se trataba de una especie de afrodisíaco, con la única diferencia de que su finalidad era controlar la mente. La flor, al estar atada a la tierra, no podía correr, así que utilizaba a otras bestias para defenderse; usando sus ojos, pudo ver que debajo de la tierra, en donde estaba sembrada la flor, yacían restos de innumerables bestias; estaba más que claro que la flor se las estaba comiendo; dudaba que las pobres bestias hubiesen ofrecido resistencia. Cuando llegó frente a la planta, pudo ver que su color cambió de rosa a un tono rosa oscuro, y su tronco se endurecía; parecía estar entrando en algún modo defensivo; estaba más que claro que la flor tenía inteligencia; eso le había quedado muy claro. Otra cosa a tener en cuenta es que ella lo estaba mirando directamente, a pesar de que él estaba invisible.

"¿Qué pasa? ¿No vas a llamar a más bestias?", preguntó en tono burlón.

La razón por la que le estaba hablando a la planta era porque sabía que ella podía hablar; se estaba burlando de ella, pero sabía que con su inteligencia podía entablar una conversación. Otra de las razones por las que creía que la flor podía hablar era porque cada vez que le decía algo, su rostro cambiaba y se fruncía levemente, como si lo entendiera. Los ojos de esa cosa eran completamente negros; no había luz en ellos; daban un poco de miedo; se podía sentir la maldad en ellos. Después de un rato de espera, la flor finalmente optó por hablar.

"Maldito seas; ¿cómo te atreves a matar a mis juguetes?", espetó.

"Oh, por fin te dignaste a hablar, maldita", respondió en tono sarcástico.

"Cállate; ni creas que podrás matarme tan fácilmente", respondió la flor.

"¿Interesante; dominas el idioma humano; ¿cómo lo aprendiste?", preguntó curioso.

La flor estaba hablando en el idioma común de los humanos; eso por sí solo ya era extraño; que una bestia hablara el idioma humano llamó mucho su atención. Otra cosa que había notado era que parecía estar ganando tiempo para atraer a más bestias de la zona; para su mala suerte, no se lo iba a permitir; estaba cansado de tanto matar bestias y se encontraba en su límite; las bestias con las que había luchado eran cosa seria; eran bestias muy poderosas; fácilmente podrían estar categorizadas a la altura de aquel pájaro monstruoso que yacía en su cubo.

"Cállate", ordenó.

"Qué poco sociable eres; pero debo felicitarte; me jodiste bastante; ahora es hora de que yo te joda a ti", respondió con una sonrisa burlona.

Con un movimiento de su mano, usó la característica 'mover', y en un instante arrancó del suelo a la flor; se escuchó un chillido horrendo proveniente de esa extraña planta, pero no le importó; estuvo atento a que ninguna bestia se le acercara mientras la arrancaba; no quería más sorpresas; esa planta, o más bien esa flor, formaría parte de su arsenal; estaba más que claro que poseía poderes especiales. Una vez que estuvo fuera del suelo, pudo ver sus raíces cubiertas de sangre; al ver su rostro, pudo ver su agonía; parecía estar llorando lágrimas de sangre.

¡Krii! ¡Krii! ¡Krii!

"¿Oh, ¿qué le pasó a tu arrogancia?", preguntó con sorna.

A la flor se le había borrado la sonrisa que tenía al principio cuando estaba luchando con las bestias y lo vio superado en número; tenía una risa malévola, pero esa risa no se podía ver por ningún lado en esos momentos; ahora todo lo que había en su rostro humano eran lágrimas de sangre que brotaban de sus ojos negros y dolor; se había puesto a llorar; sus chillidos eran extremadamente molestos.

"Pensaste que te iba a atacar, ¿verdad? Pensaste que no sabía que estabas lista para derretirme", dijo con superioridad.

"¿Cómo lo supiste?", preguntó la flor sorprendida.

"Tu mirada te delata, y tu sed de sangre es palpable", respondió con seguridad.

La flor tenía muchos trucos bajo la manga; estaba más que claro que no se iba a dejar asesinar fácilmente; dentro del tronco de la flor, pudo ver que concentraba una extraña energía; según su análisis, lo que sea que fuera esa energía era extremadamente corrosiva y letal para los seres vivos que entraran en contacto con ella; por supuesto, no iba a dañar su tronco, por eso optó por arrancarla del suelo.

- NUESTRA DETECCIÓN SE HA VUELTO A INTERRUMPIR.

"Lo sé; acabemos con esto", respondió decidido.

