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El que derroto a la Muralla Pt. 2

Jardín botánico, cuatro y media de la mañana.

La decisión fue unánime, nadie en Scarabia pensaba arriesgar nuevamente la vida de su líder por lo que su sub-líder con el apoyo de los estudiantes lo relego por ese día de sus funciones. Mc le había ofrecido ir con el/ella y el resto de los estudiantes a Onboro; sin embargo, el peliblanco prefirió estar un momento a solas.

Kalim estaba sentado cerca dela cascada en el invernadero, el ruido del agua al caer lo tranquilizaba y le ayudaba a reflexionar. Definitivamente, había sido muy ingenuo al creer que solo con buenos deseos podría resolver un conflicto tan grande como el de los clanes Heishan y Asim.

Sin embargo, no quería rendirse tan fácilmente, el tiempo que platico y convivió con Ying fue suficiente para que comprendiera que él era un alumno como cualquiera, solamente que tal y como dijo Crowley, vivió algo que ningún chico debería haber vivido.

—¿Qué debería hacer?— se lamentaba el chico. Unos pasos se acercaron a él, suponiendo que podía ser Jamil o alguno de sus compañeros de dormitorio se levantó para encararlo, aunque se llevó una pequeña sorpresa al ver a otra persona.

—No deberías estar solo— exclamaba Silver al estar cerca de él. Kalim noto que este traía varias plantas y frascos en sus brazos, curioso y queriendo platicar con alguien se ofreció a ayudarle. Ambos caminaron por el jardín recogiendo más ingredientes.

—¿Y para qué es todo esto Silver?— pregunto al no recordar alguna pócima que requiriera ese tipo de ingredientes en específico. Mientras el peli plata cortaba hojas de una flor comenzó a explicarle a su amigo. 

—Malleus encontró una forma de traer devuelta a padre… es decir, a Lilia— se corregía el chico, Kalim rio por lo bajo, al ir en el mismo club sabía muy bien de la verdadera relación que había entre Lilia y Silver, Lilia solía contarle anécdotas de este cuando era infante.

—Tú harías todo por salvarlo, ¿o no?— era una afirmación, Silver miro al otro chico cabizbajo, —Me imagino que tener a un asesino detrás de ti no debe ser fácil…

—¡No le digas así!— el grito tomo por sorpresa a Silver, Kalim se disculpó de inmediato. 

—Perdona, es que con lo que sabía del clan Heishan supuse que él sería igual— le explicaba el de Diasomnia mientras seguía cortando ingredientes, —¿De qué estás hablando?— preguntaba Kalim, cada vez más lamentaba haber sido tan desinteresado con la historia de su familia.

Resumiendo lo mejor que pudo, Silver contó a Kalim como se narraba que el clan Heishan era una tribu bárbara, que causaban estragos y que habían sido ellos los primeros en atacar al clan Asim después de que ellos trataron de negociar por el agua de las montañas.

Kalim estaba confundido, ¿quién decía la verdad?, —Jamil me contó algo totalmente diferente— decía el de ojos rojos hilando todos los puntos, Silver suspiro entendiendo lo que pasaba, —Supongo que igual que en la guerra, la versión del ganador es la que se toma como verdadera.

El líder de Scarabia volvió a quedarse en silencio, Silver termino de recoger lo que necesitaba, ambos chicos caminaron a la salida del lugar. Kalim se despidió de este, iba a preguntarle algo a Jamil cuando Silver lo detuvo.

—Sé que quieres ayudarlo Kalim, eres muy noble para dejar a alguien que está sufriendo, pero recuerda que el resentimiento y el odio son muy destructivos— preocupado Silver advertía a su amigo, Kalim miro al suelo, —Haré lo que tenga que hacer, incluso si es algo que no quiero.

Entrada al castillo, cinco con cinco de la mañana.

