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Subiendo a las montañas (parte 2)

El entrenamiento empezó al alba. Mientras subíamos la primera cuesta empecé con un poco de calentamiento antes de servir como reno para el trineo. Solamente lo miraba y dudaba un poco, pero la verdad no me asombraba por su estilo de entrenamiento porque la verdad me había servido mucho. Para ser honesta soy más fuerte que una mujer de entrenamiento riguroso, entonces quite toda idea absurda y empecé con emoción el día.

-Alto Leo, toma un poco de agua.

-Si claro señor.

-No quiero que te vayas deshidratar antes de empezar el entrenamiento.

-Si señor.

Después de tomar el agua seguí con el entrenamiento y al bajar la cuesta seguí trotando. A la segunda cuesta arriba estaba lleno de ramas caída, maleza abundante con un poco de espinas y piedras de diferentes tamaños.

Lo mire al pie de esta y sude un poco por la dificultad que se podía apreciar y el viejo no era tan ligero que digamos.

-Bueno chico ya te diste por vencido antes sin haber intentado subir.

-Bueno la verdad (tocando mi cabeza un poco) si se ve un poco complicado y no lo digo por la cuesta arriba o por los obstáculos que haya enfrente. Sino por su.....(la otra palabra lo dije en voz baja) peso. jeje

-Que me dices chamaco irrespetuoso, no soy gordo sino robusto con músculos. No tengo la culpa que no puedas soportar mi peso y aunque quisieras jamás lograrás los músculos que yo tengo.

-Jaja no lo creo poder jamás tener esos músculos, pero si una silueta perfecta. No creo que puedas tener eso tú tampoco. (Me burle del viejo por un momento)

-Pues dime de qué te sirve un escultural cuerpo sino lo puedes presumir, ni siquiera con tu prima que siempre te fastidia.

Me quedé callada por sus comentarios la verdad me lo gane por haber empezado a bromear con su peso.

-Disculpa Señor no volverá a pasar. Entonces suba al trineo para poder dar un paseo por este gran parque de atracciones.

-Estas disculpado, pero vuelves a bromear sobre mi peso ya jamás te ayudaré a entrenar.

-Lo siento de verdad (y me incline con una reverencia para que viera realmente mis sinceras disculpas)

-Esta bien chico no te deprimas solamente estaba bromeando igual que tú. Entonces vamos.

Se acomodo en el trineo y me señaló el camino con la mano para avanzar. Tome aire coloque la cuerda del trineo sobre mi hombro y caminé despacio al inicio, me cansaba y lo coloque en el otro hombre sin cambia mi postura de subir la cuesta.

El entrenamiento duro todo el día. Mientras regresábamos trotando y en ratos caminando, escuchamos de repente un grito cercas de con nosotros. Yo no me la pensé y acudí al grito y después de unos minutos fue un grito de ayuda. Al llegar de dónde se provenían los gritos, me di cuenta que había un pequeño barranco a unos cuantos metros de dónde estaba parada y al quedarme quieta por unos segundo volví a escuchar los gritos de una mujer. Me asome de inmediato y efectivamente había una joven como de 18 años sujeta por un tronco de un árbol que salía de ese muro de la pendiente.

-¡Muchacha! ¿Estás bien?

-¡Tu crees que me encuentro bien! (apretando más su agarre en el tronco)

-La verdad no (murmuré) no te preocupes en un segundo más te ayudo.

Regrese a toda prisa con Joseph. El todavía caminaba con lentitud hacia donde yo había corrido.

-Qué paso muchacho porque corriste así de repente.

-Lo siento Señor, allá adelante hay una joven que se cayó al pequeño barranco que hay a unos metros de aquí. Me puedes ayudar a sacarla. Necesitamos el trineo, más bien la soga que tiene enredada.

-Esta bien vamos.

Corrimos rápido mientras Joseph estaba quitando la soga del trineo. Al llegar Joseph ya había arrojado el trineo a un lado y enseguida hizo un nudo en la soga para que alguien se la amarrara por la cintura. De asomo dónde estaba la joven y le gritó "Si estaba bien y podía poner la soga a su alrededor para poderla subir". La joven asustada le dijo que "no podía mover ni un músculo".

Luego Joseph me miró y me ordeno ponerme la soga para bajar por ella. Me la coloque inmediatamente y baje por ella. Al pisar el tronco este crujió un poco.

-No te preocupes, toma mi mano.

-Estas seguro, parece que este tronco no va a durar por mucho tiempo. Y también yo no puedo moverme ni un milímetro.

Yo me desespere un poco porque si seguía caminando podría romperse el tronco y la joven caería junto con el.

- No seas necia ayúdame a ayudarte, si me muevo un poco más podrías caer. ¿Quieres morir tan joven?

-La verdad no quiero, pero tengo mucho miedo. (empezando a sollozar)

-Ok vamos hacer una cosa....mmm tu nombre.

-Scarlette.

-Ok Scarlette, yo doy un paso y en ese instante tomas mi mano para que puedas sujetar mi mano entendido..

