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Prologo (3)

En unas planicies alejadas de todo se podía ver en la oscura noche unos brillos variados, desde grandes a pequeños que bailaban según el viento y en conjunto con las estrellas no podían dejar de emitir una sensación especial de aventura y lo imaginario.

La aldea bai estaría celebrando su décimo festival de apreciación a los ancestros, este evento era algo muy especial para todos lo que se hayan criado en este atrasado pero conmovedor lugar.

El primer líder de la aldea había sido un hombre de campo que vivió en un lugar no muy lejos de la actual aldea bai, pero por la pobreza y las difíciles circunstancias del terreno no pudieron sobrellevar las cargas de alimento y solo quedo el ir a un mejor lugar.

En este viaje en busca de unas mejores condiciones de vida, el primer líder no pudo evitar destacarse, era bien sabido que fue enseñado por un escolar que se había retirado desde hacía ya mucho tiempo.

Con su gran perspicacia y conocimientos variados, ayudó a convertir la desgracia en posibilidades, lo que más tarde se llamaría la aldea bai y un hogar para muchos que tras años dejó un mensaje de que este espacio aislado podria ser disfrutado por los jovenes sin preocupación.

Con ello y la muerte del primer líder se fue celebrando un evento como el de ahora, en conmemoración a aquel hombre y los que le siguieron por hacer de este un gran lugar.

En estos momentos con un cielo estrellado, las familias salían en frente de sus casas con linternas de papel y se dirigen en una misma dirección de una manera ordenada.

Entre estas familias se pudo ver a un pequeño liang chen con sus padres tomados de la mano yendo en conjunto con la multitud, sonriendo con felicidad.

"Cariño, ¿qué te parece el festival?.." La señora liang le hablo con un tono de voz bajo a su vez con una ternura que haría que hasta el bebé más triste sonreía de oreja a oreja.

".... Es... hermoso..." liang chen no pudo evitar comentar con algo de nostalgia.

En su vida anterior jamás pudo estar en un lugar así o por lo menos no algo que diera esta sensación de unión y calma como lo fue el de la aldea en estos momentos.

"Me alegra, Nos alegra" Su padre y madre hablaron en conjunto, sonriendo. Eso provocó que apareciera una también en los pequeños labios de liang chen.

Tras este pequeño suceso familiar llegaron en poco tiempo aún un claro de árboles y un templo decorado bellamente, este poseía algunas zonas de rezo; bastante parecido a uno de estilo japonés.

En el las personas se agacharon y dieron una pequeña reverencia, esto fue sucediendo de persona a persona y de familia a familia.

Liang chen, al terminar de hacer todo lo necesario se quedó a un lado mirando lo que ocurría con algo de soledad.

Extrañaba a sus padres de la tierra, a veces se preguntaba si se entristecieron por su muerte o quizá si algo malo les hubiera pasado y que el no este hay, le angustio.... Puede que su reencarnación pasará en tiempo no largo,pero el dolor no fue menor ya que esos fueron sus primeros padres.

"Jaja... si que suena extraño decir esto y mas bajo tal contexto" liang chen pensó con ironia sobre su situación.

Al terminar todo las familias se fueron y el templo quedó una vez más en un silencio, no total, de hecho se pudo escuchar una pequeña voz; tierna, dando paso a un sentido de protección que cualquiera con corazón no podría frenar o ignorar.

En unos árboles se podía ver a una niña con el cabello corto peinado tras su oreja y una mirada vacía lloriqueando. Sostuvo con fuerza algo en sus manos.

Mientras este era un mensaje nadie estuvo para recibirlo...tal vez ese podría haber sido el caso, pero en la lejanía liang chen pudo.

Aunque no sería el caso más preciso para describir su situación, ya que lo que liang chen recibió no fue un sonido sino lo que él vio fue innumerables luces que se congregaron en una dirección.

Esto por supuesto le trajo inmensa curiosidad. En su renacimiento siempre pudo ver cosas que otros no, se podría llamar su habilidad "trampa". Nada especial, no que él sepa, además de eso en su mente con algunos recuerdos el sin dudarlo se alejó de sus padres y fue hacia esa dirección. Puede sonar tal vez algo desagradecido, pero con las emociones acumuladas y el dolor de saber que no podría ver a sus padres, en su mente siempre estuvo la posibilidad de volver y quizá considerar esto como un sueño más.

Mientras se dirigía en esa dirección comenzó a oír una voz y las luces fueron desapareciendo, lo que llevó a relajar su velocidad; pero sus pies no se detuvieron.

Sus padres estaban preocupados, pero no intervinieron sino que lo siguieron. Ellos también comenzaron a escuchar y en su duda y curiosidad fueron con su hijo.