—Mis suaves manitas ahora están tocando mis partes sensibles. La que más te gusta... Aah... Aah. Oh, Bebé... Estoy imaginando que eres tú quien me toca ahora, frotando mi piel con tus expertas manos calientes. Uhmm... Aah.
—... —dijo Matthew.
—... —dijo Tristán.
Esas últimas palabras de Zhen-Zhen dejaron a los dos hombres ya congelados incapaces de pensar y atados de lengua, una ola de calor se estaba esparciendo por sus cuerpos. De repente, comenzaron a sudar profusamente.
Ver el hermoso rostro de Zhen-Zhen mientras decía esas palabras con el mismo tono seductor que usaba Vanessa, imitando perfectamente incluso el sonido de sus gemidos, eso fue una tortura completa para los dos hombres que solo la escuchaban.
Lo que empeoró las cosas fue que el cerebro de estos dos pobres hombres parecía estar reaccionando a la voz sensual de Zhen-Zhen, imaginando que era ella la que realizaba el acto. El Chico Travieso, Tristán, y el Chico Decente, Matthew, ambos eran culpables de ese crimen.
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