Rápidamente, varios alumnos de Scarabia junto con Jamil trataban de entrar al edificio para rescatar a Mozus, no obstante además de que la entrada principal había sido encantada con un hechizo estaban los falsos fantasmas tratando de alejarlos del sitio.

Jamil luchaba contra los fantasmas cuando vio algo extraño detrás de estos, al identificar de que se trataba ordeno a los chicos agarrarse deprisa de la barandilla de la escalinata. Los chicos obedecieron sin entender la orden, fue cuando una ráfaga de agua los impacto, como si un río se llevara a todos los falsos fantasmas. 

Al terminar todos estaban empapados, pero fuera de peligro, Jamil tosía algo de agua cuando sintió a alguien ayudarle a ponerse de pie. —¡Perdón!, use mi magia sin pensar…— con una sonrisa nerviosa Kalim se disculpaba con todos.

De un manotazo Jamil se soltó del agarre de su líder, —¿Qué rayos haces aquí?, te dije que te fueras con los demás a Royal…

—¡Y yo no pienso seguir huyendo de mis problemas!— grito enojado el menor.

Los demás lo miraron sorprendidos, Kalim relajo su semblante más no dejo de verse seguro, —Yo soy el heredero de los Asim, como tal es mi deber ocuparme de los asuntos de mi familia, y también soy el líder de Scarabia, mi deber es guiar y proteger a los míos.

Jamil lo miro fastidiado, —Solo vas a conseguir que te mate, ¿o debo recordarte la herida que tienes?— señalo el mayor la parte que aún estaba vendada, Kalim resintió el tono utilizado por su amigo; sin embargo, no dejo que su mirada lo atemorizara.

—Es mi deber, no voy a dejar que mis errores o los de mi familia los siga pagando otras personas, ni siquiera tú— daba por terminada la discusión el peliblanco dándole la espalda. El resto de Scarabia observaba admirado a su líder.

—Por este lado o cualquiera de las entradas nunca podremos acceder, deberemos usar una vía que Heishan nunca supondría que usaríamos— sin dar tiempo a que alguien se opusiera Kalim salió corriendo.

Los chicos se miraron unos a otros, Amín fue el primero en seguir a su líder, —¿Pero qué haces tonto?— tanto Reda como Yusuf detuvieron a su amigo. —Tiene la misma mirada que aquella vez— menciono Amín sin atreverse a mencionar como tal el evento del overblot.

Los otros dos chicos al recordarlo soltaron a su amigo y también echaron a correr detrás de Kalim. Algunos más siguieron también el ejemplo del trío, los pocos que se quedaron del lado de Jamil lo veían expectantes.

Los chicos que habían seguido a Kalim estaban en la parte trasera del colegio, veían cómo el chico había descubierto unas rocas que accedían a las ventanas de la cafetería. 

—Kalim— tanto el aludido como sus acompañantes voltearon a sus espaldas, con cuidado de no ser vistos, Jamil junto a un pequeño grupo de Scarabia los habían seguido, ambos líderes se vieron de forma retadora, al final Jamil suspiro demostrando que se rendía.

—Solo asegúrate de que no me arrepienta de esto— dijo el chico con una sonrisa, Kalim le sonrió de vuelta. Ambos chicos comenzaron a trepar la pared de piedra y enseguida los demás les siguieron.

Oficina del director, cinco con veinte de la mañana.

Los falsos fantasmas aparecieron en la oficina, sentado en el escritorio Heishan lo esperaba, detrás de este la ventana estaba hecha añicos y la silla del director no se veía por ningún lado. Con un movimiento de su mano los fantasmas los dejaron solos. 

—No es nada personal, pero Walter me ordeno capturarte y enviarte con él— a pesar de su semblante serio el chico no mostraba malicia. Mozus guardo silencio analizando el lugar, escapar no sería fácil así que decidió hacer tiempo.

—A pesar de las circunstancias es bueno volver a verlo sempai— saludo dando una leve reverencia. 

