—¡Ja! Aceptaste pagar tres millones de cubos con mucha facilidad —dijo Señor Dao Cieloúnico y se echó a reír—. Igual, era de esperar para alguien capaz de capturar a un Señor Dao del Tercer Paso. Tus recursos realmente son extraordinarios, ¿no es así?
—Simplemente tuve mejor suerte que la mayoría —dijo Ji Ning.
—Hermano mayor Cieloúnico, todos nuestros hermanos han llegado y están esperando. ¿Ya terminaste de hablar? —dijo Señor Dao Pezbrillante y su risa se escuchó desde lejos.
—¡Paciencia, mi hermano Pezbrillante! Estaremos allí en breve —respondió Señor Dao Cieloúnico y miró a Ning—. ¡Ven, ven! Apresurémonos que el banquete de bienvenida está por comenzar.
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