Talia se arregló para el desayuno y se giró para ver a Damon abotonándose la camiseta con mucha más fuerza de la necesaria.
Sabía que su humor estaba fluctuando porque estaban a punto de encontrarse con los ex-Alfas.
—¿Damon? —llamó Talia—. ¿Estarás bien hablando con Sophia e Isaac?
¿Cómo puede estar tranquilo cuando estaba a punto de encontrarse con dos personas que fueron directamente responsables de que Talia creciera en condiciones infernales? ¿Y luego intentaron hacerle daño lo que le hizo olvidar a su propia compañera!
Damon hizo rodar sus hombros para liberar tensión, con poco o ningún resultado. —Lo intentaré.
—No necesitas forzarte —dijo ella.
La cabeza de Damon se movió bruscamente para mirarla. ¿Ella pensaba que él se quedaría fuera de esto? —Quiero hacerlo.
—Lo sé, pero no ayudará si cometes un asesinato antes de que averigüemos algo útil. Recuerda, ellos tienen la información que necesitamos.
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