El libro del conocimiento

Logré trepar al árbol con relativa facilidad, aunque, al caer la noche, la oscuridad me envolvía y no podía percibir nada a mi alrededor más que la silueta de los árboles. Supongo que tendré que esperar a que amanezca para tener una idea de dónde me encuentro. Al cerrar los ojos, me percaté de algo inusual: un signo de interrogación. Recordé entonces que aún poseía el libro del conocimiento.

A finales de 2019, un virus desató una pandemia que afectó a la mayoría de los países en el mundo. Algunas personas consideraron que esto podría haberse evitado de no ser por la mala gestión de la OMS, lo que llevó a la disolución de esta organización. Quién habría pensado que, cien años después, esta acción cambiaría el rumbo de la humanidad.

Una pandemia aún peor azotó, acompañada de desastres naturales, y cada país egoístamente tomó decisiones sin considerar a los demás ni prestar ayuda. Fue un desastre, y muchas personas y países desaparecieron. No obstante, tras esta tragedia, surgió una buena noticia: las pequeñas ideas que se convirtieron en soluciones provinieron de las personas menos esperadas.

Al finalizar la crisis, se tomó la decisión de crear un sistema que almacenara el conocimiento de toda la humanidad a lo largo de la historia, accesible para todos. Esto se denominó el Libro del Conocimiento, y con los avances tecnológicos, se implementó en la mente de todos los humanos al nacer.