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JON

Había ocasiones, aunque no muchas, en las que Jon se alegraba de no estar en las mismas botas de su hermano más parecido. Si, el era muchas cosas que el deseaba: un hijo legítimo, uno futuro lord con una buena reputación, el mejor espadachín de los tres, muy inteligente y respetado incondicionalmente, incluso a esa edad. Pero en ocasiones veía y escuchaba cosas de su hermano que lo le agradaban.

A los diez recién cumplidos su señor padre envió a Artos hacia Foso Cailin. Jon se sintió solo todo ese tiempo que su hermano no estuvo, el junto a Robb eran conplices y grandes hermanos. Pero cuando su hermano volvió, casi un año después, no se veía igual que antes. Tenía ojeras pronunciadas, ojos hinchados y se veía delgado.

Artos había entrado al solar de su padre ese mismo día, para luego encerrarse en su habitación por unos veinte días, el uñtimo dia fue cuando su padre lo devolvió al Foso.

Ese mismo día se acercó sigilosamente al solar de su padre, y escucho la conversación que tuvo con Lady Catelyn.

- Artos capturo bandidos en el Foso - escucho decir a su señor padre -. Dijo que los había perdonados una vez, confiando en su palabra. Pero saquearon el pueblo esa misma noche. Los capturo una vez más...

- ¿Por que no los encerró en una mazamorra? Pudo haber delegado el trabajo a sus sirvientes - exclamo Lady Catelyn -. Para eso los pusiste bajo sus órdenes.

- El camino es el antiguo... eso me dijo - respondió su señor padre -. Eso le dije yo. Nunca me vio ejecutar a un hombre, pero el ya leyó todos los libros de la torre, sabia como se hacía. Ejecuto a veinticinco hombres, todos los sentenció el mismo... se rompió frente a mi.

- ¿Y que le dijiste, Ned? - le pregunto Lady Catelyn con suma preocupación.

Jon no termino de oír la conversación; corrió rápidamente hacia la habitación de su hermano. Llamo insistentemente a su puerta durante mucho tiempo, lo hizo los tres días, y al final Artos marchó otra vez.

Otro de esos momentos fue hace un rato, cuando comenzó el cortejo. Eran altas horas de la noche y se selebraba un festín en honor al rey, y el gran salón estaba lleno. Primero, su señor padre entro acompañando por la reina, quien no le dirigió la mirada a su padre. La reina tenía una sonrisa falsa, y a pesar de tener solo catorce años, Jon sabía que la reina aborrecia todo de este lugar.

El rey, decepcionante rey, entró junto a Lady Stark. Luego entraron los niños: primero Rickon, que se distrajo con el, seguido por Bran. Artos también ingreso solo, pero a diferencia de sus felices hermanos, Artos parecía afectado por ingresar el solo. Porque luego de él Robb ingreso con la princesa, Sansa junto con el primcipe Joffrey y Arya con el príncipe Tommen.

El impresionante Jaime Lannister entro junto al diablillo, su hermano enano, y luego pasaron su tío Benjen Stark y Theon Greyjoy.

- Tu hermano parece una gárgola - dijo Ros, mientras acariciaba a Fantasma -. Pareciera que no lo conocen, lo sentaron junto al desagradable.

Ros era por mucho la mujer más atractiva que alguna vez haya visto. Su cabellera roja caía como una cascada hasta su espalda media, sus ojos eran de un azul penetrante y su figura era perfecta. Aedemas tenia un aroma dulce, como las flores en el jardin de cristal. En más de una ocasión había sentido celos de Sansa, que tenía la costumbre de esconder su rostro en los abundantes pechos de Ros.

- La última vez que quisieron que se lleven mejor - prosiguio Ros, encarandolo con sus hipnoticos ojos azules -, recuerdo que que aquel dia el Kraken termino llorando, y mi joven señor acortando su visita. Al lobo lo regresaron al Foso, todo rabioso.

Ese fue un gran día; excepto porque enviaron a Artos al Foso antes de tiempo. A nadie le quiso decir porque flagelo de esa forma Theon Greyjoy ese día, excepto a él. Dijo que defendió el honor de Ros.

Jon observo a su hermano en la mesa principal. No había que ser un genio para saber que no estaba cómodo ahí, pero Arya a su lado parecía ser el balance perfecto.

- Si, recuerdo muy bien ese día - dijo Jon, queriendo entablar una conversación con Ros -. Me gustaría que se repita.

Ros río por lo bajo y le dio una mirada encantadora. Jon había sentido una pequeña patada en el corazón.

- Quien sabe, mi joven señor dice que la alegría más grande es la inesperada. Tipos como Theon Greyjoy - dijo mientras se servía vino -, son hombres que nunca cambian...

- Es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra - le interrumpió Jon -. Así lo describió mi hermano.

- Y tiene Razón. - correspondió Ros, guiñando un ojo y bebiendo de su copa.

- Si, el nunca se equivoca.

Artos siempre la presumía frente a ellos, siempre hablando de su belleza. Aunque era para presumir.

El atractivo de Ros no solo venia de su innegable belleza, ella era sumamente inteligente y hábil para casi cualquier tarea que se le encargará. Le sorprendía que su hermano no hubiese declarado su amor por ella, incluso Robb no podía evitar hablar de ella cada vez que era nombrada.

- He visto lechuzas con miradas más suaves qué esa - oyó Jon una voz conocida a su lado -. Tus padres lo han de tener difícil.

Su tío Benjen se había acercado a el, le puso una mano en la cabeza y la revolvió.

- Mi Lady- saludo a Ros, y poso su atención en Fantasma -. ¿Ese es uno de los huargos de los que tanto se habla?

- Si - respondió Jon so riendo a su tío Ben -. Su nombre es Fantasma.

Ros se disculpo y se retiro de la mesa, dejando espacio a su tío Ben. A Jon le hubiera gustado hablar más con Ros, y parece ser que a Fantasma también. Pero tambien escucho a todos los hombres de su mesa quejarse. Jon se quedo a disfrutar de las anécdotas de los escudero y de una charla con su tío.

Termino llorando solo en el patio, solo juntos a Fantasma. Queria ignorar el sonido de la música y las canciones que salían por las ventanas abiertas a su espalda. Jon no tenía el menor deseo de escuchar aquello. Se secó las lágrimas con la manga, enojado por haberlas derramado, y dio media vuelta para irse. Pero el destino le preparo otra cosa.

Porque esa noche conoció a Tyrion Lannister, y aquel enano le pareció tan alto como un rey.

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