Mientras tanto, los chicos tardaron un poco, pero finalmente dieron con el paradero del director. Enfrentar a los falsos fantasmas que hacían de guardia no sería el problema, sino hacer el menor ruido posible para no poner en alerta a Heishan.

—¿Ahora que hacemos Kalim?— pregunto Jamil, aunque le costaba quería confiar al menos en esta ocasión en las habilidades del chico. Kalim contó rápidamente su plan, no era lo más ortodoxo que se le pudo ocurrir, pero no podían perder el tiempo.

 Los chicos con cuidado y sin hacer ruido rodearon los corredores alrededor de la oficina. Dos de los chicos corrieron dejándose ver por los fantasmas, estos abandonaron su puesto a los lados de la puerta, aprovechando el punto ciego que habían dejado, Jamil destruyo a los fantasmas con un hechizo de fuego.

—Vigilen los pasillos, en cuanto tengamos al director escapen— reiteraba Kalim a los chicos, él junto a Jamil, Amín, Yusuf y Reda entraron a la oficina en silencio.

Unos minutos antes, en tanto los chicos ejecutaban su plan por fuera de la oficina, Mozus y Heishan tenían una pequeña discusión. —El tiempo no te ha cambiado mucho— rompía el hielo Heishan, —En cambio, usted luce tal cual lo recuerdo— el adulto se veía nostálgico.

—Heishan sempai, en verdad lamento todo lo que ha sufrido; sin embargo, debo pedirle que desista en su plan, Walter es inestable, él solo…— al oír una risa Mozus se detuvo, Heishan lo miraba con cierta malicia.

—Por eso no debes preocuparte Mozus, en realidad no planeo hacer lo que Walter quiere— decía mientras veía la duda en el rostro de su kouhai, —Es solo que necesitó que Kalim crea que estás en peligro para que venga a rescatarte— explicaba dándole la espalda y yendo a la ventana.

Todo ese tiempo Mozus temía de cuáles serían sus verdaderas intenciones, comprobar que su excompañero solo buscaba realizar su venganza, lo alarmo más de lo que ya estaba. —¿Cómo sabes que él vendrá?— aprovechando que Heishan no lo veía comenzó a preparar algo de magia para atacarlo.

—Él es noble y valiente, aunque un poco ingenuo, es como un perrito feliz de verte— describía Heishan relajando su semblante, Mozus rio por lo bajo, —No busco ofenderlo, pero eso suena como si en realidad lo apreciara.

Sin sorprenderse Mozus sintió el filo de la espada en su garganta, —No te atrevas a decir eso nuevamente— dijo el chico desactivando su magia única, —Lo único que siento es odio por él y todos los de su clan.

Mozus lo miro serio. —Espero que entienda algo Sempai, Kalim no tiene ninguna culpa por lo que su familia hizo, ni siquiera sus padres habían nacido cuando eso pasó— con una mirada retadora el director veía a Heishan.

Este apretó el metal contra la piel de Mozus, aunque no era una herida grave, algo de sangre comenzó a caer. —¿Por qué lo defiendes, que diferencia hay entre él y yo?— aunque se mantenía serio Mozus pudo notar el dolor detrás de esas palabras.

—Ninguna, los dos son chicos que pagaron los errores de otras personas— con calma Mozus respondía.

El silencio los envolvió a los dos, Heishan bajo su espada.

En ese momento los chicos entraron a la oficina, con un ataque de oscuridad Jamil mando a volar al otro lado del escritorio a Heishan. Estaban por escapar cuando varios falsos fantasmas aparecieron en la habitación, una vez que se recuperó del golpe Heishan se levantó y con su espada partió el escritorio en dos.

—¡Ja!, tal como supuse, el soldado de las montañas hace su aparición— olvidando toda la plática anterior Heishan solo tenía ojos para Kalim, sonrió siniestramente complacido por ver su venganza estaba por ser culminada.

