—Tengo calor. No hay nada que pueda hacer al respecto.
Eugenia pensó que Connor la estaba elogiando, así que respondió orgullosamente.
Connor miró la expresión en el rostro de Eugenia y se sintió un poco impotente. No sabía qué decir.
—Connor, parece que nuestro destino está entrelazado. Nos encontramos de nuevo… —Jeanette corrió hacia Connor y se lo dijo con una expresión emocionada.
—Supongo que sí. Cada vez que me encuentro con ustedes dos, parece que nada bueno sucede… —respondió él con una sonrisa.
Aunque Honduria no era muy grande, Connor aún sentía que era bastante afortunado que pudieran encontrarse nuevamente.
—Sí. No sé qué está pasando. Últimamente, seguimos encontrando gente que acosa a Eugenia… —Jeanette asintió.
—¿Qué están haciendo aquí? —preguntó Connor suavemente.
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