Entre la multitud, Alistair Han mantenía su mirada sobre Adrienne. La niña que solía seguirlo por todas partes para profesarle su devoción eterna, de repente se había convertido en una persona diferente. Adrienne afirmaba que había superado todo y hasta decía que ahora estaba con alguien más. No se podía negar que llevaba un anillo de compromiso, a pesar de que parecía sencillo.
De alguna manera, sentía que había algo en esta joven chica que lo atraía profundamente. De repente, quería poseer a esta chica y mantenerla solo para él. Alistair realmente quería examinarla más detenidamente, pero con su guardaespaldas de pie muy cerca de ella, sabía que era imposible acorralarla por segunda vez.
Su mirada continuaba siguiendo a Adrienne y podía sentir que ella no estaba dispuesta a dedicarle ni una mirada. Aunque sus expresiones parecían suaves, podía sentir distintamente su indiferencia. Este tipo de sentimiento hacía que Alistair Han se sintiera inexplicablemente infeliz.
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