EN PROCESO DE CAZADOR
Aunque la noche era fría, la habitación de su madre se sentía cálida y fresca.
La tez de Cristal era muy pálida a pesar de haber recibido con constancia sueros y medicinas mientras estaba inconsciente.
Tyler habló primero.
—¿Necesitas algo, madre? ¿Tienes hambre? — acarició con mucho cuidado el cabello de su madre.
Cristal tenía el cuerpo adormecido y sus labios apenas lograron formular unas cuantas palabras.
—Estoy bien, hijo. — apretó los ojos con fuerza, aun sentía dolor.
—No es necesario que hables, solo asiente o niega con la cabeza. Por favor. —
Cristal sintió un gran alivio al despertar y tener a su hijo junto a ella como siempre cuidándola.
Pero al poco tiempo todos sus recuerdos de los días pasados la invadieron en segundos, su mirada ahora contenía ira, preocupación y tristeza a la vez. Miró a su hijo y a pesar de todo el ardor inexplicable que sentía en su garganta al hablar se dirigió a él.
—¿Dónde está tu hermana? —
Tyler cruzó ambas manos frente a su rostro cubriéndolo casi en su totalidad, se mantuvo en silencio por un momento con los ojos cerrados para luego hablar con un tono de voz totalmente escalofriante.
—También quisiera saberlo. —
Cristal notó enseguida como las manos de su hijo estaban cubiertas por vendas y con leves rastros de sangre entre ellas.
Y horrorizada continúo. —¿Qué has estado haciendo Tyler? —
—Estoy bien… — Murmuró.
Su madre se mordió el labio y trató desesperadamente de quitarse las sábanas que la cubrían para levantarse de la cama.
Tyler la detuvo rápidamente.
—Espera. ¿Qué pretendes, madre? Aun estas muy débil, el haber estado inconsciente durante seis días completos te debe tener muy exhausta. —
Cristal quedó paralizada con las palabras de su hijo.
—¿Qué?... ¿Qué acabas de decir, Tyler? — lo miró perpleja.
—Lo que escuchaste. No es momento para moverte justo ahora, piensa en tu salud. —
Los hombros de cristal temblaron inconscientemente.
—He estado inconsciente durante tanto tiempo… Mientras mi hija… — Balbuceó con horror mientras con ambas manos apretaba las sábanas con fuerza.
El ardor de su garganta ya en este momento le importaba poco o nada, en realidad lo único que quería eran respuestas.
—¿Qué sabes de Dalia? —
—Eso mismo es lo que quería preguntarte, madre. Ahora la mirada de Tyler era distinta y eso causo que la nuca de Cristal se volviera helada. ¿Dónde le has dicho que se escondiera? —
Cristal tragó levemente saliva antes de responder.
—¿Bromeas? Tú mismo lo has dicho, he estado en cama durante casi una semana. ¿Cómo lo sabría? —
Ambos se mantuviera fijamente la mirada por un instante antes de que su hijo suspirará con fuerza.
—Ya veo. No me lo dirás entonces. —
Tyler se levantó del sofá y se dirigió hacia la puerta de la habitación, en cuanto estuvo a un paso de irse volteo hacia su madre.
Ahora su rostro era completamente irreconocible tanto su mirada, su voz, su aura y más, eran distintos del todo.
—No te preocupes madre, tarde o temprano la encontraré. —
Efectivamente el temor más grande de Cristal ahora era reflejado en los ojos de Tyler. Tenía frente a ella a un completo depredador sin escrúpulos y despiadado mirándola fijamente.
Su vista se volvió borrosa y sus labios temblaron sin parar.
Finalmente, Tyler salió de la habitación.
Cristal quedó devastada, todos los sentimientos que había podido experimentar en muy poco tiempo le estrujaron el corazón y sentía como este se hacía jirones de forma dolorosa.
