—¿Qué quieres? —Song Yan finalmente no pudo dejar de preguntar mientras miraba a Fu Yu Sheng, quien estaba sentado en el Bentley, y por su postura estaba bastante claro que no iba a irse y que se quedaría donde estaba asegurándose de que ningún taxista parara para ellos.
—Sube —dijo finalmente Fu Yu Sheng cuando vio que Song Yan finalmente estaba dispuesta a hablar con él—. Te llevaré a donde quieras ir.
—Podemos tomar un taxi —dijo Song Yan mientras entrecerraba los ojos, aunque no estaba dispuesta a gastar dinero en taxis hoy era el día en que iba a llevar a su bebé de paseo. De ninguna manera iba a tomar un autobús público que estaba lleno hasta los topes y llevar a su hijo en él, ¿y si se aplasta? ¿Con la cantidad de gente que toma el autobús al centro?
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