—¿Por qué no llegamos a Saltige más rápido? —Esto la hizo pensar.
—¿Querías llegar más rápido? —Ian le respondió con otra pregunta y ella negó con la cabeza.
—No se trata de eso. Si la tía Angélica trabajó con los hechiceros oscuros, podría huir en cualquier momento. Me preguntaba por qué no viniste aquí primero —ya que Ian había sido alguien que resolvía los problemas rápidamente antes de que se agravaran, pero esta vez no lo hizo y ella encontró esto extraño.
—Eso era lo que pretendía —Ian le ofreció una sonrisa amable—. Estaba esperando verla correr y ver a dónde la llevarían sus sucias patas antes de acabar con todo el lugar, pero parece que no llegó a ninguna parte.
—¿Hay alguien siguiendo a mi tía? —Ella ahora sabía la razón por la cual Ian no vino al pueblo temprano.
—Cynthia la está siguiendo. ¿Quieres oír algo muy interesante, Elisa? —ella miró sus ojos, preguntándose qué—. Escuché acerca de ataúdes desaparecidos en este pueblo.
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