La flor había estado interrumpiendo de alguna forma la detección de D, y cada vez que lo hacía recibían ataques furtivos de bestias; de esa forma fue como consiguieron arrancarle el brazo tan fácilmente; literalmente hablando, no lo vieron venir; todo pasó muy rápido; cuando se dieron cuenta, ya el brazo no estaba ahí y se lo habían comido; a estas alturas, ese brazo ya debe haber sido digerido. Sin perder tiempo, acercó a la flor usando la característica 'mover', y en un movimiento extremadamente rápido la tocó y la guardó en el cubo negro.

Decidió que no la mataría; esa infeliz le había causado muchos problemas; le dejaría el trabajo a D; por supuesto, eso no significaba que no le haría sufrir; se quedaría con todas sus habilidades y su conocimiento, que sin lugar a dudas le sería muy útil; después de todo, la condenada era muy inteligente; se las había ingeniado para dañarlo, cosa que se había vuelto difícil en la actualidad para otros sujetos. Una vez que la flor desapareció dentro del cubo, aparecieron por detrás de él siete bestias; todas parecían estar utilizando alguna clase de técnica de sigilo; fue impresionante ver a esas bestias ocultarse de esa forma; otra cosa a tener en cuenta era que esas bestias que habían aparecido tenían inteligencia; los delataba la forma en que se movían y lo miraban; estaban buscando una apertura para atacar.

"Impresionante; así que hay más bestias inteligentes".

No hubo respuesta por parte de esas bestias; todas se quedaron calladas, analizándolo; estaban encima de los árboles; eran muy curiosas, pero no les iba a dar la oportunidad de que lo atacaran; aún se encontraba invisible, pero parecían saber con exactitud dónde estaba.

 "¿Qué carajos está pasando con 'manto de invisibilidad'? ¡No está funcionando!", exclamó mientras miraba a las siete bestias que se encontraban trepadas en los árboles.

- SE DESCONOCE LA CAUSA DEL INCONVENIENTE.

"Incluso la característica 'ocultar' parece estar fallando", añadió frustrado.

Los poderes que utilizaba para hacerse invisible y ocultar su presencia no estaban funcionando por alguna extraña razón; después de todo, las bestias lo habían atacado con una precisión aterradora, como si pudieran verlo a la perfección; y esos siete lo miraban fijamente; sabían dónde estaba.

"Está bien, malditos; si me pueden ver, entonces no necesito estar invisible", decidió.

Apagó los poderes que estaba utilizando para ocultarse y se mostró entre las siete criaturas que tenía delante; estaba más que claro que vinieron exclusivamente a matarlo; ¿quién hubiera pensado que este bosque tendría semejantes criaturas? Era aterrador pensar que a esos seres se les había otorgado inteligencia. Una vez que apagó los poderes que utilizaba para ocultarse, se quedó mirando fijamente a los siete y les dijo:

"Vengan, malditos".

Los siete individuos que estaban ocultos entre los árboles tenían extrañas apariencias; sin lugar a dudas eran hienas, pero algo a tener en cuenta es que las hienas no se paran en dos patas y mucho menos tenían dos manos parecidas a las de los humanos; lo que estaba presenciando era algo antinatural, algo que no debería existir, pero sin embargo ahí estaban ellos.

"Definitivamente el día de hoy he visto de todo", murmuró para sí mismo.

Sin perder el tiempo, utilizó 'impulso de viento' y se lanzó con todo lo que tenía hacia los siete individuos, primero hasta el más cercano; cuando lo tuvo lo suficientemente cerca, le lanzó un corte de viento, pero el muy bastardo lo esquivó, moviéndose a una velocidad similar a la suya; lo dejó sorprendido; las otras bestias, aprovechando el momento, lo atacaron por el costado; ahora que le faltaba un brazo, era difícil moverse, y no se atrevía a sanar su brazo, ya que tenía un plan mayor en mente; en pocas palabras, tenía que luchar sí o sí con el brazo que tenía y ganar. Recibió el golpe del extraño ser; lo apuñaló con sus garras en el costado derecho, mientras que los otros hacían lo mismo por diferentes frentes; en total recibió seis apuñaladas; el séptimo no pudo apuñalarlo ya que estaba demasiado lejos. En ese momento, una de las bestias trató de usar su otra mano para desgarrarle el cuello, pero no iba a dejarlo; rápidamente colocó un escudo alrededor de su cuello y lo bloqueó; las garras de la bestia se hicieron pedazos cuando tocaron su escudo de maná; una sonrisa se pintó en su cara en ese momento; los otros cinco intentaron hacer lo mismo, pero terminaron de la misma forma, con las garras destrozadas; cada vez que intentaban desgarrarlo, les colocaba un escudo justo en el lugar que intentaban atacar; los bastardos eran veloces; tenía que darles crédito; tenían excelentes habilidades de combate; lo tenían impresionado. Segundos después se unió el séptimo; venía cargando con una velocidad tremenda; parecía querer atravesarlo; podía ver su maná concentrarse en su mano izquierda; estaba más que claro que estaba apuntando a su cabeza; estaba claro que quería terminar la pelea rápidamente; lo dejó acercarse; los otros seis no se quedaron quietos; lo atacaron con ataques implacables; trataban de ocupar su mente para que el que cargaba hacia él lograra asestarle un golpe fatal, pero el juego ya estaba llegando a su fin; ellos no eran los únicos que buscaban asesinar a su presa.

