Fu Yu Sheng quería preguntarle a Song Yan qué era exactamente lo que ella sabía, pero no dijo nada. Después de todo, todo tenía su tiempo y lugar, si dijera algo mientras estaban en público y alguien los oyera, solo causaría más problemas para él y para Song Yan. Por lo tanto, a pesar de sentir como si una gran roca presionara sobre su pecho, no hizo la pregunta que ardía por hacer.
El banquete de la familia Wu comenzó de manera pacífica, al menos tan pacífico como podría ser. Song Yan notó la sonrisa frágil de los miembros de la familia Fu y cómo el labio inferior de las mujeres de la familia Wu casi empezaba a temblar cuando veían a cualquier niño correr hacia ellas. Song Yan podía entender su dolor, en su última vida ella también pasó por el mismo dolor que ellas, vio a su hijo ser asesinado justo frente a sus ojos y no pudo hacer nada.
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