Con firmeza Kalim avanzo hacia donde Heishan estaba, —Vine a terminar con esta rencilla, si tu pelea es conmigo deja ir a los demás— con firmeza Kalim encaraba al exlíder de Scarabia. Heishan rio con burla.

—De acuerdo, pero no aquí, no me gusta el público— antes de que pudieran reaccionar Heishan se había transportado junto con Kalim a otro sitio. Jamil maldijo por lo bajo, —Llévense al director y pónganlo a salvo— les grito el vice líder corriendo a la salida de la oficina.

Bosque, cinco con cuarenta y cinco de la mañana.

Por un momento los habitantes de Onboro se preocuparon al ver como las luces verdes y azules desaparecían, Mc temía que Walter hubiera hecho algo con Grim. Anduvieron por un rato cuando escucharon a alguien pidiendo ayuda.

—¿Será Grim?— pregunto Gustav a los otros, —Solo hay una forma de saberlo— respondió Phinny echando a andar con los demás al lugar donde los gritos se hacían más fuertes.

Heishan los transporto al comedor, apenas tocaron suelo, el mayor comenzó a propinarle varios golpes magnificados por su magia única, Kalim tardo en poder reaccionar a los ataques y poder defenderse. Como pudo devolvía los ataques, aunque era difícil seguirle el ritmo.

El peli azul se detuvo un momento, Kalim jadeaba cansado. —Mírate, eres débil, si te rindes ahora prometo darte una muerte rápida— amenazaba Heishan con su espada; sin embargo, sus palabras no atemorizaron al peliblanco.

—Mátame si es lo que quieres, pero eso no va a cambiar nada— con decisión Kalim se acercaba al otro chico, —Yo, nunca podré entender todo tu dolor Heishan— se detuvo a pocos metros del otro.

—Pero… Ying, como tu amigo te digo, esto no va a traerte paz, o calma, o hará que esto termine…— antes de que terminara recibió un puñetazo en la cara que lo saco volando, Heishan había activado nuevamente su magia única.

—Deja de hablar, y sobre todo deja de pretender ser mi amigo cuando no lo somos— decía con rabia el exlíder. Desde el suelo Kalim escupió sangre, miro a Heishan con enojo. —En la montaña, tú dijiste que Kalim Viper era tu amigo— con algo de dificultad Kalim se ponía denuedo en pie.

—Dime entonces, si somos la misma persona, ¿por qué Kalim Al-Asim es diferente?

Los dos se vieron con enojo, ninguno cedería tan fácilmente. —Sigues diciendo cosas sin sentido, hablas de abandonar cosas fácilmente, supongo que es lo mejor que sabes hacer, ¿no?— le retaba Heishan.

—¿De qué estás hablando?

—Ven aquí chico.

Algo golpeo a Kalim por la espalda tan fuerte que lo tumbo al piso, al levantar la vista vio a la alfombra mágica volar alrededor de Heishan, al ver su expresión de sorpresa el exlíder sonrió de forma maliciosa.

—Ni te acordabas de la pobrecita ¿verdad?— dijo acariciando a la alfombra como si fuera un perro, —Regrese a la montaña, quise ver si por fortuna la nieve te había enterrado, en su lugar solo encontré a la pobre atrapada por una roca.

Kalim no podía creer como pudo olvidar a su amiga en aquel lugar, por auxiliar a los otros no recordó que habían ido a aquel sitio con ella. —Alfombra…— la llamo el peliblanco; sin embargo, el objeto solo se ocultó atrás de Heishan.

Este comenzó a reír al ver cómo el peliblanco bajaba la mirada al piso. —Eres exactamente como todos los Asim— se acercó al chico con su espada lista, levanto el objeto dispuesto dar el último golpe, —Estás solo.

Antes de que pudiera usar la espada algo golpeo su mano haciendo que la espada se clavara en una de las mesas lejos de los chicos, en la entrada de la cafetería Jamil junto a varios chicos de Scarabia habían arribado.

—Él no está solo.