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Emboscada Demoniaca

De alguna manera ya había pasado una semana desde que había empezado a entrenar a los chicos, aunque me resultaba un poco difícil recordar sus nombres. Aunque seguían trabajando duro no creo que fuéramos un equipo, además parecía que siempre me veían como alguien de quien dependían para todo ya que sus habilidades no eran muy buenas, de hecho hicieron una lista conforme las habilidades que tenía cada uno.

-No puedo entender cómo es que tienen tiempo de hacer algo tan tonto como esto, deberían de entrenar más por su cuenta para que así no dependan tanto de mí ¡Y me dejen en paz! – pensé mientras observaba la lista de nuevo.

En primer lugar estaba yo. En segundo Alexa, lo que me sorprendió fue que ella tenía la misma edad que yo, pero de alguna manera ya lo sospechaba. Nosotros éramos quienes nos encargábamos de las tareas más difíciles, como acabar con monstruos que los demás no podían manejar, pero la mayoría de las veces era Alexa quien se encargaba para poder mejorar su estilo de combate.

En tercer lugar Miriam, ella tenía el cabello marrón y los ojos castaños, era un poco más baja que Alexa y usaba lentes. Se podía ver que ella era muy inteligente, siempre estaba analizando cada situación para tomar alguna decisión.

En cuarto Lizbeth, ella tenía el cabello negro y ojos marrones y tenía casi la misma estatura que Miriam, no era tan inteligente como ella pero tenía más habilidad con la espada. 

En quinto Alfred, él tenía el cabello castaño y ojos marrones y tenía casi la misma estatura con Miriam, pero era el más disciplinado de los tres. 

En sexto Karen, ella era rubia y de ojos verdes, era la menor de todas las chicas, tal vez de unos 14 años, pero siempre se esforzaba mucho cuando entrenaba. 

En séptimo Carl, él era el menor de todos, tenía el cabello negro y ojos marrones, era muy parecido a Lizbeth, al final resulto que ellos dos eran primos.

Y al final Robert, era pelirrojo y de ojos marrones, era el más insoportable de todos y jamás le gustaba escuchar. No le gustaba entrenar y era quien recibía más golpes al final del día.

Esa mañana Alfred, Carl y Robert trataron de atacarme por sorpresa cuando fui a buscar monstruos lejos del campamento para desahogar un poco el enojo que me causaba entrenar.

-¡Esta vez si te venceremos! – gritaron los tres al mismo tiempo.

Cuando escuche eso ya estaban muy cerca de mí, pero al parecer no habían aprendido muy bien sus lecciones. Antes de que pudieran hacer algo ya los había golpeado a los tres, pero ahora podían aguantar mejor los golpes, por lo que no quedaron inconscientes.

-¡Te dije que no funcionaría un ataque así! ¡No te has dado cuenta que siempre esta alerta! – dijo Carl mientras trataba de ponerse de pie.

-¡Pero pensé que esta vez si podíamos hacerlo! – dijo Robert.

-¡Idiota! ¡Si seguimos haciendo estas tonterías solo nos seguirá golpeando! – gritó Carl una vez que se puso de pie.

-¡Crees que no lo sé! ¡Mi cabeza ya empieza a verse deforme por los golpes! – respondió Robert que también se había puesto de pie.

Ellos dos estaban discutiendo entre sí, aunque parecía que querían consolarse entre sí. El único que se acerco fue Alfred.

-Perdón maestro, prácticamente ellos me obligaron a hacerlo. Además quería que viera que tanto he mejorado – dijo el tratando de disculparse.

-Entonces no debes decir que te obligaron – pensé de inmediato.

-Está bien, pero si quieren hacer tonterías como esta otra vez les daré una advertencia, la próxima vez recibirán golpes con toda mi fuerza – dije tratando de asustarlos.

Cuando escucharon eso los tres se pusieron pálidos.

-Vámonos ya, las chicas ya deben de estar esperándonos para que empecemos a entrenar – dije mientras empezaba a caminar.

-Por cierto, hay algo que quiero preguntarte. Hemos visto que pasas mucho tiempo con Alexa ¿Qué se traen ustedes dos? ¿Acaso ustedes…? – preguntó Alfred.

