—Trinidad
No podía creer que se me había roto la fuente mientras intentaba dormir en la cama. Eso la iba a arruinar por completo para mí. Nunca podría dormir en esa cama de nuevo. O esas sábanas. Sin embargo, estaba emocionada de que finalmente iba a tener a mis bebés. Emocionada y nerviosa. Los quería aquí, en mis brazos y fuera de mi vientre, pero temía el proceso que iba a llevar para sacarlos de mí.
Reece acababa de salir corriendo de la habitación para llevar mis cosas al coche, y yo quería cambiarme. Mi ropa estaba empapada por los líquidos que habían salido de mí. Sabía que no era necesariamente el caso, pero parecía que me había orinado encima. Sabía que no era así, pero me hacía sentir asquerosa y pegajosa ahora. Solo quería limpiarme en este momento, especialmente antes de que Reece volviera.
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