—Una maldición que había sido colocada en la palabra que ella iba a decir —con una mirada de desconcierto, levantó la cabeza con cierta dificultad como si le pidiera que explicara más.
—Cuando las brujas quieren ocultar la verdad, le colocan una maldición. Siempre que una persona intenta hablar de ella, la maldición se activa automáticamente y hace explotar a la persona que intentaba hablar de ello. Pero ¿por qué siento que tú eres quien ha colocado la maldición esta vez, Hazel?
—¿Eh? —sorprendida más allá de sus sentidos, lo miró como si se hubiera vuelto loco.
¿Cómo podría ella hacer algo de lo que no tenía idea? ¿Y por qué pensaba él que había sido ella? Con tantas preguntas en su mente, no sabía cómo responderle ya que él la miraba intensamente como si intentara descubrir cómo lo había hecho.
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