—De nada. Date prisa y come, el hielo se derretirá pronto. Tengo que enviarlo a otros, yo me iré primero.
Con eso, el asistente se dirigió hacia los demás con los bolsos.
Se sentía tan bien tomar un tazón de sopa de frijol verde fría en verano.
Qiao Mianmian vio que los demás también recibieron su parte y que no lo compraron solo para ella, así que abrió la caja y comenzó a comer.
Mientras comía felizmente, no vio un Bentley negro estacionado bajo un árbol no muy lejos.
La ventana del coche estaba bajada a la mitad.
El hombre sentado en el coche tenía un rostro apuesto y un aura fría. Sus ojos profundos y fríos se posaron en el hombre que caminaba hacia Qiao Mianmian. Sus ojos se oscurecieron y exudó un aura amenazante.
Sacó su teléfono celular y realizó una llamada.
***
—¿Está bueno? —preguntó.
Qiao Mianmian disfrutaba de su comida cuando escuchó una voz sobre ella.
Era una voz clara y agradable.
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