—Reece, creo que deberías ir a buscar a una de las enfermeras. Es posible que veamos algo de acción esta noche —él se rió de mis palabras pero ya se apresuraba a salir de la habitación. Pude escucharlo llamando a la enfermera de guardia.
—Disculpe, ¿puede venir a ver a mi esposa, por favor? Creo que podría estar teniendo contracciones de verdad —sí, señor Gray. Iré enseguida.
Reece volvió a entrar en la habitación y vi la emoción en su cara. Estaba tan ansioso por conocer a los bebés como lo estaban los niños.
—Estás solo a cinco días de tu fecha de parto, así que creo que esto podría ser de verdad —Reece asentía y todo el tiempo podía ver cómo los nervios se apoderaban de él. Feliz y emocionado o no, Reece iba a ser Reece. Iba a estar preocupado y asustado por dentro hasta que todo terminara y yo y los chicos estuviéramos a salvo. Sobre todo esta vez, ya que iba a tener una cirugía para traer a los bebés al mundo.
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