—¿Por qué? ¿En que falle? Mis niños… ¡Perdónenme! — dijo desesperada mientras hundía su rostro en la almohada y ahogaba todos sus desgarradores gritos causados por esta asfixiante situación.
Luego de algunas horas Cristal intentó levantarse de su cama, pero sus intentos eran en vano, su cuerpo aún estaba débil. Su hijo había pasado hace un par de horas y le había dicho que se mantuviera quieta e hiciera leves movimientos ya que sus nervios aun no estaban del todo activados.
Aun así, estaba tan desesperada que solo quería buscar la manera de hacer algo ante toda esta terrible situación lo más pronto posible. Desgraciadamente su cuerpo no le respondía como debía.
A pesar de haber intentado una y otra vez al final no pudo avanzar mucho, por ende, tuvo que regresar a la cama para esperar pacientemente hasta el otro día.
En ese momento su cabeza estaba en vuelta por cientos y cientos de encrucijadas llenas de preocupación.
***
Tan pronto como el canto de los pájaros resonaron en sus oídos Cristal abrió sus ojos.
—Buen día madre. Me alegra que finalmente estes despierta. —
Al escuchar a su hijo cristal dio un pequeño brinco en su propio lugar.
—Me asustaste Tyler. No vuelvas a hacer eso de nuevo. —
—Lo lamento, vine a estas horas porque estoy a punto de marcharme y venía a despedirme, madre. —
—¿Marcharte? Cristal se mostró preocupada. Con mucha razón ella había estado inconsciente por varios días y el día que despierta ve a su hijo cubierto de ventas y sangre. Le preocupaba. ¿A dónde? —
Tyler estrechó sus ojos con malicia junto con una amplia sonrisa habló.
—A trabajar. —
—¿Qué trabajo es ese? — Y antes que pudiera terminar de hablar su hijo la interrumpió.
—No necesitas preocuparte por tu cuerpo, aun puedes mantenerte con el suero y las medicinas. Pero en caso de que sientas hambre ahora que esta despierta, madre, aquí tienes el desayuno. — Colocó una bandeja con comida que olía realmente delicioso sobre las piernas de su madre.
Luego de eso continúo.
–Y el almuerzo está en eso recipientes en aquel lado, son térmicos así que no importa a qué hora desees comer, la comida se mantendrá caliente. —
Cristal no pudo siquiera tratar de interrumpirlo, Tyler habló rápidamente y sin espacios.
—Bien. Es hora de irme. Miró a su madre con una mirada cálida. Nos vemos luego madre, cuídate mientras tanto. —
Sus expresiones cambiaban de acuerdo a sus palabras.
Entonces solo se dirigió fuera de la habitación.
—¡No! Espera Tyler, vuelve. —
A pesar de las palabras de su madre Tyler no se detuvo. Luego de un par de segundos la puerta de la entrada hizo un fuerte sonido, dándole a entender a Cristal que su hijo se había marchado.
No pudo evitar sentirse tan frustrada e impotente.
Pero en su situación no podía hacer nada al respeto.
—¿Realmente podría hacer algo para cambiar esta situación? ¿En qué trabajo estaba metido exactamente Tyler? — Pensó.
La respuesta era obvia pero su corazón de madre no lo podía asimilar aún.
***
Al pie de la montaña como era de esperarse Bradley aguardaba la llegada de su compañero.
—Oh. Ya estás aquí. Bradley estiró sus brazos y piernas en señal de cansancio. Esta vez se te hizo más tarde. ¿No lo crees? —
Tyler dio un corto suspiro. —Mi madre finalmente despertó. —
—Ya veo. Ambos caminaron al mismo tiempo por el sendero hacia la estación de cazadores. ¿Cómo se encuentra? —
—No te incumbe. —
—Vaya, que frío. Cruzó ambos brazos detrás de su cabeza. Cambiando de tema, hoy realmente empieza nuestro entrenamiento oficial. —
Tyler solo asintió con su cabeza.
Y Bradley continúo.
