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Nanomante Renacida - ¿Me he convertido en una Chica de Nieve?

—¿Estoy capturada? Bueno, no puedo evitarlo ya que no me puedo mover. —¿Experimentada? Al menos dame algún anestésico. —¿Estoy libre? Dejadme obtener un poco de venganza. —¿Quieres suplicar por tu vida? Lo siento, esta señorita aquí guarda rencor. —Destruí el laboratorio, así que ahora dejadme explorar este mundo libremente. —De alguna manera me uní al grupo del Señor Héroe. Bueno, parece divertido. —¡Ay, qué cruel! Por el honor de ser un héroe, ¿matarías a esta señorita, eh? —sonrió mientras se desangraba. —Che, ¿todavía tienes ánimo para bromear en este momento? —dijo él con una mirada fulminante. —¿Qué es la vida si no para disfrutar de cada momento? Ya que voy a morir y no puedo vengarme, espero que alguien más lo haga. —Nadie lo hará. Tú eras la única que era más poderosa que yo con tu Nanomancia. Ahora que te has ido —Shh, niño. Estoy intentando morir en paz aquí. —¡Pero soy may-! —¡Shh! Los niños buenos no molestan a sus mayores. —Pero tú! —Adiós~ —sonrió antes de perder las fuerzas. —¡Mierda! ... —¿Por qué estoy durmiendo en los campos de nieve? —Los Señores Lobos me gruñen. ¿Tienen hambre, eh?... Yo también. —Este es mi segundo libro, por favor ten piedad de este autor. Disfruten. —La portada fue dibujada por el increíble Aoi Ogata. —Nanomante=Un mago que utiliza nanobots. —Servidor de Discord: https://discord.gg/vrdTSkj8Va.

Reili · Fantasía
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664 Chs

Tres Generales Demonio

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Dirigiéndose hacia el continente demoníaco, Shiro deshizo el disfraz que había puesto en sus estadísticas.

[Shiro NVL 49 – Chica de Nieve]

Si revelaba su identidad como monstruo, los monstruos desconfiarían menos de ella.

—Hmm... ¿por qué no ha habido demonios o monstruos todavía? —murmuró confundida.

Negando con la cabeza, permitió que el hielo se esparciera a su alrededor ya que una chica de nieve no rodeada por una ventisca sería una vista extraña.

Dejando que todos sus pasivos hicieran su trabajo, una ventisca comenzó a esparcirse a lo largo de la noche. El inmenso tamaño de la ventisca la hacía muy difícil de ignorar. No solo eso, sino que Shiro también estaba destellando su maná para que todo lo que estuviera cerca de ella pudiera detectarla.

«Si me infiltro en el ejército demoníaco, debería darme algunas oportunidades de atacar a los generales», pensó Shiro, ya que, a diferencia de las otras dos tareas, el paradero de los generales demonios era desconocido.

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