Los ojos de Ling Xiao brillaron. Tanto el comportamiento de Ling Qin, como el comportamiento del otro joven detrás de él, demostraron que Ling Lan, de apenas dieciséis años, realmente se había hecho cargo de la familia Ling. Él era verdaderamente el jefe de familia, no solo de nombre. Eso complació y sorprendió mucho a Ling Xiao. Algo de alarde se levantó levemente en su corazón, como se esperaba por un hijo suyo.
Por supuesto, aunque Ling Xiao se sintió alentado por eso, no pudo evitar la ansiedad en su corazón. Después de todo, todavía no había recibido la respuesta que quería. Entonces, giró la cabeza para mirar hacia Ling Lan, con la esperanza en sus ojos, deseando que Ling Lan le diera una respuesta satisfactoria.
Sin embargo, como si no pudiera ver la mirada suplicante de Ling Xiao, Ling Lan simplemente dio un paso hacia delante y saludó con la mano al sofá, diciendo cortésmente: —General Ling, por favor tome asiento.
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