—¡Lu Nanze! —Qiao Lian gritó al teléfono con ira.
Lu Nanze se rio de forma burlona. —Un simple actor famoso compitiendo por mi mujer. ¡Se cree demasiado!
Ella se mordió el labio y dijo, —Lu Nanze, no lograrás tu objetivo.
El hombre continuó riendo. —¿Oh? No importa si no deseas dejarlo. Veamos si él desea dejarte.
Las pupilas de Qiao Lian se contrajeron al escuchar estas palabras. —¿Qué quieres decir?
Él respondió, —Hay una reunión en la locación de filmación hoy. No me importaría si asistieras.
Luego la línea se cortó.
Como si acabara de recordar algo, Qiao Lian se levantó de su asiento de golpe. Cuando estaba a punto de salir de la habitación, de repente pensó en los despreciables métodos de Lu Nanze.
No, no debía dejar el hotel.
¿Y si Lu Nanze volvía a atraparla?
Debía esperar aquí, esperar a que Shen Liangchuan regresara y le contara lo que había sucedido.
En lo referente a Lu Nanze, ella creía en su Zi Chuan.
En una sala de reuniones en la locación de filmación.
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