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La Obsesión de la Corona

—Tu cama está fría —habló una voz en la habitación que hizo que abriera los ojos de par en par por el miedo. Nerviosa, se giró, tragando suavemente al ver una sombra en su cama como si alguien yaciera allí. El hombre que había estado tumbado se sentó, emergiendo de las sombras donde había estado esperándola. —¿Qué haces aquí? —preguntó ella cuando sus pies tocaron el suelo y él se impulsó hacia arriba para empezar a caminar hacia ella. Sus rasgos guapos se veían más oscuros de lo habitual por la falta de luz en la habitación. —Vine a encontrarte —inclinó la cabeza—, ¿a dónde fuiste? —Salí a caminar —fue la rápida respuesta que hizo que él sonriera, una sonrisa que a ella le daba más miedo. Ella dio un paso atrás cuando él se acercó a ella. Eso no lo detuvo de acorralarla, y su espalda golpeó la pared detrás de ella. Levantó la mano hacia su rostro, y ella cerró los ojos, asustada. Ella tembló cuando sus dedos trazaron un camino desde su sien pasando por su mandíbula y cuello. Su cabello rubio estaba suelto. —¿En medio de la noche? —ella no le respondió sabiendo que él podía descifrar sus mentiras a través de sus palabras. Él se acercó más, lo que hizo que ella girara su rostro lejos de él y sus palabras vibraron en la piel de su cuello—, ¿fuiste a verlo, mi dulce niña?

ash_knight17 · Fantasía
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562 Chs

Claves y tarjetas- Parte 3

Todos se trasladaron a una habitación para que Rafael pudiera hacerle una lectura a la tía de Madeline. La más ansiosa era su Tía Mary, y Madeline vio cómo su tía tomaba asiento enfrente del lector de cartas en la mesa mientras el resto se sentaba no muy lejos observándolos. 

Mary miró fijamente al hombre, quien mezclaba las cartas en sus manos con fluidez antes de extenderlas sobre la superficie de la mesa. Ella sacó tres cartas del montón después de que Rafael retirase el resto de las cartas. Esta no era la primera vez que leían sus cartas, y había tenido una lectura previa hecha por otra persona, alguien conocido por sus padres. 

La mayoría de los lectores de cartas no eran más que impostores que no sabían lo que hacían, pero algunos de ellos que sabían leer las cartas, eran en su mayoría demonios. La razón por la que había pedido una lectura a este hombre no era porque estuviera entusiasmada por conocer su presente o futuro, sino porque quería saber quién era este hombre. 

Capítulo Bloqueado

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