Narrador:
La mañana se sentía pesada como todas las demás veces en qué se levantaba con una resaca que no podía ni pestañar, pero poniendo toda su fuerza de voluntad Brandon se levantó y se encamino al baño sin prestar atención a más nada la ducha estaba fría y Brandon casi corre fuera de ella si no fuera porque no tenía fuerzas para protestar por nada.
Se ajusto la corbata y se puso el chaleco mirándo su reflejo en el espejo, estaba un poco demacrado, sus ojos tenían unas bolsas horribles bajo sus ojos que al tener la piel tan palida se veían aterradoras, a pesar de eso y los párpados caídos su rostro de alguna manera se veía bien las únicas imperfecciones que tenía eran las pecas abundantes que la mayor parte del tiempo eran alabadas por las mujeres con las que se acostaba o simplemente coqueteaba.
Salió de su departamento con la prisa que su ánimo le permitía y se subió a su auto para encaminarse al trabajo, una empresa de modelos y revistas que hace tiempo llevaba a cuestas por el repentino retiro de su padre, odiaba cada segundo que tenía que pasar viendo y llenando papeles, convenciendo a los comerciantes y resolviendo problemas absurdos.
Cuando por fin llegó, se sentó en el escritorio observando todo el papeleo que desgraciadamente tenía que firmar, oh, como odiaba eso, su padre lo había obligado a estudiar solo lo que el creía que era bueno para el o para su beneficio, todos los días se levantaba con la misma pregunta y respuesta.
¿Cómo había dejado que su padre dirigiera toda su vida?
Fácil. Siempre quiso agradarle y hacerlo sentir orgulloso de él, hizo todo lo que su padre quería siempre sin importar cuánto lo lastimara en el proceso, su sueño de ser pintor había quedado destruido en el proceso hasta donde está ahora y solo los dibujos que aún hace en la soledad de su departamento mantienen esa pequeña y débil chispa.
Se quedó mirando el vacío como siempre lo hacía cuando trataba inútilmente de organizar sus pensamientos, su vida era una comedia de la que se dió cuenta mucho después de que comenzará a empeorar.
En su primer año de universidad conoció a una chica llamada Alice, hermosa de piel morena, pelo largo y lacio de color caramelo, se enamoro inmediatamente de la chica y poco después comenzaron un noviazgo que duró dos años, pero todo va bien solo en la mente del que está enamorado, se dió cuenta de que ella también estaba involucrada anteriormente con su mejor amigo y la peor parte de eso es que aún se seguían amando.
Brandon siempre fue un pacificador por eso desde el momento en que se enteró dio por terminada la relación sin dar a entender que esa era la razón, el chico estaba destruido pero aún así no lo mostró justo como su padre le enseño. Esto solo provocó que ellos se juntaron y actuarán como si no hubiera pasado nada, pero a fin de cuentas el también actuaba como si nada hubiera pasado.
-Señor Collins, los papeles han sido depositados en su escritorio_ hablo formalmente Jessica la secretaria de Bran, él rodó los ojos ante su formalidad como siempre.
Si no hubiera sido por su seriedad y formalidad que Brandon no soporta ya se hubiera acostado con ella, la apariencia de la mujer no iba de la mano con su personalidad ya que a pesar de ser tan correcta tenía una figura hermosa y segura, pero a Brandon ya no le importaba y le habia cogido confianza como su secretaria.
Ella le hablo de unas reuniones más y lo dejo perderse en sus pensamientos de nuevo.
°°°
Camino hacia el auto que estaba aparcado esperándolo, recibió en el camino un mensaje de su hermana para que recogiera a su sobrina, hasta el momento ella era la única persona de la familia con la cual mantiene una relación fuera de la cordialidad y la obligación.
Justo cuando abría la puerta de su auto Jessica lo interceptó jadeando por aire cuando lo alcanzó, el se quedó quieto esperando una explicación por su interrupción.
-Señor, perdón se me había olvidado entregarle este sobre que llegó temprano hoy_ el observo el sobre que por fuera estaba totalmente en blanco, lo cogió de sus manos para inspeccionar mejor el sobre.
-Podías dejarlo para cuándo volviera mañana_ le aseguro que no tenía que correr por todo el lugar solo para entregarle el estúpido sobre.
-Dijeron que era de suma importancia y que esperaba pronta respuesta_ el frunció el ceño pero no protesto y se subió al auto para conducir hasta la escuela de su sobrina.
Aún los niños no salían y se tomó su tiempo para leer el sobre que en realidad era una invitación, cualquier cosa era mejor que quedarse en la espera junto a muchas mujeres mayormente que buscaban a sus hijos y siempre miraban de manera un poco extraña a los pocos hombres en la habitación.
Leyó detenidamente las letras y se sumio en un dilema profundo, "Alice Bennett y Kevin Dannatt te invitan cordialmente a su boda", podia sentir el aire caliente que respiraba y como sus nudillos se ponían más blanco de lo que ya eran por arrugar la invitación en sus manos.
Su sobrina Layla con su cabello rubio agarrado en dos colas irrumpió en su auto, chillando y abrazando a su tío contando cosas de sus compañeros y su profesora, la niña era demasiado activa para su comodidad pero de todas formas la adoraba porque era la única alma inocente que quedaba en su familia, claro sin contar con el bebé que venia en camino de su hermana.
La llevo a casa y ni siquiera entro para ver a su hermana, lo último que necesitaba era una discusión con su padre o algún comentario mordaz a su madre que seguro merecía.
Al llegar a su apartamento pensó detenidamente en la invitación que recibió, estaba enojado claramente por lo hipócritas que podían llegar a ser pero en cierto modo no podía permitir que ellos pensaran que le estaba afectando eso, ya no eran tan jóvenes como antes y aunque de una manera había superado eso, todavía dolía que se burlaran tan fácilmente de el.
Faltaba unas semanas todavía pero el ya había decidido que asistiría con la cabeza en alto y con la gran capacidad de mentir y fingir, con la que ellos estaban familiarizados.