No sabía cuánto tiempo había dormido, pero cuando Shiro abrió los ojos de nuevo, sintió que todo su cuerpo estaba rígido.
—Urg... —gimió mientras intentaba estirar su cuerpo.
Al tronarse el cuello, Shiro no pudo evitar notar un ligero aumento en su estatura.
—¿Ohya? ¿Finalmente me he convertido en adulta? —murmuraba emocionada.
Rápidamente creando un espejo de hielo, Shiro se quedó impactada con su propio aspecto.
Ahora estaba justo un poco por debajo de 5 pies y 5 pulgadas, lo que se puede considerar como una adulta baja. Su tez se veía más sonrosada que antes y sus iris cambiaron de azul a un negro puro. Además, sus rasgos se habían vuelto un poco más definidos, lo que reducía la sensación infantil que tenía antes.
Lamentablemente, sus pechos no aumentaron en lo absoluto.
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