—Espero que no sea algo similar a lo de ayer, aun siento mi cuerpo completamente molido. ¿Qué crees que nos espere esta vez? —
Tyler le respondió con un leve encogimiento de hombros.
El resto del camino el único que hablaba era Bradley como de costumbre, por momentos Tyler se ponía a reflexionar sobre si realmente debía mantenerlo a su lado mientras se sobaba la sien con una mano.
Después de varios minutos ya se encontraban frente a la estación de cazadores de nuevo.
Pasaron por la sala de espera de la entrada principal, la recepción y un largo pasillo hasta finalmente estaba frente al ascensor que los llevaría al subterráneo.
Luego se encontraron frente a un gran portón oscuro del campo de entrenamiento lideral.
Se acercaron a una máquina y con sus nuevos pases lograron entrar, mismos que le fueron entregados el día anterior al pasar esa ridícula prueba mortal.
No perdieron tiempo y enseguida se fueron a cambiar sus ropas con la de su uniforme de recluta, ni bien terminaron con ello las bocinas de todo el lugar comenzaron a transmitir un mensaje en general.
´´Todos los reclutas diríjanse de inmediato al campo de entrenamiento. Caso contrario serán castigados severamente´´
Ambos se pusieron en marcha en cuanto la voz aguda dejó de resonar por todo el lugar.
Afortunadamente sus pasos fueron suficientes para llegar a tiempo.
Estando la gran mayoría reunida, aparecieron unos tipos con máscaras oscuras de cazadores que cubrían por completo sus rostros y detrás de ellos la líder.
Por el contrario, algunos que no corrieron con la misma suerte de llegar a tiempo al llamado fueron arrastrados por un par de los cazadores quien sabe hacia dónde.
La líder comenzó a hablar. —Bien. Presten atención aquí, todos ustedes. —
Cuando todo el grupo la miró obedientemente ella continúo.
—Les doy la bienvenida. Me presento mi nombre es Rachel y soy la líder general de toda esta estación, es decir, el superior de sus superiores. —
Con sus palabras todo el lugar se mantuvo en silencio.
—Ahora bien, todos ustedes lograron pasar satisfactoriamente la prueba que se les fue dada, por ende, no hay nada más que esperar para su entrenamiento. En cuanto a cómo se llevará a cabo. —
Miró hacia su lado derecho y apuntó hacia el tipo a sus costados con su mano hacia arriba mientras seguía hablando. —Su superior, el maestro Kraken se los dirá. —
En cuanto las miradas de Tyler y Bradley se encontraron con aquellos ojos dominantes, un sudor frio recorrió sus espaldas e intentaron tragar saliva, pero incluso eso era difícil justo en ese momento, a pesar que esa persona se encontraba a varios metros de distancia con solo su mirada causaba gran revuelo.
Entonces esa presencia decidió moverse a través del polvo de aquella sala.
Poco a poco el panorama a la vista de ambos chicos cambio drásticamente y solo enfocaban a aquella presencia. El resto de reclutas y cazadores instructores desaparecían gradualmente, aunque aún se encontraban en el mismo lugar.
Al acercarse lentamente sus facciones se lograron apreciar de mejor forma en cada paso.
Tenía un rostro fresco con unos inconfundibles ojos dominantes de color azul marino puro donde predominada una sensación de pereza y cansancio, junto con un cabello rojo cobrizo ondulado en las puntas. Con una de sus orejas adornada con un pendiente largo dándole un aspecto elegante de cierta forma.
Básicamente era ver un Kraken transformado en persona frente a ellos.
Su caminar era simple pero autoritario, también por lo que se podía observar tenía la costumbre de siempre mantener las manos en los bolsillos de su largo abrigo oscuro.
Finalmente había llegado al frente.
Sus fríos ojos observaron a Tyler y Bradley por un segundo, luego miró a la líder a su lado y continúo.