"Vengan", los provocó.

Abrió brechas en su defensa; los primeros ataques que lograron conectarlo los dejó pasar adrede; después de todo, quería medir sus habilidades y su destreza en batalla, pero dado que las cosas se estaban poniendo feas, no se podía dar el lujo de seguir jugando con ellos; así que quitó los escudos que cubrían su cuerpo; y ellos, al notar que había quitado los escudos, inmediatamente se lanzaron como balas hacia él; los siete apuñalaron su cuerpo al mismo tiempo, o eso fue lo que debió pasar; las manos y las garras que utilizaron para tocar su cuerpo fueron reducidas a pequeños trozos, y no solo se trataba de sus manos; sus cuerpos también recibieron un poco de la característica 'cortar'; pudo ver detalladamente las expresiones de las siete bestias sorprendidas; no pudieron reaccionar a tiempo a su ataque; sus cuerpos cayeron hechos picadillos en el suelo.

"Uff; qué miedo; no quisiera enfrentarme a mí mismo", bromeó.

En el suelo yacían pequeños trocitos de los cuerpos de las siete bestias; no sabía qué otras cosas se escondían en esas criaturas, pero eso ya no importaba, ya que fueron reducidas a pequeños trocitos.

"Idiotas; qué importa si me acorralan; si no puedes tocarme, no puedes matarme", dijo con satisfacción.

Aplicar la característica 'cortar' en su cuerpo era una manera de defensa casi impenetrable; bueno, llamarla una forma de defensa eso era quedarse corto; literalmente hablando, podía defenderse y atacar al mismo tiempo; sus oponentes quedarían perplejos y no sabrían siquiera qué los mató; mantener esa característica trabajando de forma automática no era una muy buena idea; el consumo de energía vital era masivo, por eso no lo utilizaba con frecuencia; la tenía guardada como un as bajo la manga.

"Oh, no de nuevo", lamentó.

Los cuerpos de las siete bestias no fueron las únicas cosas que la característica 'cortar' destrozó; su ropa estaba hecha cuadritos pequeños y quedó desnudo en un instante; esta era otra de las razones por las que no quería emplear esa carta de triunfo; era un arma de doble filo.

- NO SE PREOCUPE; YO ME ENCARGO.

"¿Qué vas a hacer?", preguntó confundido.

Como por arte de magia, los pequeños trozos de la ropa que yacían en el suelo esparcidos comenzaron a reunirse en un solo lugar, y los pequeños trozos comenzaron a unirse y a formar nuevamente el traje; fue una vista increíble.

"Lo había olvidado", exclamó sorprendido.

El traje fue reparado con éxito; había quedado como nuevo; se le había olvidado que, literalmente hablando, podía reparar cualquier cosa. Sin perder el tiempo, se colocó nuevamente el traje que había sido reparado; era una lástima que para utilizar 'cortar' de forma automática tuviera que quedar desnudo en cada ocasión. Sin perder el tiempo, se puso a recoger los cadáveres que había dejado en el suelo; fácilmente excedían los cien; tenía que extraerles las habilidades; le tomó un tiempo encontrar a todas las bestias que había matado; después de todo, la mayoría de las bestias habían sido partidas en pedacitos, lo que dificultaba encontrarlas e identificarlas. Después de que terminó de meterlos a todos en el cubo, de inmediato se dirigió de vuelta al reino de los elfos usando 'impulso de viento'.

'Me dejaron bastante mal', pensó mientras revisaba su cuerpo.

Sin lugar a dudas me habían dado una paliza, pero esto fue adrede; después de todo, tenía un plan en mente que requería estar lastimado; cabe resaltar que en estos momentos no sentía nada a pesar de estar herido; 'corazón de hielo' estaba anulando el dolor, fácilmente podría curarse usando 'reparador'.

"Solo debo dejar que esas dos ratas me vean lastimado, y sin lugar a dudas le pasarán la información a sus superiores", concluyó con una sonrisa malévola.