Cuando llegaron a la mansión, Penny y Damien encontraron al Señor justo cuando salía de la mansión y estaba a punto de subirse a la carroza. Al ver llegar su carroza, el Señor Nicolás detuvo sus pasos, esperando ver quién era
—Buenas tardes, Consejero Damien y Señora Penelope —saludó el Señor a ambos. Al percibir la seriedad, hizo señas a su cochero para que llevara la carroza de vuelta al refugio como si hubiera cambiado de opinión.
—Señor Nicolás, tenemos noticias sobre la masacre —informó Damien al Señor quien escuchó toda la información de lo que habían encontrado hasta ahora. Dado que el tiempo era de suma importancia en ese momento, no se molestaron en entrar en la mansión y se quedaron afuera explicándolo. Después de un rato, el Señor escuchó lo que la dama había descubierto a partir de lo que sabía.
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