Una Espina en Mi Camino

—Finalmente… —Mineah suspiró aliviada en el momento en que salió del carruaje. Casi sintió como si hubiera estado carente de aire durante mucho tiempo, después de haber permanecido dentro del carruaje sola con Nikolai después de ese beso.

Contra su buen juicio, lanzó miradas furtivas en dirección de Nikolai mientras este último hablaba con su Canciller. Subconscientemente tocó sus labios y luego se maldijo interiormente.

La sensación de hormigueo seguía surgiendo con sólo pensar en ese beso, y no podía entender por qué era así.

De algún modo, sentir los labios de Nikolai contra los suyos se sintió muy bien al punto de que se sintió decepcionada cuando él se separó primero.

—Probablemente soy una mala besadora… —murmuró sin darse cuenta. Sinceramente no sabía si había respondido correctamente a su gentil beso.

«¡No! Concéntrate, Mineah...» se regañó interiormente, sacudiendo su cabeza ligeramente como si quisiera despertarse de un sueño diurno. «Puedes hacerlo mejor que esto...»

Al mirar alrededor, dejó escapar un profundo suspiro al ver el barco de Valcrez asomando a la distancia. Ya habían llegado al Puerto de Ebodia, y solo podía observar cómo los hombres de Nikolai ayudaban a sus doncellas sombrías a cargar cuidadosamente sus pertenencias en el barco.

—Mi señora —Mineah se volvió al escuchar la voz de Dani. Parece que su sirvienta, junto a Zaila y Krisha, tenía algo que decir.

—Todas sus cosas están ya a salvo en el barco —Dani la informó.

—Bien —asintió Mineah.

—Sobre Niran, mi señora —Zaila intervino usando un lenguaje especial que solo sus doncellas sombrías conocían—. ¿Ha tomado una decisión?

Pestañeó. Cierto, casi olvidó a Niran. —Dile que espere mi llegada —instruyó—. Quiero hablar con ella personalmente sobre esto."

"Pero después de dar sus instrucciones, Mineah iba a decir algo más, pero se mordió la lengua. Nikolai se acercaba a ella, y sus tres doncellas sombrías de inmediato la abandonaron, desapareciendo, dejándola sola para lidiar con el hombre.

Inhaló profundamente mientras se animaba internamente: «Concéntrate ahora, Mineah. El tiempo corre...»

—¿Lista? —preguntó Nikolai al detenerse frente a ella.

—Estoy lista —Mineah asintió con una sonrisa.

De todas formas, él ya la había besado, así que a partir de ahora, no debería tener vergüenza con él. Puso a un lado sus inhibiciones mientras se preparaba. Era hora de que actuara y lo hiciera enamorarse de ella por todos los medios posibles.

Con ese pensamiento de auto-estímulo en mente, ella entonces instintivamente agarró la mano de Nikolai, entrelazando sus dedos con los de él.

—Vamos entonces —Mineah empezó a tararear mientras lo arrastraba hacia el barco.

Al embarcar en el barco de los Valcrez, la luz de la luna radiaba hermosamente contra las aguas al momento de poner pie en la cubierta. No pasó mucho tiempo, Mineah escuchó un fuerte cuerno que señalizaba que el barco abandonaba el puerto para iniciar su viaje de regreso a Valcrez.

A medida que el sonido del cuerno se desvanecía, el alegre sonido de los instrumentos de música se filtraba por el aire, su alegre melodía se mezclaba con el viento calmado. Las luces mágicas iluminaron todo el barco, iluminando sus alrededores mientras mostraban la grandiosa cubierta principal del barco.

—Esto es… —Mineah jadeó mientras miraba la cubierta principal.

Todos los presentes se habían inclinado ante ellos, y ella no sabía cómo responder.

—Les presento a la Princesa Mineah de Ebodia. Ahora mi legítima esposa y la nueva Reina del Reino de Valcrez —anunció Nikolai con una voz autoritaria que se hizo oír en todo el barco—. Muéstrenle el mismo respeto que a mí, porque ahora ella y yo somos uno solo.

—¡Vivan el Rey y la Reina de Valcrez! —Permaneció quieta mientras repetidamente aclamaban en coro. Solo se detuvieron cuando Nikolai levantó su mano y anunció:

— Vamos a tener un festín durante nuestro viaje de regreso a casa, ¡así que espero que todos disfruten y celebren nuestra unión!"

"A partir de ahí, Nikolai también la presentó formalmente a los cortesanos reales que lo acompañaron al Castillo de Ebodia. Mineah les dio una sonrisa genuina incluso mientras estaba ocupada observando atentamente sus ojos para ver quién era sincero o no en aceptarla como su Reina.