—Me presento soy su superior e instructor y los que están a mis espaldas serán sus instructores también, ellos estarán a cargo de observar atentamente todo su proceso a partir de hoy. —
Su discurso parecía haber acabado allí, pero luego una leve sonrisa de éxtasis se formó en su rostro.
—Me pregunto. ¿Cuántos de ustedes sobrevivirán como lo estipula el contrato? —
Sus palabras fueron bastante breves y precisas.
Miró a uno por uno de los que se encontraban reunidos con una mirada llena de recelo y poco entusiasmo, pero completamente fría.
–¿A quedado claro? —
En una sola voz todos respondieron como en automático.
—¡Si, señor! —
El discurso principal culminó.
Luego solo los instructores se quedaron a cargo de los reclutas, los cuales les explicaron de forma explícita todo el proceso de aprendizaje.
—¡Atentos todos! Habló con voz fuerte su superior. Como primer punto se llevará a cabo el aprendizaje de esgrima de armas de corto y largo alcance. —
Todos en el lugar asintieron.
Lo que debían hacer era tomar todas las partes de un arma que estaba desarmada y armarla a la perfección lo más rápido posible en un tiempo determinado para después disparar hacia un cartel que tenían a unos metros de ellos en un punto fijo.
El proceso de aprender fue limitado y no duró más de una hora, donde les explicaron cada parte de las armas correspondientes y su función junto con las medidas de seguridad.
Tyler y Bradley no eran expertos en el tema, pero sus capacidades superaron las del promedio y dieron un buen rendimiento con excepción de Tyler a la hora de disparar a su objetivo, tuvo complicaciones y no pudo darle al blanco.
Todos los reclutas pusieron en práctica alrededor de todo el día el manejo de variedades de armas sin descanso, mientras su superior monitoreaba minuciosamente cada una de sus acciones.
La mayoría apenas y podía mover los dedos en el transcurso de un par de horas al igual que sus pies, ya que debían vaciar todo el cartucho del arma que había armado a la perfección, luego debían cambiarla por otra y repetir el mismo proceso una, otra y otra vez.
Al medio día se les dio un descanso para el almuerzo.
—¡Ah! Rayos, me duelen las manos y los pies. ¿A ti no, Tyler? — preguntó Bradley.
—Si. — solo respondió Tyler.
En ese corto tiempo de descanso que habían obtenido, Tyler se encontraba envuelto casi por completo en sus pensamientos y como era de esperar el que lo tenía algo inquieto era la salud de su madre.
Al verlo así Bradley no dijo más.
Poco después volvieron a la práctica incentiva de armas
Llegada la tarde cerca de la noche el mismo instructor les orden a todos marcharse, el primer día de entrenamiento había llegado a su fin.
Tyler de inmediato corrió en dirección a su casa.
—Hey. ¡Espera, hermano! — gritó Bradley, pero no pudo terminar de hablar, ya que Tyler se fue a gran velocidad.
Tsk
Chasqueó su lengua y se encogió de hombros.
***
Al llegar a casa, Tyler a penas y respiraba aun así continúo hasta la habitación de su madre a revisar su estado.
Y para su madre se encontraba leyendo un libro tranquilamente.
—Madre. ¿Te sientes bien? —
—Si. Respondió Cristal. A diferencia de ti, hijo. Brindándole una linda sonrisa.
Tyler dio un pequeño resoplido de burla.
El resto de la noche transcurrió normal entre madre e hijo.
Y al siguiente día sucedió exactamente lo mismo, Tyler se despidió de su madre que aún se encontraba en cama por su recuperación.
Cuando estuvo a punto de marcharse su madre habló.
—Tyler. —
—Si. — respondió
—¿Qué clase de trabajo es ese? —
Tyler se mantuvo un tanto impactado por su sorpresiva pregunta, luego volteo y con una leve sonrisa respondió.
—El que solucionará nuestras vidas. No lo pienses demasiado, madre. ¿Está bien? —
Cristal quedó sin palabras y su hijo se terminó de ir.
