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Capitulo 40: Llega Marcus

 Punto de vista de Hel

 La ira de Lilith estaba por las nubes, no hacía falta ser muy inteligente para verlo, pero este no era el momento, además de que también podríamos aprovechar esta petición exigente para que Baltasar aprenda a inscribir runas, es un trabajo que nunca pude observar cuando era jugador y según tengo entendido muy útil, a la vez de complicado de aprender.

 Lo primero será detener a Lilith, ella seguro que saltaría a por la pequeña emperatriz, si no fuese por mi presencia.

 Forzando una voz más potente, decido detener su berrinche.

 - Lilith contente, no es momento para estupideces, tú te encargaras de ayudar a Saun, ademas llevate a Velona contigo, Irina, tu descansa en casa y encargate de las compras – Lilith me miró y pude notar su desagrado, pero junto con Irina, agacho la cabeza y salieron de la sala del trono.

 - Bien, pequeña emperatriz, explíquenme el porqué de esta misión tan extraña – Mi voz, se fue relajando mientras le preguntaba, pero podía ver que estaba sorprendida por sus ojos.

 Ella tosió un par de veces.

 - Hoy recibiré la visita de un inmortal muy problemático, el puede causar un gran desequilibrio en esta guerra con los caparazones negros, ademas de que su actitud es cuanto menos molesta, entonces hemos decidido que tu me harás de guardaespaldas en este día, tu sola presencia tiene cierto efecto abrumador, mientras el pueda estar mas centrado en ti que en molestar, eso reducirá cualquier posible problema que pueda provocar -

 - Es decir, me quieres usar de método disuasorio – Ella asintió.

 - Bueno, eso puedo hacerlo sin ningún problema – comencé a reírme, cada vez más fuerte, mientras activaba [Terror del abismo], el aura del abismo comenzó a extenderse de mi, mientras la bruma era exudada como una humareda, podía ver a los guardias de la sala del trono temblando, de igual manera los sirvientes.

 

 - Dime pequeña emperatriz, ¿es suficiente disuasión, o necesita más su majestad – Ya no me reía tanto.

 - Déjame recordarte algo, ni los míos ni yo mismo, somos herramientas para lucir a otro, ni si quiera si quieres intimidar, incluso cuando entrenas a un perro de presa con el propósito de asustar a los visitantes, recuerda, ellos también pueden morderte – Detuve la habilidad y camine detrás del trono, a su izquierda, haciendo mi papel de guardaespaldas. Pero la ya silenciosa sala del trono, acabó con un ambiente mortal.

 - Lo siento, no tenía intención de usarte como una herramienta, si de verdad conseguimos pasar este día sin muchos incidentes me encargare de recompensarte con el acceso a la instrucción para ser inscriptor de runas – Ella habló en susurros, a lo que yo simplemente asentí.

 Quien iba a pensar que a Irina se le daría tan bien leer a las personas, hacerme el ofendido si dio el resultado esperado, luego tengo que agradecerle por ayudarme.

 Durante media hora solo espere de pie junto a la pequeña emperatriz, sin ninguna conversación en absoluto, podía ver como la sirena intentaba buscar algún tema para romper el hielo, pero siempre siendo improductivo.

 Tras esa media hora, la puerta se abrió, de ella mas de una docena de soldados entraron, todos aves humanoides, con las plumas manchadas de colores marrones, ocres y amarillos, sus caras eran parecidas a la de las águilas.

 Todos portaban armaduras ligeras, una mezcla de cuero con un metal que no conozco, la estética de esta armadura era realmente hermosa, sus placas de metal, integradas en el cuero, siempre tenían formas de plumas, compactas y hermosas, en sus espaldas un arco largo, decorado las puntas con unas hojas afiladas con la misma estética de plumas, por último, dos dagas muy curvas, parecidas a algunas de las zona arábigas en el mundo real.

 Su armadura tenía una especialidad muy interesante, sus arcos estaban integrados en la armadura, justo para no obstaculizar sus alas y la cuerda de este, estaba enrollada en un pequeño gancho en su cintura.

 Tras la entrada de los soldados otra ave entró, ésta con una armadura ligera pero fusionada con ropajes de noble medieval, una larga capa peluda, ropa cómoda debajo de la armadura, incluso una corona donde debería haber un casco.

 Por su modo de caminar podía notar su soberbia, la arrogancia del poder, que él mismo sustenta.

 Su cabeza siempre alta, nunca bajó la mirada, aun cuando atravesaba la sala del trono.

 Sus ojos solo contemplaban una cosa en la sala, esa era la pequeña emperatriz.

 En ningún momento sus ojos terminaron en mi.

 Solo cuando ya estaba delante del trono, él me miró. Parecía desconcertado, pero no había ningún temor.

 Punto de vista de Saun

 Desde que estamos en Caer ys, se me dio una misión, buscar bestias para nuestro ejército y alimento para ellas.

 En estos días, solo he podido conseguir, varias criaturas de clase animal, desde raptores, toros y varias aves, estas en especial eran una variante de cuervos, estos cuervos tienen un pico extremadamente duro con unas protuberancias, lo que les permite clavarse a su presa y quedar atrapados, entonces liberan un anestésico junto a un disolvente, de esta manera licuan a su víctima mientras ellos solo absorben, en verdad estos pequeños son uno de los principales depredadores de los devoradores reptiles, una especie un rango por encima, además de ser muy temidos si vienen en bandada.

 Estos pequeños tienen una gran debilidad, esa es que si eres más rápido que ellos y los agarras por detrás, no pueden hacerte nada.

 De esta manera, los he estado usando, llamándolos desde el abismo, para mejorar mi caza, dándome otros dos devoradores reptiles a la colección.

 Con esto estoy seguro que mi señor Hel estará contento.