¡Bang! ¡Bang!
Comenzaron a disparar. Una sombra oscura se precipitó con un gran salto sobre el capitán Chen, prendiéndose a su cuello. El Capitán Chen quedó en shock al ver al gato salvaje, todo su cuerpo se tensó y no pudo moverse. Luo Yuan inmediatamente aceleró sus pasos y corrió hacia el capitán Chen. Con su hombro le dio un golpe y el animal voló por el aire. Aterrizó y rodó durante unos segundos antes de levantarse. Sacudió la cabeza, había quedado mareado por el golpe. Luo Yuan inmediatamente le dio una estocada sin darle tiempo de recuperarse.
Aunque el machete no estaba bien afilado, era lo suficientemente bueno para cortar y matar.
¡Crack!
La columna del gato salvaje se partió en dos. El animal gimió de dolor pero siguió luchando, sus miembros todavía se movían como si estuviera tratando de arrastrarse. Sus órganos internos se desparramaron en el suelo, el aire olía a sangre.
¡Bang! ¡Bang!
Zhao Qiang rápidamente disparó dos veces más para asegurarse de que el gato salvaje estuviera muerto.
—¡Maldito gato!
Y le disparó en la cabeza hasta que dejó de luchar.
Huang Jiahui no pudo soportar la escena y el olor que impregnaba el aire, se movió a un lado y vomitó en los arbustos.
Luo Yuan tampoco se sentía bien. Había reaccionado sin pensar, precipitándose sobre el gato salvaje y matándolo. Su mano y su cuerpo seguían temblando por lo inesperado del ataque. ¿Cuándo se había vuelto tan valiente? No tenía ni idea.
Wang Fei cubrió su cara y se arrastró fuera de los arbustos.
—Capitán, esto es demasiado peligroso. No tenemos capacidad para manejar una situación como esta. Si un gato salvaje puede lesionarnos así, entonces no puedo imaginar lo que vamos a encontrar más adelante. Me parece que es suficiente, ¡no podremos encontrar a las personas desaparecidas!
Todos parecían cansados al escuchar las palabras de Wang Fei. Lo que temían había pasado.
Luo Yuan, que ya se sentía molesto, dijo:
—¡No creeré que mi cuñado está muerto hasta que encuentre su cadáver! ¡Lo menos que podemos hacer es ir a comprobar!
—¡No tienes derecho a hablar! ¡Puedes seguir si quieres morir, pero no puedes arrastrarnos! —se excusó Wang Fei, gritando a Luo Yuan.
Luo Yuan miró a Wang Fei preguntándose por qué haría se comportaría de ese modo. No lo había ofendido antes, pero ahora estaba cabreado:
—Puedes irte si tienes miedo, de todos modos has sido completamente inútil.
Esas palabras desencadenaron la ira de Wang Fei. Se sintió insultado y de repente sacó su arma y apuntó a Luo Yuan.
—¡Hijo de puta! ¡Dilo de nuevo! —dijo con cara de loco.
—¡No! —gritó Huang Jiahui. Nunca imaginó que Wang Fei pudiera hacer algo como eso, siempre había sido introvertido, pero ahora parecía haber actuado por impulso.
—¡Wang Fei, baja el arma ahora! —ordenó el capitán Chen con expresión muy seria.
Wang Fei se sintió mal. Titubeó con los gritos del capitán Chen pero ego no le permitió desistir, alzó la voz y dijo:
—¡Capitán, no tengo intención de desobedecer sus órdenes, pero quiero que se disculpe!
Miles de cosas pasaban por la cabeza de Luo Yuan. Mentiría si dijera que no tenía miedo, su corazón se aceleraba con el cañón de la arma apuntándole, quedó frío sintiendo la presencia de la muerte cerca de él. Casi se arrodilla para pedir perdón, pero no. No se inclinaba ante alguien con un arma, ¡sería un insulto!
Lentamente, mientras se calmaba y se daba cuenta de que las cosas no eran tan mal, pensaba que Wang Fei no podría dispararle delante de todos, no si tenía algún sentido común. Además, la distancia entre Wang Fei y él solo era de dos metros, podría romperle los brazos o incluso matar a Wang Fei si actuaba más rápido y con más decisión. Claro que no habría sería lo mejor y solo empeoraría las cosas.
—Baja tu arma si quieres que me disculpe —dijo —. Ya estarías muerto si el capitán Chen no hubiera reaccionado con la suficiente rapidez como para salvarle. No me importa si tienes miedo, estoy con el capitán Chen, si quiere que volvamos, no discutiré.
Estas palabras tenían doble sentido. Evitaban a Wang Fei, pero también se unían al capitán para evitar que los policías no se unieran contra él. El capitán Chen se puso serio, pensaba cómo Luo Yuan lo había rescatado del gato salvaje. De no ser por él ahora estaría muerto. Sabía que debía mostrar gratitud a cambio.
—Wang Fei, ¡quiero que bajes tu arma ahora! ¿Me oyes? —le gritó.
