Phoebe fue llevada a la sala de emergencias.
Yvette estaba rígida en todo su cuerpo. No sabía qué hacer.
Marcus se quitó el abrigo y se lo puso a Yvette. La miró y preguntó —¿Puedes caminar?
El rostro de Yvette estaba tan pálido que parecía casi transparente, como si fuera a desmayarse en cualquier momento. Pero se aferró al borde de la cama y se levantó con fuerza de voluntad.
Sus ojos eran muy brillantes, pero en ese momento, la luz estaba vacía.
—Gracias —Yvette agradeció suavemente.
Yvette agradeció a Marcus por salvar algo de dignidad de su abuela.
Después de un rato, Yvette caminó hacia fuera paso a paso.
Parecía que había pasado un siglo.
El doctor con bata blanca salió. Se inclinó ante Yvette y dijo con calma —Lamento su pérdida.
Su voz profunda era como una maldición del destino, resonando en el pasillo vacío y frío. Yvette pareció recibir un golpe fuerte y dio un paso hacia atrás.
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