Noah no se atrevió a enfrentar el ataque de frente. Ya había soportado las ondas de choque liberadas por los gólems más débiles, y no estaba seguro de poder defenderse contra la misma técnica realizada por una criatura que rozaba el nivel superior.
El mundo oscuro se expandió al instante, y Noah se disparó hacia un lado del salón. El mundo se volvió borroso en su visión mientras su cuerpo se transformaba en una espada voladora que rodeaba al gólem para acercarse desde atrás.
El gólem no se preocupaba por la táctica de Noah. Lanzó su puñetazo y desató una onda de choque que creó tormentas intensas. Noah estaba casi detrás de la criatura, pero las tormentas rebotaban en las paredes y llenaban todo el salón, golpeándolo en el proceso.
Sangre brotó en la boca de Noah mientras las tormentas interrumpían su técnica de movimiento y lo lanzaban contra las paredes. El gólem ni siquiera lo había golpeado, pero el poder que podía liberar era suficiente para dispersar sus habilidades.
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