—Capitán… Capitán…—Wang Fei trató de discutir pero parecía asustado.
—¡Hey, solo baja el arma! —dijo Zhao Qiang. A él tampoco le gustaba Wang Fei.
Wang Fei miró fijo a Luo Yuan pero decidió bajar el arma.
Luo Yuan no se molestó devolverle la mirada, caminó hacia el capitán Chen y le habló con sinceridad:
—Mis disculpas, capitán. Sé que algunas cosas que dije fueron gracias al enojo. Por favor acepte mi disculpa.
El capitán Chen se calmó y respondió:
—Está bien, entiendo cómo te sientes, no es fácil para ti y creo que cualquiera se sentiría igual en tu lugar. Sin embargo, aquí es peligroso, si no los encontramos antes de llegar a la cima tendremos que regresar, ¿de acuerdo?
Tenían que encontrar a la gente desaparecida, porque nada sería igual de otro modo.
—De acuerdo —dijo Luo Yuan y agregó—: Sé que las posibilidades son bajas, pero al menos todavía hay alguna esperanza. Si nos damos por vencidos, entonces no tendrán esperanza —ya nadie se acordaba de las disculpas a Wang Fei.
Huang Jiahui se acercó a Luo Yuan y trató de consolarlo.
—¿Estás bien?, Wang Fei todavía es muy nuevo en esto, le falta entrenamiento, no lo tomes en serio.
Luo Yuan respondió:
—Estoy bien, no te preocupes.
—¿Cómo se sienten que te amenacen con un arma? —preguntó Zhao Qiang con una sonrisa mientras seguía caminando.
—Todavía no puedo sentir las piernas —dijo Luo Yuan con una sonrisa incómoda.
Zhao Qiang mostró su pulgar hacia arriba en señal de respeto. Había visto muchas reacciones diferentes ante una situación similar, la mayoría de las personas se arrodillaba y suplicaba perdón, otros se orinaba o cagaban encima, pero esta era la primera vez que veía una reacción como la de Luo Yuan. Nadie se acordaba de Wang Fei, que se había quedado parado, sintiéndose insatisfecho y celoso.
No habían estado allí mucho tiempo, pero ahora podían escuchar muchos sonidos extraños. Una rata grande apareció de los arbustos, los miró, luego miró el cadáver, pareció dudar por un momento.
El capitán Chen se puso alerta inmediatamente, se levantó del piso y dijo al grupo:
—Vamos, no podemos quedarnos más aquí, la sangre atraerá a otros animales.
—Capitán Chen, ¿qué le parece si gritáramos los nombres de las víctimas?, estamos a mitad de camino, si nos oyen responderán — sugirió Huang Jiahui.
—De acuerdo, pero alejémonos de aquí primero, gritar podría molestar a los animales que estén cerca —respondió el capitán Chen.
Aunque Luo Yuan estaba agotado, se sintió un poco mejor después de ese breve descanso. Siguió removiendo plantas y ramas para seguir avanzando. Se encontraron con muchos animales en el camino, todos se sentían atraídos por el olor de la sangre, pero ninguno los atacó.
Cuando estuvieron a 10 metros de distancia comenzaron a gritar los nombres de los desaparecidos. No obtuvieron respuesta. Luo Yuan se preocupaba cada vez más, sospechaba que Chen Weiqiang había muerto.
—¡Miren! ¿Es una camisa eso de allá? —Huang Jiahui gritó señalando hacia adelante.
Luo Yuan sintió que de repente volvía su energía y corrió en la dirección indicada por Huang Jiahui.
—Eso parece. ¡Hay un sendero!, tal vez lo usaron para llegar hasta aquí. Capitán, ¿podemos ir a revisar? —sugirió Luo Yuan.
—¡Muy bien, vamos! —respondió el capitán Chen.
Unos 10 minutos más tarde, estaban allí.
El sendero era estrecho, las plantas alrededor estaban torcidas y rotas, una manga manchada de sangre colgaba de una rama.
—La sangre parece fresca, menos de dos días quizás. Podría ser el alcalde o alguien más del grupo —dijo el capitán Chen.
Luego se agachó para revisar el lugar.
—Hay sangre en el suelo, probablemente fueron atacados por una bestia, deben haber corrido cuesta abajo para escapar, ¡vamos a encontrarlos!
Luo Yuan asintió y avanzó rápidamente, seguido de igual manera por todos. El rastro de sangre terminó unos 10 metros después. Se encontraron con un sendero serpenteante lleno de ramas. El sendero era de un pie de ancho y era muy extraño, cada curva se veía similar y parecía haber sido hecha con herramientas de precisión.
Luo Yuan parecía perdido en sus pensamientos mientras estudiaba el sinuoso sendero.
De repente gritó:
—¡Mierda! ¿Es el rastro de una serpiente?
Zhao Qiang levantó inmediatamente su arma y se puso alerta:
—Si el rastro es tan grande, no puedo imaginar el tamaño de la serpiente.