A partir de ese día Tyler se centró por completo en el exhaustivo entrenamiento de cazador mientras que Cristal se dedicó a su recuperación por completo.
En el transcurso de ese tiempo se dieron todos los puntos del proceso a completar de los reclutas.
El segundo punto fue:
Se probó su habilidad de agilidad y fuerza.
Siendo utilizada las armas de Balas de pintura para el proceso. Lo que debían hacer era evitar que estas le tocaran mientras se ocultaban en ciertas partes donde había ciertos obstáculos.
Tyler sobresalió por sobre todos los demás por su gran agilidad, su fuerza en cambio no era superior a la del promedio, pero al menos le fue útil para dejar una buena impresión a sus superiores.
En cuanto a Bradley carecido de agilidad en ciertos puntos, pero su fuerza fue superior a la del resto de miembros.
Tercer punto:
Combate cuerpo a cuerpo. Básicamente esto se ejerció en grupos de personas enfrentándose simultáneamente a alguien en especial.
El superior Kraken se encargó personalmente de la formación de este campo, siendo uno de los más difíciles ya que en cada encuentro todos los reclutas sin excepciones terminaban con grandes lesiones y heridas en su cuerpo.
En el aprendizaje con este instructor mantenía el uso de armas tanto cortopunzantes, punzantes, contundentes y demás.
Los días siguieron transcurriendo.
Tyler y Bradley notaron como sus compañeros tenían posturas fuertes al igual que ellos en los que significaba esta rama.
¡PUM!
Un fuerte ruido vino del otro lado donde se encontraba otro grupo de reclutas.
Varias cajas cayeron y rodaron mientras que otras sostenían a una persona en medio de las mismas. Y una chica se volvía a poner erguida luego de haber tomado una postura defensiva, luego el instructor de ese grupo mandó a otro miembro en una nueva lucha contra la chica y en cuanto sonó el silbato dando inicio a la pelea.
La chica hizo un par de movimientos agiles y dejó fuera de combate a su oponente enseguida.
Ambos chicos quedaron sorprendidos. Pero enseguida Kraken su superior los sacó del trance al golpear a ambos simultáneamente con un barrote de madera.
—¡Ustedes dos! Deberían prestar más atención a este lugar a diferencia de aquel. —
Los dos chicos quedaron en el suelo revolcándose de dolor.
Un claro ejemplo de nunca se debe bajar la guardia.
Al llegar a casa, su madre notó su herida en su rostro.
Tenía el labio completamente partido y rasguños en la cara, a diferencia de Bradley que fue golpeado en el estómago y espalda.
—¡Hijo! ¿Qué fue lo que te paso? — preguntó su madre angustiada.
—No es nada, mamá. tranquila. — respondió.
—Nada dices. ¡Mira tu rostro, Tyler! —
—Para con eso, madre. Aunque te lo diga no hay nada que hacer. Iré a mi habitación, estoy cansado. Buenas noches. —
—Hijo… —
Cristal se mordió el labio con fuerza, sea lo que sea que estuviera haciendo su hijo todo lo hacía por ella.
Los días continuaron pasando y pasando, de la misma manera que el entrenamiento fue avanzando.
Cuarto punto.
Parkour
Esta disciplina física es vital en el entrenamiento de los reclutas, se basa en desplazarse de un punto a otro superando todo tipo de dificultades y obstáculos.
De esta manera todos los reclutas fueron sometidos a pruebas donde el parkour determinaba sus resistencia y velocidad tanto como su agilidad misma.
Quinto punto.
Tecnología avanzada
En este punto todos tenían que aprender de forma explícita la función de todo medio tecnológico hasta el punto de ser profesionales en el área, lo que les llevó algún tiempo aun así se destacó el excelente aprendizaje de los reclutas lidérales.
Como era de esperarse.
Sexto punto.
Medicina básica y avanzada.
a) Primeros auxilios.
b) Puntos de presión en el cuerpo
c) Habilidades forenses
d) autopsias
Estos puntos son claves, ayudaran en las múltiples tareas de estos futuros cazadores tanto con sus presas como con sus superiores en momentos precisos.