-Si....si...entendido...(ya con las lágrimas desbordadas )

-Una....dos....y...tres....

Di un paso rápido y ella levantó su mano. La sujete y en ese mismo momento el tronco se quebró haciéndonos caer pero al mismo tiempo la abrace y caí directamente hacia el muro golpeando mi brazo y raspando. En ese momento sentía un picazón en mi brazo pero no le tome importancia porque la joven a mi lado se me abrazo como un koala impidiendo que me moviera un poco.

-Scarlette. Podrías tomarme de cuello para subir.

-Si claro...

Con cuidado coloco sus manos alrededor de mi cuello y luego la abrace de la cintura y con la otra mano sujete la soga y con mis pies los coloque sobre la pared y le grite a Joseph que nos subiera. Él empezó a jalar mientras yo caminaba sobre la pared de rocas, sujetando fuertemente a la joven que estaba aterrada en mis brazos. Al llegar a la orilla Joseph nos tomo de la manos a las dos, primero subió a la joven y luego a mí.

Al subir los tres nos tiramos al suelo agitados. La joven por el susto, Joseph por el cansancio y porque nos subió a ambas y pues yo ya estaba agotada y ahora la subida. Al levantarme mi mirada se nublo un poco y me dolía un poco el brazo y al levantarlo el dolor se hizo más agudo y la sangre empezó a salir hasta derramar el suelo. Me coloque en rodillas sujetando mi brazo, Scarlette al darse cuenta rompió un pedazo de su vestido blanco que ahora estaba muy sucio por la caída. E inmediatamente corrio hacia mi amarrando lo en mi brazo para parar el sangrado. Asentí la cabeza con muestra de agradecimiento pero en ese instante perdí toda conciencia por la perdida de sangre y el agotamiento del entrenamiento.

-Leo.

Corrio Joseph a toda prisa para sujetarme antes de caer al suelo y yo nomás lo escuché a lo lejos y ya nada más me cubrió la negrura de mi conciencia.

Joseph me tomo en sus brazos desesperado, entonces él y Scarlett corrieron hacia la cabaña.

-Esperé Señor. Tengo mi vehículo por aquí cercas, mejor si lo llevamos a un hospital.

-No puedo muchacha....la verdad no puedo. Tengo un botiquín de primeros auxilios en la cabaña más equipada. Mejor vamos allá antes de que.....

-Si Señor vamos.

Ambos corrieron hacia la cabaña. Mientras Joseph me colocaba en el sillón inconsciente, el salió a toda prisa por leña para prender la fogata y por unas lámparas. En eso Scarlette estaba quitando la sudadera con cuidado y la camisa. Al tanteo con la poca luz que proyectaba la luna por las ventanas y agujeros de la cabaña. Al quitar la camisa se dió cuenta de mis vendas alrededor de todo mi torso.

Cuando llegó Joseph se dió cuenta y la miro.

-¿Qué haces? ¿Porque lo has desvestido?

-Solamente estoy ayudando estoy estudiando para ser una doctora y esto de enfermería nos enseñan también. Solamente que....puedo ayudarte a desinfectar la herida y cocerla. Tienes en tu botiquín aguja e hilo, antibióticos y antiinflamatorios.

- Si tengo todo eso.

Coloco las lámparas alrededor de las salas y prendió la chimenea. En seguida le dió el botiquín a Scarlette y ella de inmediato saco todo lo que ocupaba.

-Donde puedo tomar un poco de agua limpia y lavarme las manos.

Saco Joseph agua embotellada y le entrego varias. Mientras se lavaba las manos, limpio la herida y luego prosiguió en desinfectar la herida. Coloco medicamento en la misma y al final vendo el brazo.

-Listo ya está. Solamente esperemos que no se le infecte en lo que queda de la noche. Y si es así la tenemos que llevar a un hospital.

-No podemos llevarla. Cómo te habrás dado cuenta no puede. Nadie tiene que saber que es una mujer.

-Si me lo imagine al ver sus vendajes. (Suspirando)

Haré todo lo posible y aplicaré mis pocos conocimientos que he adquirido. Se un poco más porque mis padres son médicos, por eso también mi amor a la medicina. Bueno ya está, me quedaré junto con ella en su habitación por si le llega a dar fiebre y la podré atender.

-Esta bien deja ayudarte a subirla.

Caminaron juntos por la escalera y luego Joseph me acostó en la cama. Scarlette se sentó en la orilla de la cama con la luz de su teléfono colocándolo encima de una cómoda que había a un lado de la cama. Me miró por un rato hasta que Joseph volvió a entrar con una cubeta y un trapo en la mano.

-Aquí tienes por si le da fiebre y unas pastillas también por si las necesitas. Aquí hay más agua embotellada para ti y para Leo cuando se despierte.

-Muchas gracias.....

-Joseph.

-Joseph mucho gusto. Mi nombre es Scarlette.

-Scarlette, mucho gusto....