Luo Yuan vio a Wang Fei retirarse en silencio y ponerse detrás. Estaba seguro de que se hubiera escapado de no estar más preocupado por su seguridad.
—Es tu elección, Luo Yuan, ¿vamos a ver o regresaremos a casa? —el capitán Chen puso la decisión en sus manos.
Huang Jiahui se apuró:
—Volvamos, no creo que tu cuñado siga vivo.
Luo Yuan permaneció en silencio por un momento, luego dijo:
—Capitán Chen, puedo regresar a casa ahora mismo y asumir que mi cuñado ha muerto —vaciló unos segundos y continuó—: Puedo irme, pero usted no puede… Esa serpiente ya es muy grande y crecerá aún más si el clima continúa así… Cuando llegue el momento en que su apetito no pueda ser satisfecho por los animales del bosque llegará a la aldea y luego a la ciudad buscando comida. Pero ustedes son policías, eventualmente serán los que van a tener que luchar contra ella, ¡no pueden huir!
Y agregó:
—¿No creen que sería más fácil matar a una serpiente que acaba de tener un gran banquete y es demasiado pesada para moverse, en lugar de luchar contra una gigantesca serpiente hambrienta?
—¿Cómo sabes que no se puede mover? —Wang Fei aprovechó la oportunidad para desafiarlo.
Luo Yuan lo miró como si fuera estúpido.
—No importa cuán grande sea una serpiente necesita al menos unos días para digerir después de haber tragado a varias personas. No se moverá mucho durante ese tiempo porque sus movimientos estarían limitado por su peso, por esto sería un poco menos peligroso atacar ahora.
Luo Yuan miró al capitán Chen y esperó su decisión. No podía hacer nada más que aceptar su fracaso si el capitán Chen se rendía. No estaba preparado para luchar solo contra la serpiente, el miedo que les tenía no le permitiría utilizar plenamente sus talentos.
Después de pensarlo un buen rato, el capitán Chen miró a Luo Yuan y dijo:
—Esperemos que lo que acabas de decir sea cierto. ¡Hagamos esto por el pueblo!
Todavía se basaba en el sentido común, sabía que era el mejor momento para matar a la serpiente y que las cosas solo empeorarían si no lo hacían. Incluso Wang Fei se había quedado callado.
Caminar por el sendero de la serpiente era abrumador, podrían estimar su fuerza y tamaño mirando los árboles y las ramas torcidas. Solo la cola de la serpiente sería suficiente para lastimarlos los golpeaba por accidente.
Luo Yuan se sintió realmente preocupado, sus palmas estaban sudorosas y el sudor goteaba en el mango de su machete y lo hacía resbaladizo. No sabía qué pensarían de él si supieran lo asustado que estaba. Todo el mundo estaba en alerta y caminaba con mucho cuidado. Después de un rato, todos estaban sudando.
Alrededor de 30 minutos más tarde llegaron al final del sendero. Ante ellos había un árido desierto con ramas secas y torcidas. El lugar era imposible de imaginarse. Se sentaron en el suelo para recuperar el aliento. Parecía ser el hábitat de una serpiente.
—Wang Fei, ve a investigar. ¡No la molestes! —El Capitán Chen le ordenó suavemente.
Le hubiera gustado más que fuera Luo Yuan, pero él ya había hecho mucho durante el viaje en comparación a las contribuciones de sus propios subordinados. Le daba vergüenza de dejar que Luo Yuan asumiera el riesgo.
Wang Fei se puso pálido. Miró a sus colegas, luego a Luo Yuan. Luo Yuan le devolvió la mirada con aun sonrisa sarcástica, como desafiándolo.
Wang Fei se enojó:
—Bien, yo voy.
Inmediatamente se arrepintió de sus palabras pero no podía echarse para atrás. Lentamente sacó su arma y avanzó como si estuviera caminando hacia su propia ejecución. Solo había caminando unos 10 minutos cuando sintió que sus piernas se entumecían y se desplomó contra el suelo, estaba demasiado asustado para seguir.
La expresión facial del capitán Chen cambió instantáneamente:
—¡Avergüenzas a toda la Institución!
Zhao Qiang lanzó una risita burlona y dijo:
—Entonces yo iré.
Luo Yuan rió para sí mismo, no podía creer que Wang Fei se hubiese atrevido a apuntarle un arma porque se había sentido insultado y ahora no podía afrontar sus propios temores a pesar de estar armado.
El capitán Chen asintió aceptando la sugerencia de Zhao Qiang.
Zhao Qiang había estado en el ejército, por lo que se tiró al suelo y se arrastró hacia adelante rápidamente. Al cabo de unos minutos llegó al lugar donde estaba Wang Fei, tomó su arma y se la guardó en su bolsillo. Siguió avanzando, sin siquiera molestarse en revisar a Wang Fei.
Un momento después, Zhao Qiang regresó, pero su actitud altanera había desaparecido, estaba blanco como un papel.