-Estamos entrenando, mejor dicho, le estoy enseñando como debe enseñarles a las chicas. Ella es muy bondadosa pero tiene que ser más firme y estricta para que puedan seguir mejorando – dije sin prestarle mucha atención.

-Eso es lo que dices, pero nosotros no hemos mejorado mucho – respondió él

-Tal vez no te hayas dado cuenta pero ahora tienen más resistencia y velocidad, incluso pueden soportar muy bien los golpes – dije tratando de animarlos un poco.

-Entonces… ¿solo hemos mejorado como sacos de boxeo? – preguntó el un poco deprimido.

-Si los tratara como sacos de boxeo ya estarían muertos, además no he usado "eso" todavía – dije tratando de recordar lo que había pasado con los postes de entrenamiento del señor Takeshi.

Llegamos hasta el lugar donde íbamos a entrenar, era a las afueras del bosque para tener mucho más espacio.

-¿Por qué llegan tan tarde? ¿Y porque esos tres se están frotando la cabeza? – preguntó Alexa, que salió a encontrarnos apenas nos vio. 

-Trataron de tenderme una emboscada, pero como no pueden cerrar la boca un poco les salió mal – respondí sin mucho ánimo.

Una vez que estábamos todos empezamos a entrenar. Todos llevaban todo su equipo, como de costumbre habían guardado sus armas reales y estaban usando las espadas de madera que había fabricado con las ramas que me había dado la dríada. Todos estaban usando sudaderas, excepto yo, que nunca me habían gustado. Parecía que estaban muy concentrados pero de pronto el ambiente cambio por completo, el aire se volvió frio pero al parecer nadie lo había notado.

En un instante una gran cantidad de monstruos comenzó a salir del bosque, rodeándonos por completo, por suerte teníamos las armas cerca.

-¡Todos tomen sus armas ya! – grité de inmediato al verlos.

-¿Pero que estas dicien…? – preguntó Alexa

Pero se quedó sin habla cuando vio la situación en que nos encontrábamos. Se separó de los demás y tomo su espada. Los demás también se dieron cuenta y tomaron sus armas.

-¿Pero qué demonios está pasando? ¿Por qué hay tantos? – preguntó ella asustada.

-No lo sé. Pero tal vez es por esto que no nos habían atacado en días. Debe haber alguien detrás de esto, no es normal que los monstruos formen grupos tan grandes – dije tratando de analizar la situación.

-¿Crees que podamos con tantos? – preguntó ella, todavía parecía estar asustada.

-No lo sé, pero debemos de intentarlo. Mientras no se metan en mi camino estarán bien – respondí tratando de prepararme para la pelea.

Alexa de seguro iba a decir algo molesto, pero al ver que desenvaine mis dos espadas se quedó callada.

De pronto una figura negra cayó del cielo. Tenía una silueta humanoide con alas, al principio pensé que se trataba de la furia de la otra vez, pero cuando se acercó más vi que se parecía más una persona normal, a excepción que tenía la piel y los ojos completamente negros, como si no tuviera ojos. Sabía que se trataba de algo nuevo, algo que nos daría muchos problemas.

-Veo que lo que dijo mi ciervo era verdad, aquel que le había dado una paliza a Apollyon está aquí y en compañía de un sabroso festín – dijo la figura alada, su tono de voz era frio y parecía divertirse un poco.

-¡¿Tú quién eres y que haces aquí?! ¡Dilo antes de que te asesine! – pregunté mientras lo señalaba con una de mis espadas.

-Veo que no eres como Apollyon te describió ¿Acaso ver a tus padres muertos te cambio un poco? – preguntó el con el mismo tono.

Con solo mencionar el nombre de Apollyon la sangre comenzó a hervirme de rabia.

-¡Este maldito solo se está burlando de mí! Tranquilízate Lucas, no puedes perder el control frente a ellos – pensé tratando de calmarme.

-Espera Lucas ¿eso es lo que…? – dijo Alexa tratando de meterse.

-¡Este no es el momento Alexa! ¡Tu! ¡Es la última oportunidad! ¡Explícate antes de que te corte en dos! – dije ya molesto por su actitud.