El tiempo seguía pasando sin parar.
Tyler llevaba constantemente las medicinas de su madre y el alimento dejó de faltar en casa. A Cristal le llevo alrededor de dos meses en recuperarse casi por completo, en ese momento Tyler aún se encontraba en medio del proceso de entrenamiento.
Luego de que Cristal logró estar en una mejor condición ayudó a su hijo en lo que tenía que ver con las cosas del hogar, aunque su relación se volvió distante. Pocas veces cruzaban palabras.
Cristal no interfirió más en lo que se trataba de Tyler con sus heridas rasguños y demás, sabía bien que nada de lo que hiciera haría que Tyler dejará el trabajo en el que estaba metido.
A pesar que para ella aun eso era un misterio.
Cada día sin falta miraba con tristeza el sendero por el que aquella vez se marchó su pequeña hija, su alma y corazón eran carcomidos profundamente cada vez que imaginaba como estaría su pequeña allá fuera a la deriva, sin embargo, encontrarla en este punto se había vuelto imposible y más con su enfermedad.
Seguían pasando los días y aparentemente todo marchaba bien.
Hasta que de un momento a otro Cristal comenzó a sentir leves pinchazos en su pecho, náuseas y mareos incontrolables que poco a poco la hacían perder el control de su cuerpo.
A pesar de todos estos síntomas angustiantes, Cristal se mantuvo neutra ante la idea de hacérselo saber a su hijo.
Una tarde cuando Tyler volvió exhausto y ambos cenaban tranquilamente. Cristal nuevamente comenzó a sentir aquellos pinchazos en su pecho, pero esta vez eran más fuertes y dolorosos. Trató de resistir tanto como pudo, pero ahora no solo era aquel dolor si no también su vista se nublaba casi por completo en cada respiración.
Tyler notó cierto encogimiento de hombros de su madre junto con su cabeza baja.
—¿Mamá? Cristal se mantuvo en silencio hasta que apretó con fuerza el borde de la mesa. Mamá ¿Qué sucede? —
Tyler se acercó con rapidez.
Cristal respiraba con mucha dificultad y fuerza. Al levantar el rostro de su madre vio como esta mordía su labio con tanta fuerza que la sangre se derramaba mientras sostenía con una de sus manos su pecho y mantenía los ojos firmemente cerrados.
Tyler gritó un par de veces en busca de respuesta, pero en el momento que su madre finalmente abrió los ojos y estaba por hablar.
—…
El cuerpo de Cristal se desplomó. Tyler sin pensarlo dos veces la tomó en brazos y la llevó enseguida a su habitación.
En cuanto la colocó en la cama, una fiebre sumamente alta se desató en todo su ser, ahora su cuerpo desprendía calor puro.
Tyler se desesperó, no sabía qué hacer.
Incluso intentó pensar desesperadamente en una solución hasta que poco después recordó algo, pero no, no quería recurrir a esa salida.
Los minutos pasaron luego las horas y su madre no mejoraba, es más podría decirse que estaba empeorando con el pasar del tiempo.
Tyler angustiado, no tuvo más opción que actuar. Sabía bien que podría ser como hacer un trato con un demonio, pero por su madre eso no era nada si significaba salvarle la vida.
No pudo seguir viendo a su madre sumergirse en el dolor mientras el solo observaba, corrió hacia el pueblo tan rápido como pudo a pesar que ya estaba a nada de oscurecer por completo.
Al llegar a un establecimiento se acercó hacia un teléfono público casi sin aliento, pero consiente. Y marcó en el teclado un numero especifico.
—Si. ¿En qué le puedo ayudar? —
Tyler tragó saliva.
He vuelto con nuevos capitulos, espero los disfruten.
mi bloqueo de escritor ya ha termino.
¡¡Gracias por leer hasta aquí!!