Juliette se detuvo en seco con una expresión de agravio en la cara. —No lo hice. Tal vez lo toqué cuando estaba colocando los documentos allí.
La expresión de Lance era fría. —Recuerdo haberte dicho antes que no tienes que entregarme documentos. Si no tienes nada que hacer, simplemente puedes renunciar.
Estas palabras congelaron la atmósfera en la oficina.
Juliette estaba tan enojada que se clavó las uñas en la palma, pero su rostro seguía siendo dulce. Sonrió y dijo —Está bien, lo recordaré.
Después de salir de la oficina...
Juliette estaba inexpresiva, pero su aura se volvió fría.
Un miembro del personal que vino a entregar documentos se topó con Juliette, y Juliette le agarró el brazo.
—¡Ojos en el camino! —dijo con dureza.
Las uñas de Juliette casi se clavaron en el brazo del miembro del personal, causándole casi llorar del dolor.
El miembro del personal estaba tan asustado que su cara se puso pálida. Se disculpó repetidamente —Señorita Beckford, lo siento mucho.
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