Al ver a Liu Baixiao irse a atender la tarea, Liu Yushui se sintió algo aliviada y con la ayuda de las criadas, regresó a su habitación.
—Maestro, ¿estamos seguros de que nuestro plan para la familia Liu funcionará?
En la Casa de los Zhou, la Señora Zhou y su esposo estaban sentados en un pequeño patio, esperando las desastrosas noticias sobre la familia Liu. De esta manera, su hijo podría romper el compromiso y nadie culparía a la Familia Zhou.
—¿Por qué no funcionaría? ¡Esto en realidad beneficia a esos viejos de la familia Liu! —Zhou Jitang miró a su esposa, sin razón para sentirse culpable por sus acciones.
No es como si hubieran pedido a la familia que tomara la vida del chico Liu, solo querían algo de dinero. Una vez arruinada su reputación, eso sería suficiente.
Si no fuera por el cercano examen de su hijo, que no podía permitirse ninguna complicación, no se habría conformado tan fácilmente con Liu Rumei y su hija Liu Yushui.
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