1255. Botín

—Puedo desatarme —Noah reveló una sonrisa fría mientras pensaba eso.

Una grieta en forma de humano reemplazó su figura mientras entraba en su dimensión. Las Serpientes Eternas eran ágiles una vez en combate, pero su velocidad máxima no podía compararse con la técnica de movimiento de Noah.

La bestia mágica de nivel superior hizo todo lo posible por escapar, pero una sombra pronto apareció sobre su cabeza y liberó un grueso corte que lanzó a la criatura al lecho marino.

La Serpiente se enderezó y llenó el área con el líquido plateado, congelando el agua y creando una capa defensiva. Aún así, Ronquido ya se había reformado para entonces, y no dudó en lanzar otro amenazador haz.

El ataque perforó el hielo y aterrizó en el cuerpo de la Serpiente Eterna, creando un gran agujero justo debajo del otro. Fragmentos plateados pronto convergieron en ese lugar para cerrar la herida, pero Noah no le daría a la criatura tiempo para sanar.