—Ella podría traer desdicha.

—¡Esto es inaceptable! Ella no está a la altura de ser nuestra Reina. Aceptar a una Reina humana no está bien ya, ¡y una maldita lo empeora aún más!

«Esto es una mala idea», pensó para sí misma.

Viendo cómo la mayoría la despreciaba a pesar de las falsas sonrisas en sus rostros, Mineah no pudo evitar sentirse desalentada. Cerró sus ojos, cortando la conexión justo cuando sus rodillas empezaron a temblar inesperadamente bajo ella.

Y de alguna manera, mientras ella se tambaleaba ligeramente, Nikolai fue rápido en sujetarla para mantenerla firme.

—¿Estás bien? —preguntó él.

Ella asintió débilmente. Esta era la primera vez que ella experimentaba algo así mientras usaba su ojo izquierdo. Sentía como si cada célula de su cuerpo doliera, sin mencionar cómo ahora estaba intentando y apenas lograba recuperar el aliento.

—La Reina se ve pálida. Probablemente es porque está cansada —notó Alexa—. Deberías dejarla descansar primero, Su Majestad.

Mineah se mordió la mejilla interior, estaba haciendo todo lo posible para evitar hacer contacto visual con todas las personas que actualmente la observaban. Se había excedido en el uso de su energía interna leyendo los pensamientos de una persona a otra sin pausa.

Se maldijo interiormente por su descuido. Este incidente seguramente daría una peor impresión a los Valcrezianos que lo habían presenciado. Ya pensaban que no era apta para ser su reina, y ahora esto…

—Estoy bien —dijo Mineah—. Sonrió mientras se mostraba compuesta frente a ellos.

Nikolai frunció el ceño claramente descontento con algo, pero no dijo una palabra. En cambio, se volvió a todos y dijo, —Valcrez tendrá un festín real durante diez días. Anúncienlo a todos los que oigan sus palabras.

Al escuchar sobre el festín real, el ánimo en la sala pareció aligerarse hasta el punto que sus ojos ya no se quedaban en Mineah. En su lugar, todos estaban abrumados con las próximas festividades."

'Un festín real—reflexionó Mineah—, preguntándose cómo se celebraría tal evento en Valcrez. Desafortunadamente, lo primero que le vino a la mente fue un baño lleno de sangre fresca para que los vampiros la devoraran. Esa imagen era lo suficientemente mórbida como para que de repente se sintiera enferma de estómago.

—Vamos. Te llevaré a nuestra cabaña —Nikolai tarareó sosteniéndola más cerca de él— será bueno para ti que...

—¡Su Majestad!

Mineah se sobresaltó ante la repentina voz aguda que venía detrás de ellos. Al girarse, vio a una mujer caminando grácilmente hacia ellos con un seductor vestido negro.

—Rosela —saludó Nikolai a su lado— su rostro desprovisto de cualquier expresión.

Mineah se mordió la lengua mientras observaba la conversación. Era la primera vez que conocía a la mujer. Claramente, no estaba entre los delegados de Valcrez que acompañaron a Nikolai al Castillo de Ebodia.

Para ser justos, la mujer era indudablemente hermosa con su largo cabello rubio ondulado, una nariz afilada, labios rojos, y sus ojos… El color de un cobre agudo…

«Una espina en mi camino. Nikolai solo la necesita para cumplir la profecía y nada más. Será inútil en el momento en que le dé un hijo. He esperado tanto tiempo, y esperar un poco más no me hará ningún daño…» Los pensamientos de Rosela se filtraron en la mente de Mineah. «Ella es solo una reproductora, no una Reina. ¡Ni siquiera realizaron los Ritos de Acoplamiento, así que solo es su esposa de nombre. ¡Por la ley de su reino!»

—Mi Rey… Mi Reina… —Rosela los saludó graciosamente—. Esta es verdaderamente una ocasión alegre para nosotros para celebrar. ¿Qué tal si comparten una bebida conmigo y..

—Los Ritos de Acoplamiento no deben retrasarse… —Mineah interrumpió de repente, firme y lo suficientemente fuerte para que todos pudieran escuchar e interrumpir intencionalmente a la mujer frente a ellos. Luego se volvió hacia Nikolai con su sonrisa más seductora mientras añadió—, Debemos completarlo ahora, mi querido marido… Lai…

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AN: 30 de mayo, 2023

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¡Pasen un gran día a todos y ánimo incluso si las cosas son difíciles! Despertar otra mañana es siempre una bendición que todos deberíamos esperar... Manténganse a salvo y Dios les bendiga.

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