—Últimamente estás llena de violencia —ella respondió al sistema—. Pero su sugerencia no era mala. De hecho, ella tenía planeado romperle las manos a Billi porque la otra quería cortarle las suyas.
—Jenny todavía no había terminado y dijo:
—La última llamada que recibiste ayer es de la señorita Meifen. Estaba en pánico porque no podía contactarte y dijo algo sobre una carta de abogado.
Alix no había recibido ninguna llamada de Meifen esa mañana ni la noche anterior. Sin embargo, Meifen trabajaba en el departamento de administración escolar y se imaginó que la encontraría más tarde si fuera necesario.
Tan pronto como entró al aula, sus ojos se dirigieron hacia el lugar donde había estado sentada la profesora He el día anterior. Y tal como Alix pensó, la doctora ya había llegado hacía tiempo.
—La profesora He sonrió y saludo con la mano. Alix suspiró y le devolvió a la doctora una sonrisa de sufrimiento. —Parecía que esto iba a ser una cosa de todos los días.
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