Forjando Puntas de Flecha

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—Pronto podrás verlo por ti misma —terminó William, colocando los minerales ya apagados sobre la mesa antes de proceder a hacer algo diferente. Contrario a lo que Ellina esperaba, William no colocó los minerales en el fuego sino en otra cosa.

—Estas velas... —murmuró mientras observaba a William licuando las velas. No pasó mucho tiempo antes de que tres ollas se llenaran de líquido verde derretido, iluminando brillantemente toda la habitación en esas horas tan tardías de la noche.

—¿Quieres luz durante el trabajo? Tengo aquí una vela de grado superior —sacó del anillo de almacenamiento una vela de luz mucho más grande, mucho más gruesa y de un verde intenso.

—No, la estoy utilizando en el proceso de forja —William trajo otra olla y esta vez la llenó con los minerales escarlatas apagados.

Una vez colocados en el fuego, Ellina no pudo evitar invocar su poder espiritual asustada. El profundo temor de explosiones de esos minerales corría por sus huesos y la hacía reaccionar reflejamente.

¡Pero nada de lo que temía sucedió! ¡Justo el milagro que nunca esperó apareció allí y los minerales se licuaron suave y sin problemas!

Aproximadamente diez minutos fueron necesarios para fundir completamente los minerales en un fluido de un rojo escarlata brillante. William no se apresuró a empezar a martillear, y en lugar de eso colocó cuidadosamente esa olla en el suelo antes de tomar una de las tres ollas de líquido verde y lentamente vertió algo en el líquido escarlata.

*¡Swoosh!*

Una espesa nube de vapor lo asaltó y subió rápido para llenar parte de la habitación. Su rostro se quemó levemente por la ráfaga de calor, y su cabello quedó un poco desordenado. Sin embargo, eso no impidió que Ellina presenciara otro milagro.

Los minerales escarlatas brillantes fundidos, una vez en contacto con el líquido verde, comenzaron a emitir deslumbrantes chispas de luz como fuegos artificiales. Parecía que había algo en el líquido verde que estimulaba al mineral vibrante escarlata fundido.

Ellina no sabía qué era, pero William sí. El material de la vela de luz tenía una capacidad excepcional para aumentar cualquier material conductor de poder espiritual, justo como lo hacía con los cristales espirituales.

Sin embargo, este no era el único efecto que tenía. También tenía la habilidad de regular cualquier conducción de energía. La vela de luz convertía la naturaleza feroz de los minerales vibrantes escarlatas que se habían logrado controlar ligeramente con el material de arcilla en unos más suaves y obedientes.

Era como un segundo efecto calmante añadido a los minerales vibrantes escarlatas para evitar que se descontrolaran bajo cualquier condición. Hacer esto aseguraba la continuación del proceso de forja de estos minerales de manera segura sin ningún accidente imprevisto.

Dentro de la densa nube de neblina roja, William reabrió su herida y dejó caer su sangre sobre la mezcla. Él no esperó a que la niebla se aclarara mientras dejaba a un lado la olla para que se enfriara y tomaba otra.

Durante la siguiente hora continuó haciendo eso hasta que terminó de fundir todo lo que tenía. La cantidad de velas de luz necesarias no era mucha. De la cantidad que había comprado antes, le quedaba casi la mitad.

—Hora de templarlo —devolvió una olla al fuego y cuidadosamente esperó cinco minutos. No quería que la mezcla se convirtiera en líquido, sino en una forma semisólida.

Luego la sacó, la vertió sobre el yunque antes de empezar a martillar.

No tenía suficiente fuerza para martillar correctamente y con eficiencia, así que usó el mismo método que antes. Rotar unas cuantas veces antes de finalmente dejar caer el martillo era suficiente para purificar la mezcla semisólida y liberar chispas de fuego por todas partes mientras quemaba las impurezas.

A pesar de ser un proceso simple de martillado, William no tenía suficiente fuerza ni poder espiritual para usar el martillo de manera eficiente al hacerlo. Y pronto Ellina se dio cuenta de esto.

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—Déjame hacerlo por ti —en este punto, Ellina sabía que esa era la debilidad de William. Él tenía un cuerpo tan frágil y eso limitaría la cantidad de purificación que podría hacer.

—Gracias —conociendo sus límites, William no rechazó la ayuda. Se puso a un lado mientras preparaba otras ollas para ella. Y Ellina comenzó a demostrar su posición como una de los cinco mejores maestros de forja en toda la academia.

¡Clang! ¡Clang! ¡Cling!

Cada golpe se realizaba con toda su fuerza, haciendo temblar incluso toda la habitación bajo su feroz martillado. William miraba con envidia hacia ella y no podía evitar aspirar a obtener tal fuerza y más.

—Está listo —después de martillar, enfriar, recalentar y repetir el proceso una docena de veces, la mezcla escarlata brillante con unas pocas líneas de verde cambió para volverse de color plateado.

Este cambio era extraño a los ojos de Ellina, pero era esperado para William. Después de todo, el verdadero color de la esencia del mineral vibrante escarlata no era rojo escarlata, ¡sino plateado!

Todo ese rojo eran las impurezas que invadían los minerales de otros minerales y suelo. La primera pieza que estuvo lista se dejó nuevamente dentro del fuego antes de que se convirtiera totalmente en líquido.

Ellina no continuó trabajando y William sabía la razón detrás de eso. Ella quería presenciar sus últimos movimientos antes de volver a trabajar en los minerales escarlatas restantes.

—¿Quieres agua especial para enfriar? —ella no consideraba esto como un simple proceso de forja. En sus ojos, William podría estar haciendo puntas de flecha, pero estas puntas parecían especiales para ser enfriadas con agua normal.

—No es necesario —pero William sabía que desperdiciar tales recursos en estos consumibles no era una decisión sabia. Después de todo, el proceso de forja fue mejor de lo que esperaba gracias a la ayuda oportuna de Ellina.

Además, usar agua de enfriamiento de mayor grado no añadiría ningún efecto de mejora a las puntas de flecha. Así que, rechazó tranquilamente su oferta.

Lo siguiente se hizo como cualquier proceso de forja habitual. Vertió la mezcla fundida dentro del molde y luego usó agua de la gran cuenca dentro de la habitación para salpicarla uniformemente sobre el molde para enfriarlo. El vapor salió de nuevo, pero esta vez no duró mucho.

¡Clang! ¡Clang!

Una vez que terminó de forjar esas puntas de flecha, William simplemente volcó el molde a un lado y lo golpeó con su puño. Las piezas cayeron y las puntas de flecha estaban listas para ser usadas.

—Contienen un poder tan tremendo... suficiente para herir a monstruos de grado plata —Ellina examinó unas cuantas puntas de flecha y expresó su opinión sorprendida.

—¿Herir? Humph, si estas flechas se usan apropiadamente, olvídate de los monstruos de plata... ¡Incluso pueden herir de forma fatal a monstruos de grado oro! En cuanto a los de plata, ya estarían muertos por la explosión —dijo William con orgullo sin contener su ego.

Después de todo este era su trabajo. ¿Cómo iba a permitir que Ellina malinterpretara sus puntas de flecha de esa manera?

—¿En serio? —Ellina parecía dudarlo—, ¿puedo quedarme algunas para probar?

—Toma lo que quieras —William sabía que ella no preguntaba esto por curiosidad. Estaba pensando no solo en imitar su brillante proceso de forja, sino también en mostrar estos productos únicos al maestro de forja de alto rango.

¿De otra manera cómo podría hacer que esos maestros aceptaran el trato que le prometió?