—Cariño... te quiero ahora. Hazme el amor —Tristán dijo esas palabras con tanto anhelo en su voz. Sus ojos suplicaban. El amor y el deseo podían verse en esos orbes avellana.
Zhen-Zhen no tuvo el corazón para negarse. Pronto estarían separados y así era como querían consolarse: haciendo el amor.
Zhen-Zhen se giró para enfrentar a Tristán. Le dio permiso asintiendo con un gentil sonrisa en su rostro.
—Tristán inmediatamente tomó su rostro y reclamó sus labios, besándola con fervorosa necesidad. La besó con ferocidad, sintiendo el anhelo en su corazón.
Quería decirle a través de este beso cuánto la echaría de menos una vez que se separaran por un tiempo. Su corazón estaba lleno de deseo ardiente mientras saboreaba este momento con ella.
Atrapó su lengua dentro de su boca. Lamía y succionaba hasta que ambos quedaban sin aliento. Zhen-Zhen se sentía como si se ahogara en la intensidad del beso de Tristán.
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