-Pero que impaciente. Soy Euronymous, un demonio bajo el mando de Apollyon, conocido como príncipe de la muerte. Después de ver a Apollyon quise comprobar por mi cuenta quien era capaz de hacer eso, pero tú no te vez como alguien muy fuerte, quizás me equivoqué – dijo él, parecía estar algo decepcionado.

-No lo hiciste. Yo fui quien derroto a Apollyon, acabé con su pequeño ejército de monstruos y casi logro acabar con él. Si tienes alguna duda ven, acabaré contigo de una vez. Solo deja que los demás se vayan – dije mientras me ponía en guardia.

-Si los demás están lejos podre pelear mejor. En caso de que sea más fuerte de lo que creo y pierda el control los demás no saldrán lastimados – dije tratando de ver mis opciones.

-¡Espera, no puedes hacer eso! ¡Recuerda que somos un equipo! – dije Alexa de pronto.

-No lo somos, solo les estoy ayudando porque dije que lo haría. Será mejor que se vayan antes de que sea demasiado tarde, si todo sale bien los veré después – respondí son voltear a verlos.

-¡Vaya, vaya! ¡Aquí tenemos alguien que se cree un héroe! – dijo la Euronymous mientras me señalaba.

-¡No lo soy! Con ellos cerca no podre pelear sin preocupaciones y no podré mostrarte como derrote a Apollyon – dije tratando de no caer en sus provocaciones.

-¡De acuerdo! ¡Demuéstrame que no eres un simple humano! – gritó él.

Después de esas palabras se lanzó volando hacia mí con una espada negra en sus manos, yo corrí hacia él y alce una de mis espadas al suelo en el momento que iba a atacarme tratando de confundirlo. Su ataque tenía mucha fuerza, pero pude soportarlo sin mucho esfuerzo. Decidí que pelearía el mayor tiempo posible con una espada, así que lo lance lo más lejos que pude y lo ataque.

El demonio también era rápido y sabía muy bien cómo usar su espada, pero todavía estaba escondiendo algo, lo presentía. En un segundo algo negro salió detrás de él, iba directo hacia mí, pude esquivarlo de un salto y pude ver que se trataba de una cola.

-Vaya, que sorpresa. Son pocos los que han podido esquivar eso, de verdad tienes talento – dijo el mientras se quedaba de pie.

-¿Eso es todo lo que tienes? ¡Pensé que serias un desafío, pero ni siquiera tendré que usar mis dos espadas contra ti! – dije mientras me ponía en guardia de nuevo.

-¡Eso quisieras estúpido! ¡Acabaré contigo! – dijo él, al parecer mis palabras lo habían hecho enojar.

-¡Es hora de mostrarle a este maldito demonio quien es más fuerte! – pensé mientras corría directo hacia él.

Esta vez fui yo quien atacó primero, el demonio apenas tuvo tiempo de desviar mi espada antes de recibir un puñetazo y trastabillar un poco. Después de eso lo seguí golpeando sin parar, había dejado a un lado mi espada para poder pelear mejor. En un intento lanzo su cola hacia mi cuello, pero la atrape con una mano, tome impulso y lo azoté contra el suelo. Se levantó rápido pero solo para que lo volviera a tomar de la cola para lanzarlo lejos.

-Cálmate un poco, no puedes perder el control así de fácil, necesitas concentrarte en no gastar mucha energía para pelear contra los demás monstruos o los demás pagaran el precio – pensé tratando de recordar mi estrategia.

El demonio se levantó con dificultad, tenía un líquido negro saliendo de su boca, tal vez era su sangre.

-¡Maldito, parece que solo estás jugando! ¡Pues si eso es lo que quieres…! ¡Acaben con todos! – dijo Euronymous mientras se ponía de pie.

Con esa señal los monstruos se lanzaron contra los demás en un abrir y cerrar de ojos. Los chicos estaban sorprendidos por la pelea contra el demonio, por lo que tardaron un poco en reaccionar.

La primera en atacar fue Alexa, con estocadas rápidas acabo con uno sin problemas pero había demasiados alrededor de ella. Los demás habían formado un círculo y se protegían unos a otros, estaban peleando justo como en los entrenamientos, formando parejas, uno para defenderse y otro para atacar. Pero los monstruos los superaban por mucho. Solo podía hacer algo.

