Capítulo 41: No te Metas Conmigo

Yu Qi se preparó para ir a la escuela. La Señora Sheng le preparó el desayuno como una verdadera madre. Yu Qi se sintió conmovida por ella. Después del desayuno, se fue. Un minuto después de salir, se topó con Feng Yue. Parecía que la chica la estaba esperando.

—Hola, querida —saludó a Feng Yue con una encantadora sonrisa.

Feng Yue se quedó sin palabras al ver a Yu Qi sonriéndole encantadoramente.

—Hmm... ¿Por qué estás congelada así? —Yu Qi se sintió extraña al ver que Feng Yue no respondía a su saludo.

Feng Yue pareció despertar de su estado de ensueño.

—Yu Qi, si yo fuera hombre, definitivamente me enamoraría de ti.

—Pero realmente me gustas como chica, ya sabes —Yu Qi se acercó a Feng Yue y colocó su mano debajo de la barbilla de Feng Yue.

Feng Yue se quedó sin palabras nuevamente por la habilidad de Yu Qi. Yu Qi soltó la barbilla de Feng Yue. Caminaron juntas hacia la escuela. Llegaron a la escuela.

Normalmente, en la puerta de la escuela, como cualquier otro día, los estudiantes pasaban libremente por la puerta. Inesperadamente, vieron algo diferente.

Vieron a un grupo de chicos bloqueando la entrada de la escuela. Parecían buscar a alguien mientras escaneaban la cara de los estudiantes que querían pasar.

—Parecen una banda de gánsteres. ¿Por qué están aquí? ¿Y por qué los profesores aún no toman medidas? —Feng Yue lanzó algunas preguntas.

—Sí, también lo creo. Parecen estar buscando a alguien. Bueno, no tiene nada que ver con nosotras. Vamos —Yu Qi casualmente quería pasar la puerta con Feng Yue.

—Hermano, ya la encontramos —uno de los gánsteres gritó y bloqueó a Yu Qi y Feng Yue.

Las dos chicas adoptaron rápidamente una postura defensiva. Un hombre que parecía ser su líder se acercó a las dos chicas.

—Ya no puedes huir. Sígueme. El Jefe quiere que conozcas a los clientes hoy —el líder de los gánsteres miró directamente a Yu Qi. Había un ligero lujuria en sus ojos.

—¿Nos conocemos? —Yu Qi no sintió miedo al enfrentarse a un grupo de hombres.

—Eres una de nosotros. Ven conmigo. No me causes problemas. —La declaración de ese hombre dejó impactados a todos los estudiantes presentes.

—¿Qué quiere decir este hombre con que Yu Qi es uno de ellos? Parecen una banda de gánsteres. ¿Es Yu Qi uno de ellos? —Varias preguntas aparecieron en sus mentes, pero nadie podía darles una respuesta.

Yu Qi entrecerró los ojos. Empezó a emitir un aura fría. Un aura que podría matar a alguien. Feng Yue lo sintió. Giró su vista hacia Yu Qi. Sí, recordaba ese aura. Este aura era la misma que la de su Hermano Hui cuando fue secuestrada por alguien y fue salvada por Hermano Hui.

El líder se asustó cuando miró la cara de Yu Qi. Su jefe le había dicho que trajera a la chica de la foto. Si se negaba a seguirlos, simplemente la tomaran por la fuerza. Después de todo, era una chica débil.

Sin embargo, mientras estaba parado frente a ella, podía sentir la presión emitida por esta chica. Una presión que podría matarlo si le hacía algo.

—Primero, no los conozco. A NINGUNO DE USTEDES. No me hagan repetir eso. Segundo, no los seguiré ni a ustedes ni a sus malditas órdenes. Y la tercera, atrévanse a tocarme, y sufrirán las consecuencias. —Les lanzó una mirada mortal.

El líder ya sentía el sudor frío corriendo por su espalda. Dudaba en hacer que Yu Qi lo siguiera. Sin embargo, alguien no le dio importancia a las palabras de Yu Qi y la atacó.

Al ver que no escuchaban sus palabras, dijo con una sonrisa siniestra:

—Luego no me culpen.

Contraatacó a su atacante. Krak. Desencajó el hombro de ese hombre. Nítido y limpio.

—¡Arghh! —Se pudo escuchar un grito fuerte en la puerta de la escuela.

Los otros hombres que querían atacar se detuvieron a medio camino. Pudieron escuchar el sonido krak cuando ella desencajó el hombro de su hermano. No querían sufrir algo tan cruel.

—Sería mejor que se largaran de aquí. Y díganle a su supuesto jefe, que no se meta conmigo. —Yu Qi les dio un recordatorio. —Vamos, Yue. —Caminó elegantemente lejos de allí seguida por Feng Yue.

—Yu Qi, ¿de qué trata todo esto? —preguntó Feng Yue.

—Aún no lo sé. Alguien está tramando contra mí. No te preocupes. Lo averiguaré más tarde. —Yu Qi ya sabía quién estaba tramando contra ella.

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