Después de decir eso, ella y Su Bei caminaron por delante de Zhang Baozhen y salieron del hospital.
Zhang Baozhen apretó los dientes. —¡Ustedes!
Zhang Baozhen no podía quedarse de brazos cruzados ahora que una amante había pisoteado su cabeza y la había criticado con tanta arrogancia.
Además, ¿Lv Shan realmente decía que fue empujada a ser una amante? Entonces, ¿toda la culpa se debía pasar a su marido?
Zhang Baozhen preferiría creer que su marido había cometido un error a creer que Lv Shan era completamente inocente y que todo era culpa de su marido.
Viendo las espaldas de Su Bei y Lv Shan, bufó fríamente y dijo —¿Abusando de la esposa oficial? ¿Realmente piensan que no hay nadie en este mundo que pueda controlarlas?
Su Bei llevó a Lv Shan a casa.
Lv Shan parecía un poco decaída.
Le preocupaba que su prometido se enterara de esto. Después de todo, ser una amante no era algo de lo que enorgullecerse.
Su Bei consoló a Lv Shan y volvió a casa después de dejarla.
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