-¡Traten de reagruparse! ¡Alexa, tienes que estar con los demás para apoyarlos! ¡Resistan hasta que logre llegar hasta ustedes! – grité dando mis órdenes.

-¡Eso es! ¡Traten de resistir todo el tiempo que puedan! – dijo Euronymous riendo.

El demonio empezó a reír como un psicópata, tenía que terminar la paliza que había dejado a medias.

-¡Maldición! ¡Sabía que esto pasaría! – pensé al verlo.

Desenvaine mis dos espadas, otra vez, y empecé a abrirme paso entre los monstruos. Al parecer estaban muy atraídos con los demás, por lo que pude deshacerme de muchos muy fácil, pero todavía no podía llegar hasta ellos. Alexa trataba de llegar con los demás también, pero un centauro con cuernos la golpeo dejándola en el suelo por un segundo. El centauro tenía su espada lista para acabar con ella, en ese segundo corrí lo más rápido que pude y lo lance lejos de una patada.

-¿Estas bien? – pregunté mientras cortaba a otro monstruo.

Estaba tratando de cubrirla mientras intentaba ponerse de pie.

-Sí, puedo seguir luchando – respondió ella mientras se limpiaba el polvo.

-Bien, ve con los demás y trata de apoyarlos – dije matando a otro.

-No, voy a ayudarte, no puedes encargarte de todo tu solo – respondió ella.

-¡Que vayas con los demás! – dije ya molesto por su insistencia.

-¡Te dije que no! ¡Ellos pueden cuidarse solos! ¡Tú y yo debemos acabar con el mayor número de monstruos que podamos para ayudarles! – dijo ella mientras mataba a uno.

-¡Maldición! ¡No puedo discutir con esa lógica! Por más que lo deteste ella tiene razón – pensé al escucharla.

-Está bien, yo bloqueare los ataques y creare aperturas para que puedas acabar con ellos ¡Pero deja de luchar como si estuviéramos en un torneo de esgrima! ¡Si sigues luchando así no tendrás el tiempo suficiente para atacar! ¡Deja de pensar un poco y usa tus instintos! – dije contándole el plan.

-¡De acuerdo! – respondió ella mientras se colocaba a mi lado.

Con nuestro plan listo nos lanzamos al ataque.

A pesar de que jamás habíamos luchado juntos lo estábamos haciendo bien, yo bloqueaba los ataques y Alexa los atacaba en ese segundo. En algunas ocasiones quedábamos espalda con espalda y nos cubríamos, pero después regresábamos a nuestro plan original. Era raro pero estábamos bien sincronizados.

La batalla siguió así por un rato, acabamos con más de la mitad de los monstruos en poco tiempo, pero los demás chicos estaban teniendo muchos problemas. Se veían cansados, tenían algunos golpes y varios estaban sangrando.

-¡Tenemos que ayudarlos pronto o van a caer! – dijo Alexa viendo a los chicos.

-¿Puedes encargarte de las cosas por aquí? Puedo ir y aligerarles un poco la carga – dije tratando de bloquear un ataque.

-Claro que sí, los monstruos saben que no soy alguien débil – dijo ella mientras sonreía.

-¡No te vuelvas arrogante ahora o de verdad acabaras muerta! – pensé antes de alejarme de ella.

Corrí hacia los chicos y en poco tiempo ya había acabado con la mitad de los monstruos que no los dejaban en paz.

-¡Es increíble maestro! ¡¿Cómo es que puede luchar de esa forma por tanto tiempo?! – dijo Alfred mientras me veía asombrado.

-¡Impresionante! – dijo Karen, quien había estado luchando junto a él hasta ahora.

-¡Concéntrense en la pelea! ¡Más tarde pueden preguntar pero ahora tienen que luchar por sus vidas, idiotas! – grité apenas los escuche.

Después de regañarlos los chicos tomaron la iniciativa, no solo se limitaban a defender, creaban aperturas para que las chicas pudieran atacar y en ocasiones también ellos mataban a algunos monstruos. Todo estaba yendo bien hasta que…

-¡¿Qué no hay alguien que sea más difícil?! – gritó Alexa de pronto

-¡Si es lo que quieres entonces yo acabare contigo! – dijo Euronymous mientras se abría paso entre los monstruos.

