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—¿Qué pasa si los ingredientes están equivocados...? —Bai Zhi no parece alguien que sabría cómo hacer postres gourmet.
Claro, el jefe había pensado de principio a fin en comer ese pastel. Pero no importa cuánto insinuara Bai Zhi, fue ignorada.
Al final, Bai Zhi se fue temprano debido a su horario para el día siguiente, negándose a quedarse hasta tarde.
—No, no es nada —dijo Shen Feiwan—. La repulsión no se debía a los ingredientes.
Era la persona.
¿Por qué no lo había pensado antes?
¡El alcohol realmente hace daño!
—Habla si te sientes mal —dijo Fu Shiyan fríamente, luego preguntó a Ming Qi:
— ¿Está listo el coche?
—Sí, ya te está esperando abajo —respondió Ming Qi.
Fu Shiyan se levantó para irse.
Shen Feiwan se quedó sorprendida por unos segundos.
¿Había sido Fu Shiyan demasiado tranquilo?
Acababa de comer el pastel que Bai Zhi hizo para él. ¿De verdad no estaba enfadado?!
¿O ya había decidido que ella no valía la pena para discutir?
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