Trinidad
Simplemente me acurruqué contra Reece mientras él me llevaba en brazos al baño. Podía sentir su calidez mientras me sostenía, y eso hacía que mi cuerpo se sintiera aún más caliente de lo que ya estaba. Estaba tan feliz de estar en casa con mi compañero. No había nada como estar con él. Lo amaba más que a nada en el mundo entero. Bueno, tal vez no lo amaba más que a mis hijos. Pero ellos eran la única excepción.
Y sabiendo cuánto nos amábamos el uno al otro, estaba bastante emocionada por este baño nuestro. En el momento en que Reece entró al baño conmigo en sus brazos, pude oler el agua de la bañera. Estaba llena de jabón y aceites. Intentaba ayudarme a relajarme y a limpiarme. Y por supuesto, como él no me dejaba estar de pie, el baño era mi única opción.
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