Alexa había cometido un enorme error.

-¡Esa idiota! ¡No piensa o es que estar matando a tantos monstruos se le subió a la cabeza! – pensé al ver lo que hacia.

El demonio se dirigió volando hacia Alexa y ella lo estaba esperando con su espada lista. La pelea empezó y el demonio tomo la ventaja de inmediato, era demasiado fuerte para ella, cada vez que intentaba bloquear un golpe daba un paso hacia atrás, si eso seguía así terminaría matándola.

En un impulso lance mis dos espadas contra el demonio, cortándole la cola y atravesándole las alas, pero eso no acabaría con él. Trate de abrirme paso a través de los monstruos a puros golpes, pero era mucho más difícil. Alexa seguía perdiendo cada vez más terreno, cada vez que quería atacar el demonio la golpeaba y hacia que trastabillara, esa pelea se estaba poniendo cada vez peor, tenía que llegar ahí pronto.

Deje de golpear a los monstruos y me puse a esquivarlos como si de una pista de obstáculos se tratara, era más fácil pero temía que no llegara a tiempo.

De un golpe el demonio le quito la espada a Alexa, estaba a punto de clavarle la espada en el estómago, pero de alguna manera llegue a tiempo. Tome la espada que se dirigía hacia Alexa con una mano, no me importo que me cortara, solo quería ayudarla. Una vez que sabía que estaba fuera de peligro golpee al demonio con todas mis fuerza, el golpe fue tan fuerte que cayó y rodó por el suelo un poco, al parecer esta vez no se levantaría. Los monstruos al ver esto se dispersaron y huyeron al bosque.

Esta vez sí me había cansado un poco, mi mano izquierda tenía un corte profundo y sangraba bastante, pero aparte de eso estaba bien.

-Gracias por salvarme…otra vez – dijo Alexa, parecía estar avergonzada.

-¡Te dije muchas veces que no te confiaras mientras peleas! ¡Solo los idiotas hacen eso! ¡Si sigues haciéndolo solo conseguirás que te maten! – le grité dejando salir mi enojo.

-¡Pero tu hiciste lo mismo! ¡¿Por qué yo no puedo hacerlo?! – dijo ella tratando de defenderse.

-¡Porque yo entrene y he matado monstruos desde hace más tiempo que tú! ¡Además nunca peleo en serio contra simples monstruos! ¡¿Cómo crees que puedo luchar contra sujetos como él?! – dije mientras señalaba el cuerpo de Euronymous.

Solo se quedó callada. Mientras tanto yo estaba cortando una parte de mi camisa para usarla como venda, envolví mi mano y la apreté con fuerza para parar el sangrado.

-Lo siento, no debí hacerlo. Pero estaba tan feliz porque por fin estaba luchando a la par contigo que perdí un poco el control y… - dijo ella tratando de disculparse, pero de pronto empezó a ponerse pálida.

No pudo terminar la frase porque cayo de rodillas sujetándose la cabeza, comenzó a gritar de una manera desesperada. Un aura negra empezó a cubrirla poco a poco, algo realmente malo iba a pasar. De pronto, así como empezó a gritar, se quedó cayada, se puso de pie y empezó a reír como maniática.

-¡Que débiles son los humanos! ¡Son tan fáciles de controlar! – grito ella pero su voz era un poco más grave de lo normal.

Alexa seguía riéndose igual y sus ojos se estaban tornando de color negro.

-¿Pero qué está pasando ahora? Tengo un mal presentimiento de esto – pensé viendo la escena confundido.

Hola ¿Cómo les va?

Ahora si les traigo el capítulo semanal sin atrasos ni excusas, espero que lo disfruten.

Solo quería decirles, a quienes lleguen a leer esto, que esta historia empieza a ponerse interesante, si quieren saber porque ¡Esperen el próximo capitulo!

¡Gracias por leer!

PD: No se olviden de darle Like, Compartir y dejar algún comentario si les gusta esta historia. Pareciera que no pero si ayuda mucho.

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